Foto: Calixto N. Llanes Anoche las cuadras alrededor de la Tribuna Antiimperialista José Martí eran un reflejo de lo que con toda seguridad estaba sucediendo a lo largo y ancho del país: cocineros dándole el punto a la gustada caldosa, niños apresurados por apagar las velas del más apetitoso cake, cederistas moviendo las caderas al son de la mejor música del patio... Solo que una hora antes de que el reloj marcara la medianoche, esas mismas cuadras parecían desiertas. Y es que el histórico escenario había atraído como imán tanto a los vecinos del Vedado habanero, como a miles de hijos de esta tierra que habían decidido celebrar en la capital de todos los cubanos el Día de la Rebeldía Nacional.
Esta vez la invitación vino de parte de Paulo FG y su Élite, que se hizo acompañar por la contagiosa música de los jóvenes integrantes de Eminencia Clásica, como mismo había hecho desde el pasado 22 de junio en que emprendió la gira nacional con la cual puso a bailar a media Cuba.
«Siento un orgullo inmenso por poder esperar el 26 de julio en esta Tribuna, en una fecha que significa tanto para todos los cubanos. Agradezco todas las muestras de cariño que recibí en cada una de las provincias, y a la UJC y a las instituciones que hicieron posible el encuentro de mi música con mi gente. ¡Viva Cuba! ¡Viva la Revolución!», expresó el popular intérprete, y los mismos que de corazón desearon junto a Paulito eternidad para nuestro irrepetible proyecto social, también deliraron con Un poquito de todo, Me gusta tanto, El punto, Te deseo suerte o Su libertad; magia que solo es posible en una Cuba que en la mañana de la Santa de Ana de 1953 decidió definitivamente echar a andar.