No sorprende que Camagüey llegue a esta feria con nuevas propuestas en la literatura para niños.
La provincia agramontina exhibe hoy por hoy una de las más sólidas muestras en el género: el catálogo de la editorial Ácana, en el que aparecen autores como Niurkis Pérez, Giovanni García, Sergio Morales, Miriam Estrada, Diusmel Machado, Rosendo Delgado, Martha Álvarez, Legna Rodríguez, Nélida Gastón, Víctor Gispert y otros que denotan la pluralidad de temas y modos de decir a los niños de esa editorial provincial.
Y es en ese ámbito en el que Ada Zayas Bazán (Florida, 1958) que ya ha obtenido lauros con su obra de teatro Pupa y que ha publicado en el 2007 el libro de poemas Cuadernos para el mago, se inserta por derecho propio y entra por una puerta que ella misma ha abierto para traer palabras de buen decir y de buen amor.
Su más reciente propuesta, Dulce hogar, es un libro de una edición esmerada y excelente factura, con ilustraciones cuidadas y simpáticas, donde lo lúdico e ingenioso prevalece junto a un compendio de poemas, adivinanzas y juegos, los cuales han sido elaborados teniendo muy en cuenta el universo infantil en que golosinas, animales, plantas, seres fabulosos, la familia..., pueblan, en verdadera fiesta de palabras, las páginas ilustradas.
Durante la primera presentación de este título en la librería Ateneo de Camagüey (diciembre 12 de 2007) su colega Giovanni García Vistonte aseguró que el texto «requiere de infinitas páginas para seguir soñando, pensando, viviendo», y no le falta razón en esa unión intencionada de hilvanar gerundios que piden la continuidad de una lectura que va a dar alegría, placer, y ayudará a hacer crecer la magia y la fantasía en los pequeños.
Dulce hogar, desde esos niños que juegan con un cometa hecho de hojas de periódico y el pájaro verde a punto de entonar una canción, abre sus puertas con vitrales para que los lectores, sin límites de edad, disfruten. Todos serán bienvenidos, el dulce hogar de aguacero con sabor de panal, les espera.