Los tres Villalobos, una radionovela que tuvo en ascuas a los cubanos durante más de 20 años, allá por la década de 1940, está siendo llevada a la televisión por Miguel Sosa (La atenea está en San Miguel) para que el próximo año ocupe el espacio Aventuras. Solo que esta vez serán Vladimir Villar, Kristell Almazán y Carlos Luis González, quienes darán vida a Miguelón, Rodolfo y Machito, los tres hermanos amantes de la justicia y defensores de su derecho a la tierra que los vio nacer.
En unos de los descansos de la filmación, que tiene lugar en una de las fincas del ICRT, en Managua, Sosa le comentó a Juventud Rebelde que este proyecto le fue entregado por la División de Dramatizados de la TVC «con el objetivo de mantener este tipo de audiovisual, dirigido esencialmente al público más joven y, sobre todo, para intentar rescatar una audiencia que siempre le fue fiel.
«Aunque es una frase muy manida, tengo que decir, una vez más, que llevar a la pantalla doméstica Los tres Villalobos es un gran reto, porque estamos hablando de una obra que en su tiempo fue muy popular, incluso tan famosa como las que concibió Félix B. Caignet en esa misma etapa, de tal manera que marcó mucho a quienes la escucharon. Tal es así que todavía hoy algunas personas siguen recordándola», asegura el también director de la premiada serie policiaca Karma.
Pedro Urbezo, con una obra significativa en la radio, autor de La ciudad perdida del oro, dramatizado que por estos días transmite Radio Progreso, así como de Los pequeños fugitivos y El medallón, ya vistos en la tele, fue quien hizo la adaptación a partir del original de Armando Couto. «Urbezo creó para estas Aventuras nuevos personajes e incorporó otras situaciones, por lo que es un libreto conformado teniendo en cuenta el lenguaje del medio. Alrededor de 45 actores conforman el elenco, donde se encuentran, además de los protagonistas, Aramís Delgado, Miriam Vázquez, Mario Rodríguez, Amada Morado, Yanelys Brito, Isabel Santos, Armando Tomey, Rafael Lahera y Félix Beatón, por solo mencionar algunos de los más conocidos», explica Sosa.
Miguel Sosa Se prevé que en el verano de 2008 esté lista una buena parte de los 84 capítulos de esta serie, la cual se grabará fundamentalmente en exteriores (un 75 por ciento), y que ya se filma desde hace un mes en la capital. «Aunque es todavía temprano, comenta Sosa, puedo decirte que me siento muy satisfecho con lo realizado hasta el momento, pues los especialistas con quienes trabajo me han respondido muy bien, como Tony Sánchez en la fotografía, dueño de una experiencia de más de 30 años, y Héctor Alfonso, responsable de la producción general. Importante ha sido también el apoyo brindado por Miguel Ginarte, pues estas aventuras tienen un componente fuerte de equitación.
«Tomando como pretexto la lucha del campesinado cubano, algo ya superado en Cuba, pero que todavía está muy presente en países de América Latina, Urbezo armó intrigas y diseñó situaciones que sirven para denunciar la doble moral, las desigualdades sociales, la práctica de la prostitución como única vía para poder sobrevivir...
«Y claro, no pueden faltar los triángulos amorosos, las persecuciones en caballos, las peleas, los tiros..., de manera que pienso que podrá interesar a muchos, y no solo a aquellos que todavía recuerdan Los tres... con nostalgia, pues su dramaturgia se acerca a la de las telenovelas», confía Miguel, quien considera que esta obra sirvió de inspiración a éxitos posteriores como Media Luna, de Dora Alonso, o propuestas más recientes al estilo de Hermanos y Tierra Brava.
Por si queda alguna duda de que Los tres Villalobos pudiera funcionar, Sosa insiste: «La trama está contada, de principio a fin, respetando los principios que exige la televisión para este tipo de producciones, sin que nos hayamos visto en la necesidad de tener que acudir a recursos artificiales para complacer. Aquí no hay kárate, por ejemplo, pero sí peleas de caballeros, como las de los campesinos cubanos, porque si algo yo quisiera resaltar con esta obra es la cubanía, el apego de estos hombres y mujeres a nuestra tierra.
«Pienso que una de las deficiencias que ha tenido el espacio es que hemos emprendido proyectos muy ambiciosos, que requieren de recursos con los cuales no contamos. Sin embargo, sí tenemos los caballos, un buen sol, un buen bohío, una tierra linda donde filmar... Entonces, ¿por qué no lo explotamos? Estoy convencido de que el público va a agradecer Los tres Villalobos».
Carlos Luis González, uno de los protagonistas, es de la misma idea. Conocido ahora por su desempeño en ¡Oh, La Habana! —interpreta a Yáguer—, y por su labor como presentador en D’ Música y 23 y M, este estudiante del ISA cree que la nueva versión puede cautivar. «Al menos a mí me sucedió. Cuando leí el guión me sentí atrapado, quizá porque me recordó momentos de mi infancia, que pensé ya estaban olvidados, al tiempo que despertó en mí una gran curiosidad, pues quería saber cómo vivían, qué sentían, qué pasaba con esos jóvenes constantemente asediados por la guardia rural. Si así ha pasado conmigo, que soy un joven de ahora, ¿por qué no va a suceder con mis coetáneos?
«Esta es una magnífica oportunidad para hacer una labor seria y a la vez atractiva destinada a niños y adolescentes, quienes generalmente no hallan espacios dramáticos que les motive, pues la televisión generalmente trabaja para los adultos».
Más detallesSin duda Carlos Luis ve en Los tres Villalobos un filón para crecerse como actor, al tener que enfrentar un papel totalmente diferente al Yáguer de ¡Oh, La Habana! «Aquel es un joven músico, un poco farandulero, mientras que Machito, aunque quizá es de la misma edad, nació 60 años antes y en el campo, por lo cual es otra la manera de hablar, de pensar, de sufrir», dice este muchacho que agradece las enseñanzas de Humberto Rodríguez en el grupo Olga Alonso, y de Ana María Paredes en el Avellaneda.
También para Kristell está es una gran oportunidad después de su intervención en la quinta historia de La cara oculta de la Luna. En la tierra de los tinajones formó parte del Grupo Dramático de Camagüey, aunque ha sido la radio su mejor escuela. «Este es mi debut en el espacio, y para alegría mía defendiendo uno de los roles principales, por lo que he tenido que prepararme no solo físicamente, sino también psicológica y mentalmente, algo que siempre trato de hacer, aunque el personaje no sea determinante en la trama. Y es que si no asumes de ese modo tu trabajo estás condenado al fracaso».
De los tres es Carlos Luis el que en algún momento de su vida estudió música, sin embargo, no es justamente él quien tendrá que demostrar que además de actuar es capaz de cantar. Y es que con Los tres Villalobos Urbezo ha querido rendir homenaje al teatro bufo cubano. Por eso, tendremos la posibilidad de escuchar no únicamente El pancontibiri tan famoso, sino también que algunos personajes le pondrán afinadas voces a composiciones que Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galván han compuesto para la ocasión. Uno de ellos es Vladimir Villar.
«No es que antes no hubiese cantado, pues con anterioridad incursioné en el Teatro Musical, pero así y todo la televisión tiene sus exigencias. No soy un profesional del canto, pero me estoy esforzando porque salga bien», confiesa Villar, quien se estrenó un tiempo atrás en las Aventuras con El elegido del tiempo.
«Miguelón es un papel que ha exigido mucho desde el inicio. Es un hombre rudo, decidido, valiente y de buen corazón que, al verse obligado a quedarse a cargo de la familia, tiene que enfrentar presiones y peligros, pero eso no lo asusta. Es un personaje hermoso, en verdad», señala este actor que fuera dirigido por Rolando Chiong en Aplausos y Al compás del son.
Giselle González, la hermosa conductora de Conexión y que ahora podemos ver también en ¡Oh, La Habana!, se encuentra en el mismo aprieto. «Barbarita es una chica peculiar, que toca acordeón y canta, pero el problema es que soy arrítmica completamente y me cuesta mucho conectarme con la música, de ahí que me he sometido a arduas jornadas de estudio.
«Interpreto a la hija de una pareja que va de pueblo en pueblo dando funciones de teatro bufo. Mientras que mi hermano toca la marimba, mi mamá se convierte en la mulata y mi papá en el gallego. Barbarita es irónica, simpática y zalamera —cada vez que llega a algún lugar se enamora de alguien—, es decir, una muchacha un poquito salida del plato, algo adelantada para su tiempo, porque no es exactamente una niña de su casa, sino una especie de gitana».
Esperanza, madre de tres hijos (María Elena, Yiye y Olga Lidia) y esposa de Lalo, es otro de los personajes que aparecen en la trama, el cual será asumido por la experimentada Amada Morado. «Nosotros representamos la vida rural de los guajiros de tierra adentro, de los desheredados de la fortuna, lo cual le permitirá apreciar a los más jóvenes lo que padecían los campesinos en esta etapa de nuestra historia ya superada», enfatiza esta maestra de las tablas que no minimiza ninguno de los medios.
«Yo soy ante todo actriz y, aunque el teatro es mi gran amor, el de toda la vida, la televisión también lo es, a pesar de que me llegó después, mas la disfruto tremendamente, al igual que la radio y el cine», asevera la Morado, quien acaba de terminar el rodaje de Polvo en el viento, de Xiomara Blanco, telenovela que deberá estar al aire también el verano venidero.
En cuanto a Los tres Villalobos, Amada apunta: «Desde niños estamos oyendo esta atractiva historia que ha llegado hasta nuestros días por tradición oral, hecho que seguramente asegurará un público muy numeroso, porque en ella se habla de amor, de justicia, de decoro, valores que distinguirán por siempre a los hombres y mujeres de bien».