El Che cabalgando en el escanbray en 1958. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 04:56 pm
Como pergaminos dentro de botellas aparecen al visitante las historias de guerrilleros en ese mar verde que es el Escambray fomentense, parte de la Cordillera Guamuhaya. En especial Caballete de Casas, punto culminante de la zona, evoca la presencia del Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, como quien se vanagloria frente al resto del paisaje.
El sitio acogió en 1958 la Comandancia de la Columna No. 8, Ciro Redondo, con el objetivo de garantizar el éxito de la última etapa insurreccional, la cual encontró en la región central de la Isla momentos decisivos para derrocar a la tiranía de Fulgencio Batista.
Después de una reconstrucción capital, el conjunto de instalaciones utilizadas por los rebeldes se encuentra hoy entre las obras nominadas para el Premio Nacional de Conservación y Restauración, auspiciado cada año por el Consejo Nacional de Patrimonio.
En la memoria huellas rebeldes
Todavía se mezclan realidad y leyenda en el imaginario colectivo de los montañeses, cuando se evoca la estancia de los revolucionarios en Caballete de Casas, Monumento Nacional desde 1981.
Al contemplar el lomerío, Bárbaro Pérez Colina, Historiador de Fomento, recuerda la importancia estratégica del lugar donde debían permanecer las tropas del Che hasta que se definiera la guerra, a diferencia de la columna de Camilo, quien tenía, como orientación inicial, continuar la invasión hasta Pinar del Río.
Colina cuenta cómo muchos serranos rememoran historias como la de un campesino, de nombre que parece disolverse en el tiempo, cuyo gesto quedará preservado siempre en la tradición popular, como muestra de simpatía de los lugareños hacia el Guerrillero Heroico, en los difíciles días del asedio de los esbirros dictatoriales.
Narra el Historiador que aquel hombre subió con un saco de naranjas al hombro hasta la Comandancia, a 755 metros por encima del nivel del mar. Ni el temor a la guardia rural, ni lo fatigoso de su empeño, ni el fanguero de los trillos, detuvieron al noble guajiro, dispuesto a ofrecer su regalo al líder rebelde.
Caballete debe recordarse también, afirman fuentes bibliográficas, como el sitio donde radicó una escuela de guerrillas y se editó el periódico El miliciano, órgano del Movimiento 26 de Julio, organización liderada por Fidel Castro para lograr el triunfo revolucionario. Además de ser escenario para la planificación de acciones militares decisivas, el lugar alojó una planta de Radio Rebelde.
Guano elegante para vestir historias
Caballete de Casas ha sido sitio de peregrinación para diferentes generaciones. Según Bárbaro Pérez, el lugar fue visitado hasta por los familiares del Che, a principios de la Revolución.
Por eso este estudioso valora la restauración como un gran esfuerzo para preservar la memoria colectiva, en medio de tantas limitaciones y a pesar de lo complejo de la ubicación geográfica de la Comandancia.
Las acciones restaurativas fueron asumidas por la Unidad Territorial de Flora y Fauna, con la participación de una empresa especializada en construcciones rústicas para el turismo.
Instituciones de patrimonio, tanto a nivel municipal como provincial, contribuyeron en las labores. Ernesto Pino, uno de los campesinos que colaboró con el Che, asesoró para desarrollar la ejecución, lo más fidedigna posible.
La intervención se inició en octubre pasado. Se reestructuraron casi una veintena de locaciones de madera y guano, a partir de una inversión de alrededor de 73 400 pesos.
Anteriormente otra obra de la provincia espirituana había sido nominada para el Premio Nacional de Conservación y Restauración: el edificio de la antigua Colonia Española en la ciudad de Sancti Spíritus, donde se desarrolló un minucioso trabajo, aunque se le debió cambiar la función social a la instalación recreativo-cultural, para inaugurar una tienda recaudadora de divisas.
Con la nominación de la Comandancia en Caballete de Casas, la gestión del patrimonio en Sancti Spíritus evidencia cuánto se puede hacer, a pesar de las carencias, cuando priman voluntad y espíritu creativo, para proteger cada pedazo de leyenda.