La preparación en las 16 líneas existentes en la escuela verá sus frutos mañana. «La percusión, desde que tengo cinco años, ha sido mi vida», confiesa Mario Gabriel Meza Meriño. Este adolescente, que sueña con llegar a la altura del percusionista Giraldo Piloto, director del grupo Klímax, tiene el compromiso de graduarse de esa especialidad.
«La doble enseñanza que llevamos en mi escuela de nivel elemental Alejandro García Caturla es un reto, pues adquirimos conocimientos generales y artísticos. Se trata de mantener el equilibrio, esforzarnos y llevar una actividad sistemática para que no haya inestabilidad», apunta.
Tanto Mario como otros estudiantes de la enseñanza artística opinan que para cultivar la música resultan imprescindibles el empeño e hincapié en el aprendizaje. Así «se vencen los malos momentos, la vía más segura de llegar lejos».
Los centros de enseñanza artística de la Isla constituyen una apertura al mundo de la cultura para niños y jóvenes; el encuentro más estrecho con la técnica y la destreza en cada manifestación, pero también con el público.
Uno de los lugares donde puede apreciarse el primer destello de los músicos cubanos es justamente la capitalina escuela elemental Alejandro García Caturla, cuyos estudiantes ofrecerán mañana el concierto de fin de curso en el teatro Amadeo Roldán.
Ante tal acontecimiento, muchos pueden preguntarse cómo se forma un artista en Cuba, cuáles son los secretos del éxito en el aprendizaje, y qué expectativas tienen profesores y alumnos de esa enseñanza.
NACEN LAS «ESTRELLAS»Las alumnas Sandra Machín y Kirenia Domínguez. «Cuando subo a escena no siento miedo, sino emoción, porque estoy dando al público el amor que experimento por la música. Siento una gran satisfacción cuando hago mi trabajo: cantarles», afirma la estudiante Sandra Machín González.
La joven integrante del Coro Diminuto, perteneciente a la Alejandro García Caturla, asegura que su deseo es continuar el camino de su profesora Carmen Rosa López, una expectativa que no pocos alumnos tienen, pues resulta vital la influencia formativa recibida en la institución.
«Aquí, señala, fue donde aprendí mis primeras notas musicales. Mis maestros me ayudaron a empezar a estudiar, para en el futuro tener una buena práctica».
Kirenia Domínguez Lago, otra de las futuras voces del canto coral cubano, también reconoce lo ganado en los años de estudios en ese plantel. «Todo lo que sé se lo debo al apoyo y las enseñanzas de esta escuela, gracias al empeño de mis profesores hoy puedo tocar la flauta y cantar».
Por esa razón el profesor Alejandro Coira ama la enseñanza. «Es hermoso apreciar cómo los muchachos van adquiriendo conocimientos. La música se les convierte en algo propio, en una manera de sentir y hacer. Tocar un instrumento no es lo más difícil, sino disfrutarlo, sentirlo, y convertirse en músico más que en instrumentista».
Y lograr ser un profesional del arte desde la etapa estudiantil se propicia convidando a los alumnos a mostrar el virtuosismo alcanzado. Entre las propuestas de actuación, la profesora Rita María Vega subraya que «por nuestra iniciativa se desarrollan certámenes como el Concurso de Piano con cuatro ediciones celebradas».
«Brindamos a los alumnos la posibilidad de prepararse y participar en el certamen. Los programas coinciden con las exigencias que se deben vencer al final del calendario escolar e intervienen como jurado tanto maestros como invitados. Los premios son un reconocimiento al aprendizaje, e incluso se otorga el lauro de la popularidad dado por el público asistente», apunta Rita.
SIN NOTAS DISCORDANTESLa directora Lourdes Horta. Tras vencerse este curso académico la directora de la escuela, Lourdes Horta, no vacila en afirmar su orgullo. «Aquí no se ha renunciado a tener una fuerte vida artística. Presentaciones de envergadura como la de la banda de conciertos en el V Congreso Internacional Cultura y Desarrollo, reconocen ese trabajo».
Lourdes especifica que el centro cuenta actualmente con 261 estudiantes, matriculados en 16 líneas o instrumentos diferentes. «Esta institución, fundada en 1961 como escuela elemental, mantiene abiertas desde las carreras largas como piano, violín, viola y chelo; hasta las de menor duración: guitarra, contrabajo, percusión, flauta, oboe, clarinete, saxofón, fragot y trompeta».
El profesor Carlos Vázquez. Para el profesor de guitarra Carlos Vázquez, la institución tiene muchísimas perspectivas en la preparación de los noveles artistas, por eso insiste en que resulta importante el desarrollo de cada uno de los instrumentos.
En la guitarra, enfatiza Vázquez, se pretende buscar la masividad, «pues la matrícula actual no es la que hubiéramos preferido. Aquí ese instrumento no está sujeto solamente a obras escritas para cada año de estudio, sino que abordamos la práctica de conjunto, de modo que los muchachos aprendan a tocar en una agrupación y puedan aspirar luego a orquestas como el Emsemble de Guitarra de La Habana u otras».
LA GRAN PRUEBA DE FUEGOMañana, a las 11:00 a.m., en el teatro Amadeo Roldán, será el día más importante del calendario para los estudiantes de la Alejandro García Caturla. Es la primera vez que la escuela celebrará un concierto de esa magnitud y con todas las especialidades, por lo que se liman detalles en las obras a interpretar, en las que no faltan la música cubana y la latinoamericana.
Aunque se trata de mostrar conocimientos musicales tanto prácticos como académicos, para Kirenia Domínguez Lago esta gala será una despedida. «Los de noveno grado tenemos una oportunidad única para reunirnos por última vez, así trabajaré con el coro Diminuto y a la par participaré como solista tocando la flauta».
Al decir del director artístico Alejandro Coira, esta será una muestra del nivel alcanzado por la institución estudiantil. «El espectáculo pondrá de manera dispuesta al alumno —de 13 años de edad o menos—, como solista o en agrupaciones, y lo enfrentará con el arte en escena y los asistentes. Esta será una magnífica oportunidad para que los amantes de la buena música puedan comprobar que el futuro está asegurado».