¿Qué te parece si seguimos con los ciclones? ¿Sí?, pues andando se quita el frío:
Al pronunciar: Las pérdidas oscilan, ha de tenerse en cuenta que se escribe con sc, no con «cs». Nada de «occilan». Por supuesto, no es decir: «adoles-cencia», ni: «os-cila», ¡no!; se pronuncia como si se escribiera «osila». Fíjate, siempre dices: adolesencia, aunque escribes: adolescencia. A nadie se le ocurre pronunciar: «adoleccencia», y en ese vocablo aparece la misma combinación sc.
A las personas se les brindan los recursos. No digamos: «Las personas se le brindan los recursos».
Oí: «Una vista del eccenario de la desvastación de el ciclón». Y más tarde: «El Intituto de Meteorología».
En la primera, había un «eccenario», que partía el alma, y una «desvastación» de miedo. Como si eso hubiera sido poco, no respetaron la contracción del. En español, solo existen dos contracciones: al y del. No son opcionales. Nadie está autorizado a escribir ni a decir: «A el lugar más cercano», sino Al lugar más cercano. Tampoco: «De el mismo autor»; sino: Del mismo autor.
Escenario presenta el mismo problema que oscilan. Ya hablé del asunto; no hay por qué abundar en eso. Lo que me parece penoso, es que se oiga tanto el dislate precisamente entre gentes de escenas y escenarios.
Devastar es arrasar. Es eso lo que hacen los vientos, las lluvias, devastan. Desbastar significa quitar las partes bastas. Las tormentas no van escogiendo qué destruir, porque no les parece bien, y qué dejar.
En la segunda me sorprendió algo: No había error en meteorología, que es voz de difícil pronunciación, sin embargo, en instituto, se comieron la s, imperdonablemente. Así es que: Una vista del escenario de la devastación del ciclón y El Instituto de Meteorología, no: «... la desbastación del ciclón», ni: «El Intituto...».
¿Qué se ha hecho en esta zona? Muy bien. Si decimos: ¿Qué «es lo que» se ha hecho en esta zona?, estaremos cometiendo un disparate. Ese que imita la construcción francesa, por eso lo llaman: galicado. En nuestro idioma se dice: ¿Qué se ha hecho...?
Tras las ráfagas y los aguaceros, tras las inundaciones, a unos les toca palear los escombros (limpiar con la pala); a otros, paliar (aliviar un sufrimiento, atenuar una pena) las carencias de los damnificados. No es bueno confundir ambos vocablos.
La respuesta de hoyLa palabra cunyaya, que encontró Amarleidys Santos Diéguez, en un libro de lectura de Enseñanza Primaria, es un cubanismo; quiere decir palanca rústica para exprimir frutas. Después se le dio el nombre de trapiche.