El argentino Oscar Escalada es uno de los fundadores del América Cantat Fotos: Lourdes Nogueiras
ESTA semana, La Habana resultó una unión de voces. La V edición del Festival Coral Internacional América Cantat reunió en esta ciudad a mucho de lo que en Latinoamérica y más allá de sus fronteras, puede escucharse sobre el particular.
Estos festivales, calificados de itinerantes, se desarrollan desde 1992 y fomentan y estrechan los conocimientos sobre canto coral en el continente.
Desde el pasado 31 de marzo y hasta este sábado en la capital, el Festival propició talleres de aprendizaje que abordaron distintas temáticas y generó debates teóricos sobre la función social del canto coral en la región, ahondó en las experiencias de los participantes, analizó las tendencias estéticas de la especialidad, así como ofreció una panorámica sobre la utilización de géneros autóctonos.
Al valorar el alcance y proyección del encuentro Digna Guerra, presidenta del Comité Organizador, afirmó que América Cantat posibilitó «ampliar el repertorio de los participantes. Fue un momento para que los coros se nutrieran del conocimiento y las formas de hacer de otros».
La música de Brasil, Venezuela, Cuba y Argentina, unida al folclor sudamericano, el jazz vocal, la música norteamericana y la antigua, entre otras, fueron apreciadas tanto en las salas de conciertos como en los espacios dedicados a la reflexión.
La maestra Digna Guerra, presidenta del Comité Organizador de esta quinta edición, mientras dirige el Coro Nacional de Cuba durante una de las galas Pero la celebración aquí de esta V edición del evento también reconoció al movimiento coral facturado en la Isla. Algo que destacó a Juventud Rebelde el argentino Oscar Escalada, fundador de estos espacios, quien apuntó que Cuba tiene como característica que «su tradición musical es respetada por los propios nacionales, cosa que los enorgullece y hacen con gran placer y soltura. No es habitual que los pueblos latinoamericanos respeten tanto su cultura como en la nación caribeña. El compositor cubano es constantemente escuchado, sus obras son montadas en coros, orquestas, o por solistas.
«Otros aspectos importantes a destacar son que esta nación canta —es difícil ver a alguien de aquí que no lo haga—, pero también baila. Creo que les viene de sus raíces africanas. Es interesantísimo además ver cómo la mayoría de los directores de coros son mujeres. Son peculiaridades de la Isla».
Asimismo, Digna Guerra apreció que las agrupaciones cubanas demuestran que detrás de cada salida al escenario existe una solidez y formación muy grandes. «El resultado que tenga un coro también está dado por el trabajo del director que tenga delante».
Sin embargo, muchos son los proyectos que en el país se potencian para desde la niñez fomentar la creación de agrupaciones corales. Las cantorías, según consideraciones de los especialistas, constituyen una de las grandes bases que se necesitan para formar a los futuros coristas.
Para Electo Silva, director del Orfeón Santiago, es importante el énfasis que se hace en la creación de agrupaciones compuestas por niños y jóvenes, a los que se les transmite un repertorio adecuado. «Me parece que para cantar en un coro no solo hay que tener voz, pues la música exige inteligencia».
Algo en lo que coincide Digna Guerra, quien dirige el coro infantil perteneciente al Coro Nacional de Cuba. «Las cantorías influyen en la formación de la futura generación que integrará esos grupos vocales, y si no los integran, serán el mejor público de mañana, porque tendrán un concepto amplio para la apreciación del arte, la música en general y la coral en particular».
De ahí que el empeño y el trabajo desarrollado en favor del canto coral en el país, constituyeron avales importantes para la inserción de Cuba como miembro permanente de la Asociación América Cantat.
Una labor que también vislumbra avances en el continente, pues al decir de Oscar Escalada, «el movimiento coral va incrementándose día a día. Cuando comenzamos con nuestra organización en Argentina, teníamos en nuestra nómina alrededor de 2 000 personas, en estos momentos tenemos más de 2 millones.
«Lo que pasa es que la base de todos los coros es popular, y no hablamos de calidad. La gente canta, y lo hace como puede o sabe. En la medida en que esto se hace habitual, se va ganando en calidad y se montan cosas de envergadura, porque el nivel de excelencia no es un nivel divino, sino humano».
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El argentino Oscar Escalada es uno de los fundadores del América Cantat.
La maestra Digna Guerra, presidenta del Comité Organizador de esta quinta edición, mientras dirige al Coro Nacional de Cuba durante una de las galas.
En las mañanas se desarrollaron talleres impartidos por maestros como Electo Silva.