Se va a trabajar para convertir el festival en un hecho cultural de primer orden. Autor: ABC Publicado: 21/09/2017 | 04:52 pm
CIENFUEGOS.— Con humildad manifiesta, pero con un entusiasmo que contagia a todos, el músico Augusto Enríquez preside el Festival Internacional de Música Popular Benny Moré. Ya lleva cerca de diez días aquí, en los preparativos del evento.
En saludo al aniversario 90 del Bárbaro del Ritmo, el certamen transcurrirá entre este 13 y el 15 en Lajas y Cienfuegos, únicas sedes, con la declaración oficial de Monumento Nacional a la tumba del bardo y la proclamación de Sitios Protegidos a otros lugares, además de un simposio y espectáculos artísticos.
Augusto, uno de los artistas cubanos que más devoción profesan a la figura de Moré, se proyecta por consolidar un evento de traza eminentemente cultural, lajero y cienfueguero, vivo y fortalecido para hoy y el futuro.
En diálogo con JR emite sus conceptos sobre la articulación del certamen desde una nueva perspectiva, los cuales son compartidos por las autoridades locales y la dirección de Cultura en el territorio.
El músico, en compañía del teatrista José Oriol González, director artístico general del evento, como el resto del equipo organizador, apuesta por calidad aparejada a sobriedad, y un justo empleo del talento local.
«Lo que estamos tratando de aupar es que el festival tenga un amplio espectro cultural. Cuando vas a exponer la cultura cubana a través del Benny Moré, hay cosas que deben respetarse.
«Eso es básico, respetar y desarrollar dicha premisa. Lo cual no quiere decir que ahora todo el mundo tenga que cantarle al Benny. El cubano que hace buen rock como Moneda Dura está dignificando su vida y obra, el trovador que se sienta con su guitarra y trova a la manera que él lo concibió, está haciendo lo mismo con su imagen».
El presidente de honor dice que se debe tener un sentido de la responsabilidad para saber quién sube al escenario, primando siempre el concepto de su valía creadora. Porque al final —complementa— es un festival de cultura.
Augusto considera que el evento tiene grandes posibilidades de desarrollo futuro, por el inmenso poder de atracción de la figura a quien rinde tributo.
Motivador y compartidor de ideas, el músico articula el festival de una manera participativa. «El evento estaba estructurado, he venido a aprender, a coadyuvar a que las ideas de los creadores locales, de las autoridades del Poder Popular, y del pueblo mismo se lleven a cabo».
Lo que sí te puedo asegurar, remarca, es que vamos a trabajar con denuedo para fortalecer el Festival, de cara hacia el mañana, como hecho cultural de primer orden.