La escritora venezolana Laura Antillano es una de las consagradas que aparecen en el libro. Foto: Manuel Muñoa
Cuando en febrero próximo se abran las puertas de la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, para inaugurar la Feria del Libro los lectores cubanos nos encontraremos con un volumen extraordinario que, sin duda, creará muchas expectativas entre los amantes de la buena literatura y, en particular, del cuento: Contar es un placer.Y una de las razones las ofrece en el prólogo su compilador, Emmanuel Tornés Reyes (Manzanillo, 1948-), investigador, crítico y escritor: «Hispanoamérica continúa siendo un escenario bien fecundo y estimulante en el cultivo del cuento [...]. Hoy existe en el continente, quizá como nunca antes en cuantía y variedad genérica, una legión de excelentes cultores de esta especie narrativa, desde aquellos empeñados en proseguir su escritura dentro de los cánones estilísticos más ortodoxos hasta los que participan de esta selección, más afines a las osadas formulaciones de lo posmoderno».
El conjunto de narraciones que integra Contar es un placer —con el sello Ediciones Abril— están escritos por figuras nacidas entre los años 40 y 70 del siglo pasado y representan algunos de los estilos narrativos más audaces y sugerentes de los últimos tiempos.
A los muchos méritos que distinguen esta selección es necesario añadir el interés especial de su autor en destacar el espacio que ocupa hoy la mujer en el desarrollo de este género, «debido —según afirma el también Doctor en Ciencias Filológicas por la Universidad de La Habana— a las excelencias de sus creaciones y a las conquistas alcanzadas en sus luchas civiles junto a los hombres de clara conciencia social, sobre todo, a partir de la década del 80».
Contar es un placer regalará al ávido lector no solo nombres de hombres y mujeres consagrados en la historia literaria contemporánea —como Isabel Allende, Mempo Giardinelli, Luis Britto García, Laura Antillano, Marilyn Bobes, Ana Lydia Vega, Raúl Pérez Torres, Raúl Vallejo Corral, Eliécer Cárdenas, Dante Castro y Mayra-Santos Febres, entre los más conocidos para el lector cubano—, sino que incorpora otros, quizá no tan famosos, pero cuya brillantez creativa los colocará muy pronto a la altura de los mejores como Fernando Ampuero, José Napoleón Oropeza, Liliana Heker, Roberto Bolaño, Marco Tulio Aguilera Garramuño, Cecilia Abzats, Rosa Beltrán, Dante Barrientos Tecún, Hugo Burel, Roberto Burgos Cantor, Cristina Civale, Alberto Fuguet, Edmundo Paz Soldán, Giovanna Benedetti, Ana María Jaramillo, Sergio Gómez, Marco García Falcón y tantísimos otros.
Con alborozo podrá descubrir el lector cubano que el cuento en esta América continúa siendo «una poderosa expresión de nuestros pueblos».
El doctor Tornés al calificar su obra insiste en considerarla más como selección que como antología, teniendo en cuenta los ambiciosos propósitos de su recopilación. No obstante, afirma que «la mayoría de estas ficciones pasarán algún día a ocupar, si no lo detentan ya, un sitio antológico en el corpus literario hispanoamericano».
Selección o antología —dejemos esa sutil disquisición a los especialistas—, el texto grita que cada uno de sus autores ha disfrutado el acto supremo de la creación y ese regocijo ha trascendido a los que ya contamos con el privilegio de haberla saboreado durante el proceso editorial, como estamos absolutamente seguros de que será una magnífica opción para el gran público lector: personajes subyugantes; la gracia, sobriedad y limpidez del lenguaje, y la selección de temas universales —incluidos aquellos que con tanta fuerza caracterizan los tiempos que vivimos—, ahora bajo la luz de la posmodernidad.