Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Brain storms

Autor:

Celima Bernal

Brain storms (pronúnciese aproximadamente; brein storms) significa en inglés: tormentas de cerebros. Así llaman a una de las técnicas modernas de análisis. Consisten en reuniones de personas —no tienen que ser expertos en las cuestiones que se discutan— con el objetivo de encontrar la solución de un problema. Desde hace algún tiempo, muchos países utilizan el término en la lengua original. Me gustaría organizar una de esas discusiones, cada vez que recibo preguntas, como por ejemplo: «¿Cuándo llegó a Cuba, el primer ejemplar de El Quijote?», «¿quién lo trajo?». Quisiera contestar: Lo trajo Nuño Rodríguez del Castillo, marino asturiano, el 14 de agosto de 1616, en el barco Santa Inés. «Si no es verdad —como dicen los italianos—, está bien cantado». ¿Quién probaría lo contrario?, pero odio a quienes, descaradamente, hacen gala de un conocimiento que no poseen.

Las respuestas de hoy

Además de significar que no carece de ninguna de sus partes, se dice íntegro a quien mantiene una conducta intachable. Es inexplicable que jamás lo hubiera escuchado antes, se usa con frecuencia en ambas acepciones.

Sí, claro está, escribimos bayameses con inicial minúscula porque es un gentilicio, aunque —como creía quien le llamó la atención—, constituya el vocativo. Los vocativos, personas o cosas que invocamos en la oración, no han de llevar mayúscula inicial. Si estuvieran al principio, sí, es lógico: «Bayameses, corred al combate», pero no en: «Al combate corred, bayameses…». También van con altas los sustantivos propios dentro del vocativo, ¿cómo habría de ser de otro modo?: «¡Cuánto te quiero, Cuba mía!».

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