El grupo Tesis de Menta está nominado en la categoría Mejor demo de rock ligero. Las preferencias musicales suelen estar influenciadas por la promoción y la difusión. Por eso la importancia de un espacio televisivo como Cuerda Viva, donde el público puede encontrar otra vía para conocer el talento de jóvenes que, aunque no cultivan la música tradicional dejan bien claro que está facturada por cubanos.
El programa, que ya tiene cinco años, ha abierto una puerta a la llamada «música cubana alternativa». Con el rock, rap, pop, rock and roll, y hasta el flamenco, se evidencia la heterogeneidad de una propuesta que, además, impulsa un certamen sobre la temática.
Aunque los antecedentes se enmarcan en los programas Ultra casual y Cáscara de mandarina, es actualmente Cuerda Viva una red que, como expresa Mario Masvidal, «se conecta al Cubadisco, al Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, algunos programas radiales en las provincias, y a los distintos niveles de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
«Siempre ha existido en la Televisión Cubana un programa para la música joven, como sucedió en los 70 y 80, sin embargo, hubo un impasse en los 90, algo que Cuerda Viva rescata a pesar del escepticismo de unos, la incomprensión de algunos y el apoyo de otros. Especialmente se debe a la AHS por su cotribución a este proyecto», puntualiza el especialista de la sección Todo concuerda.
Por eso se sobrepasan esquemas propios y se celebra el Festival Cuerda Viva, cuya tercera edición acontece por estos días. En siete categorías se seleccionan los distintos estilos del rock, a la vez que se eligen las mejores propuestas de rap, música cubana alternativa y la agrupación novel del año.
En esta ocasión, el Festival suma en la competencia a la trova y el flamenco, que muestra un gran auge en nuestro país, según Sandra Bara, cuya agrupación (Compañía Sandra Bara) está nominada junto al grupo Aires y a la compañía Ecos. «Cuerda Viva permite encontrarnos con un público más amplio y diverso que el que podemos hallar cuando nos presentamos en otros escenarios, y eso es esencial para los jóvenes creadores».
Lo mismo piensan artistas de otras vertientes que integran la nómina de los nominados, como los raperos Jimmy con Clase y Hermanazos, los representantes de música alternativa Poligrim, Oguere y Partes Privadas; los trovadores Silvio Alejandro, Tony Ávila, Ray Fernández y Alejandro González, y entre los integrantes de las bandas de rock al estilo de Zeus, Chlover, Tesis de Menta y Golden Popeye’s Theory.
«Es que Cuerda Viva abre oportunidades a los que hacemos rock en Cuba y a los que incursionan en otros géneros que en la Isla no tenían un espacio para la promoción», afirma Fanny Tachin, directora del grupo Hipnosis, quienes resultaron ser la banda novel en la primera edición del Festival.
«Constituyó nuestro primer paso para el reconocimiento popular, pues nos dio la posibildad de grabar un disco, y luego filmamos el video clip que fue exhibido con éxito en Lucas. Esas son cosas que han llegado al público y han hecho que conozcan nuestro trabajo», puntualiza.
La discusión teórica sobre la música que Cuerda Viva promueve, así como la celebración de conciertos en el cine Riviera, el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate y la Tribuna Antiimperialista José Martí, también forman parte de las actividades de este evento que concluye el 25 de marzo, y cuyo espectáculo de premiaciones tendrá lugar ese día en el Teatro Nacional.
Pero el colectivo del programa desde ya piensa en algo mayor, por eso su directora, Ana María Rabasa, subraya que el éxito del espacio radica en la «apuesta por el riesgo, en seguir buscando nuevos valores, porque todavía falta por descubrir muchas cosas».
Ampliar el diapasón de propuestas son los nuevos retos que se emprenden. Así lo corrobora la guionista Cary Rojas al afirmar que «todavía quedan músicos con talento que apenas son conocidos en sus lugares de orígenes, pero que tienen calidad de sobra para estar en Cuerda Viva».