CIENFUEGOS.— El compositor Roberto Novo tiene su debut editorial en la Feria del Libro, mediante el volumen Hacer las cosas bien. A la manera de lo realizado en otros lares por gentes como Joaquín Sabina y varios cantautores, el creador recopila en el texto muchos de sus temas musicales más queridos, en este caso los dedicados a Cienfuegos.
Roberto afirma que el material «es un homenaje a esta ciudad y un libro que ya hacía rato estábamos necesitando hacer mi hermano Pedro y yo, aunque me tocara a mí elaborarlo. Cerca de medio centenar de títulos reclamaba esta suerte de unificación».
Hacer las cosas bien recoge 43 composiciones, que van desde la primera, Tengo, compuesta durante la década de los 70 a la última, Lo cantado, surgida en fecha tan reciente como 2006.
Novo, fundador del Movimiento de la Nueva Trova, recuerda que en determinado momento el texto inicial iba a ser el tarareado Donde brisas y olas, que fue la primera canción interpretada a dúo sobre un escenario por él y su hermano, pero luego decidieron variar con el objetivo de respetar un orden cronológico.
«Cada una de ellas no solo viene acompañada de su año de ejecución sino, además, de una especie de nota, comentario o reseña anecdótica con detalles sobre su origen, la identificación de las personas que alude: en fin, viñetazos de la memoria de los cuales nos fuimos acordando poco a poco», dice.
«No sé si llamarle un libro-cancionero, o un cancionero-libro; pero lo que sí puedo decir con mucha seguridad es que se trata de una obra muy cienfueguera, que destila amor a esta plaza en cada hoja».
Aquí, de forma directa o inductiva, aparecen emblemas cienfuegueros como Los Naranjos y muchos otros, complementa. Mas —aclara— estas canciones también se entienden en cualquier sitio; nosotros las hemos interpretado en los más disímiles lugares, y funcionan.
Roberto considera que «es una gran alegría Hacer las cosas bien, aunque yo no sea una persona que se dedique a escribir, como un poeta o un narrador, digamos. El libro me ha llevado de la mano, y su editora, Eylín Lombard, me llevó de las riendas, y se encargó de muchos detalles».
Al preguntarle acerca de la denominación del material, primero de su tipo salido de las editoriales locales por más señas, el creador de Los viejitos de mi parque explica: «Mi papá, de ascendencia gallega, era una persona muy callada, y el único consejo que él me daba era ese: “Oye, haz las cosas bien”. Así me dijo cuando me fui a estudiar para La Habana y en otras oportunidades de mi vida; eliminaba cualquier sermón colateral, pero es que esas tres palabras eran un compendio de sabiduría que no te daba margen a la equivocación.
«Entonces, el libro es también un tributo a mi padre, al pensar, entre otras cosas, que mediante estas canciones nosotros dos no hemos hecho otra cosa que cumplir con su pedido: haciendo lo que debíamos hacer».