Los instructores de arte dialogan este fin de semana en la Escuela Nacional de Cuadros de la UJC, de la capital, sobre las experiencias del trabajo cotidiano en las escuelas y la comunidad.
A las ideas que se gestan y toman forma con el concurso de niños, jóvenes y adultos, los brigadistas les han dado un sentido científico-práctico que les permite desarrollar su labor con mayor precisión.
A la cuarta edición del Taller Nacional de Experiencias Científico-Prácticas ha llegado una selección de 50 proyectos de todas las provincias. La elección partió de un proceso que se inició en los consejos populares de la Isla.
La Brigada de Instructores de Arte José Martí (BIAJM) organiza anualmente estos espacios para compartir, analizar, dialogar y aprender. Desde ayer sus miembros exponen su quehacer en cinco comisiones que tratan temas como la formación de valores, vigencia del pensamiento martiano, educación ambiental y el trabajo comunitario desde las artes, entre otros.
Lisset Ametller Estévez, presidenta de la BIAJM, dijo a JR que los resultados mostrados en el Taller se han logrado paulatinamente. La dirigente reconoció el impacto social del movimiento, que llega a más de dos millones de personas y en el que están inmersos más de 16 000 brigadistas, cifra que en octubre venidero crecerá con la sexta graduación de estos profesionales.
En la jornada sabatina los delegados recibieron una conferencia sobre la significación de la carta inconclusa de José Martí a su amigo Manuel Mercado, impartida por Horacio Díaz, y disfrutaron de la proyección de la película Ciudad en rojo, de la directora Rebeca Chávez. Este domingo concluye el Taller con un seminario que propone mirar por dentro la profesión del instructor de arte.