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Sí, terroristas ellos

¿Quién debería estar en una lista de países terroristas-que no fuera una lista ilegal, que fuera una lista reconocida por la comunidad internacional-? La respuesta a esa interrogante fue el hilo conductor de las reflexiones recientemente compartidas en el podcast “Desde la Presidencia”, titulado “Terroristas ellos”, en el cual intercambiaron ideas el Jefe de Estado, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, así como el Héroe Gerardo Hernández Nordelo, y la destacada diplomática Johana Tablada de la Torre

Autor:

Alina Perera Robbio

Los buenos árboles -como reza un hermoso refrán- perfuman incluso al hacha que los hiere. Así ha sucedido y sucede con Cuba que, en todos estos años de Revolución, ha sido capaz de dejar, ante los ojos admirados y adoloridos del mundo, trazas de su gigantesca humanidad, de su hermosa resistencia, en la hoja afilada del imperio quela golpea con saña y sin los resultados soñados.

Es una larga historia, marcada por la injusticia y por el odio, en la cual se ha llegado al colmo de invertir los papeles: la víctima -en este caso Cuba- va a parar a una lista de países supuestamente terroristas; los verdaderos asesinos siempre han andando sueltos; y los ejecutores del terror levantan un dedo acusador cuyo cuento -gran negocio- nadie se traga, aunque algunos tengan miedo de confesarlo.

No puede esperarse mucho en el convulso panorama planetario de hoy, pero la Revolución cubana sabe lo que es dar batalla por la verdad y por lo digno a pesar de todas las tempestades. Esa lucha es su esencia. Y esa esencia explica que en un nuevo podcast “Desde la Presidencia”, con el título de “Terroristas ellos”, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, haya expresado:

«Como todos hemos estado observando, en las últimas semanas el mundo parece girar alrededor de la nueva administración estadounidense y sus órdenes ejecutivas que parecen no tener fronteras».

«En el caso de Cuba, una de esas primeras órdenes fue devolver al país más atacado por el terrorismo en el hemisferio occidental, a una lista mendaz, políticamente motivada, de supuestos patrocinadores del terrorismo».

El dignatario recordó que la Revolución triunfante sufrió su primer gran ataque terrorista «cuando compró armas para defenderse en 1960. Y no las compró a la URSS ni a ningún país del entonces Pacto de Varsovia, sino a países capitalistas europeos».

Habló en alusión a la voladura del vapor francés La Coubre, «uno de los atentados terroristas, dijo, más sangrientos perpetrados por la CIA, aunque se niegue su esclarecimiento». Díaz-Canel recordó que en ese sabotaje murieron más de un centenar de cubanos, entre estibadores, trabajadores portuarios y combatientes del Ejército Rebelde que custodiaban la descarga, y seis tripulantes franceses”.

Sobre ese golpe que dejó como saldo unas 400 personas heridas y más de 80 huérfanos, el Jefe de Estado enunció: «Creo que las nuevas generaciones necesitan conocer estos hechos, necesitan saber que no hay nada más cínico que la lista de supuestos patrocinadores del terrorismo», la cual “elaboran los gobiernos estadounidenses”, y en la que incluyeron, excluyeron, y volvieron a incluir a Cuba “con una incoherencia tremenda”.

Para hablar sobre quiénes son los verdaderos terroristas y por qué, el mandatario invitó al espacio del podcast“a dos amigos entrañables”: Gerardo Hernández Nordelo, un héroe que estuvo 16 años preso en Estados Unidos, “precisamente para evitar actos terroristas contra Cuba”; y “una diplomática muy joven, muy suspicaz, muy enérgica, que ha defendido a Cuba en varias tribunas internacionales”: Johana Tablada de la Torre, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

¿El terrorismo contra Cuba es cosa del pasado?, preguntó el mandatario a Gerardo, y el Héroe de la República de Cuba afirmó que “es cosa del pasado y también del presente”, que apenas triunfó la Revolución -y hasta posiblemente antes-,y ya los Estados Unidos estaban planeando cómo destruirla.

Él hizo referencia a los agentes que desde muy temprano fueron entrenados por la CIA e infiltrados en la Isla, y denunció la impunidad con que han actuado organizaciones terroristas como Omega 7, “la más grande que ha habido en Estados Unidos”. La historia llega hasta hoy -enunció Gerardo-; es desembozada y los terroristas no se esconden para hacer sus convocatorias.

Díaz-Canel Bermúdez comentó a su interlocutor y en clara alusión a René, Ramón, Antonio, y Fernando -los otros cuatro luchadores antiterroristas que dieron batalla por la Patria hasta las últimas consecuencias-: “Sin embargo, a ustedes que estaban protegiendo a Cuba del terrorismo y que estaban también ofreciendo un servicio para el mundo, los condenaron a cadenas perpetuas -como en el caso tuyo-, a condenas totalmente exageradas”.

¿Con qué moral ellos van a poner a Cuba en cualquier lista, sobre todo si se trata de terrorismo?, reflexionó Hernández Nordelo. Y el Presidente cubano dedicó algunas ideas a razonar sobre el “dolor humano”, sobre las huellas inolvidables que dejan los actos terroristas.

Sobre la lista del odio

¿Cuándo surgió la lista, qué objetivos persigue, por qué Cubaestá en ella, y cuáles son los costos materiales y humanos? El Jefe de Estado extendió tales interrogantes a Johana Tablada, quien compartió desde el podcast varias reflexiones al respecto: La lista, dijo, surgió en 1979, a partir de una orden del Congreso de los Estados Unidos. “Siempre ha sido una herramienta de política exterior y de coacción contra gobiernos”, enunció la diplomática, quien dejó en claro que quienes la manejan “están interesados en desacreditar” a los gobiernos, con fines de dominación.

En el caso de Cuba -explicó Johana- fue el Presidente estadounidense Ronald Reagan quien incorporóel país a la lista, en 1982: “Fue en una época convulsa en las relaciones internacionales, de agudización de conflictos este-oeste, de crecimiento de los movimientos de Liberación Nacional en América Latina”. Entonces, dijo, Estados Unidos estaba “apoyando a las dictaduras principales de nuestra región”.

No hubo razón alguna que vinculara a la Mayor de las Antillas a la comisión de actos terroristas, reflexionó la subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. En su opinión, que un presidente -como hemos visto recientemente- retire a Cuba de la lista, y que días después otro presidente vuelva a incluirla, pone en evidencia que “la lista no tiene nada que ver con el desempeño de un país en la lucha contra el terrorismo”.

Cuba -recalcó- es un país que no tiene absolutamente ningún tipo de vínculo con el terrorismo; “en Cuba nunca se han organizado ataques terroristas contra Estados Unidos, ni se ha utilizado nuestro territorio para realizar actos terroristas, ni se ha apoyado a organizaciones terroristas. Por el contrario”.

En el caso de Estados Unidos, ese sesgo es mucho más escandaloso, cuando Cuba ha cooperado con ese país en el enfrentamiento al terrorismo, dijo Johana.

Por otra parte, como ella explicó, “la lista, unilateral, no tiene absolutamente ningún respaldo internacional, no está asociada a ninguno de los mecanismos multilaterales en la lucha contra el terrorismo, y muchísimo menos al desempeño de Cuba en la lucha contra el terrorismo”.

Sobre los principales objetivos de la fraudulenta lista, Johanna enunció que con ella se pretende desacreditar a Cuba, aislarla internacionalmente, al tiempo de ser “un instrumento de persecución financiera, el más duro que existe”.

En cuanto al impacto directo, la experta argumentó que la lista “multiplica el cerco financiero que ya el bloqueo de más de 60 años tiene contra Cuba”. En la misma línea de pensamiento dijo que la misma atenta contra los viajes de extranjeros a Cuba, que no necesariamente tienen que ver con los Estados Unidos, o con vivir en ese país.

Tal política -explicó Johana- “repercutió directamente en el turismo, en cifras dramáticas que han tenido impacto para toda la población”. Con la lista, además, “se afectan las exportaciones cubanas”, pues se “ponen en rojo todas las transferencias internacionales, cuando la palabra Cuba aparece ahí”.

Tal persecución financiera -añadió Díaz-Canel Bermúdez- “refuerza mucho la persecución energética que también hay contra nosotros”.

Johana Tablada hizo referencia al equipo que “lamentablemente Trump ha vuelto a llamar para ocuparse del tema Cuba”: son “personas que casi secuestraron la política hacia Cuba en la administración anterior y queahora lo están haciendo con mucha premura, porque no tienen respaldo, ni en su propio país, ni en la comunidad internacional”.

Añadió que cuando la primera medida del gobierno de Trump sobre Cuba es -dentro de un paquete de 80-poner a Cuba, reincluirlaen la lista espuria y fraudulentade Estados que patrocinan el terrorismo, eso quiere decir que ellos saben que estar fuera de esa lista le daría “un respiro a la población cubana. Inmediatamente: en los viajes, en el turismo, en el combustible, en la venta de productos farmacéuticos, en la compra de productos que hoy se encarecen al triple, en los cargueros internacionales…”.

El Jefe de Estado comentó a la diplomática: “Con lo que tú has explicado, es indudable que no hay legalidad en esa lista; porque, además, no está amparada por ningún organismo internacional”. Más adelante el dignatario apuntó que los que pueden estar confundidos no entienden lo que significó para Cuba -aunque fuera por cinco, por seis días- que la anterior administración hubiera tenido que reconocer que no había prueba alguna para tener al país caribeño en la lista. La inclusión inmediata de Cuba por parte de la nueva administración, la actual, ha demostrado -apuntó Díaz-Canel Bermúdez- la falacia de toda esta operación política.

Castigo sin legalidad ni moral

Solo en el 2024 se contabilizaron, hasta noviembre, 1703 pronunciamientos en favor de que Cuba saliera de la lista. Así se expresaron 57 gobiernos del mundo, 107 partidos políticos, y tuvieron lugar más de 660 pronunciamientos en favor de la Isla, por parte de parlamentos y de parlamentarios, además de otras organizaciones y entidades que sumaron sus voces en tal dirección.

Los datos fueron aportados por Johana Tablada en el espacio del podcast, quien valoró que eso “está diciendo lo que el mundo piensa”. La diplomática razonó también: “El plan de ellos es que se le hagan muy difíciles a Cuba, más difíciles que a nadie, las operaciones más sencillas”.

Como el sistema financiero internacional está dominado por los Estados Unidos, la guerra incluye -como explicó la experta- que además se intimide a las personas que en el mundo se “han atrevido a invertir por nosotros, a apostar por nosotros”.

Es difícil pensar en otro país -subrayó ella- que haya sido sometido al nivel de medidas a que se ha sometido Cuba desde el 2019 para acá, y que no haya colapsado.

“Por eso -hizo énfasis Díaz-Canel- siempre califico a esta política de totalmente perversa”. Lo dijo porque “es inhumana, es desprovista de cualquier consideración hacia un pueblo”.

El Jefe de Estado denunció que quienes toman las medidas luego se jactandiciendo que todo se hace para beneficio del pueblo cubano: Son “calumnia tras calumnia, mentira tras mentira, desacreditación tras desacreditación, mutilación de la reputación de la Revolución cubana. Es todo lo que persiguen”.

Gerardo Hernández Nordelo recalcó que Estados Unidos “no solo no tiene la más mínima prueba de que Cuba patrocina el terrorismo: Ellos no tienen absolutamente ninguna moral para poner a alguien en una lista de este tipo”.

Él recordó que en el tiempo en que vivió en territorio estadounidense no era difícil encontrar carteles que indicaban zonas donde había campos de entrenamiento paramilitar. Se trataba, dijo, de una variedad de grupos patrocinados por los Estados Unidos; y, si no patrocinados,como mínimo tolerados.

Cuba tiene más de 2000 víctimas del terrorismo, hizo hincapié Hernández Nordelo, quien no pasó por alto que “seguimos siendo afectados, incluidos en la lista”, la cual “afecta no solo a los cubanos que viven en Cuba sino también a los que viven en los Estados Unidos”, algunos de ellos, razonó, víctimas del terrorismo por el solo hecho de abogar por relaciones normales entre los dos países.

“Se quejan de que les llamen la industria del odio, la industria del mal, pero es que viven de eso”, subrayó Gerardo a propósito de quienes estigmatizan a Cuba; y preguntó en otro momento: El día que Cuba y los Estados Unidos tengan relaciones normales, ¿de qué van a vivir quienes han hecho del odio un negocio?

“¿De qué van a vivir la contrarrevolución y los verdaderos terroristas de esa contrarrevolución que están ahí, que ganan de ese negocio?”, recalcó el Presidente cubano. Y Gerardo y Johanna hablaron de cómo esos mercaderes del odio estafan a la población que vive en la nación norteña, diciendo durante muchos años que a la Revolución le quedan días.

El dolor en la memoria

El Presidente Díaz-Canel declaró que nunca podrá olvidar los duros momentos vividos desde Cuba durante la COVID-19, el “momento en que nos negaron los ventiladores pulmonares”, el “momento en que nos negaron el oxígeno, y cómo presionaron bajo todas estas estructuras de bloqueo y de la inclusión de Cuba en la lista de países terroristas, para que a la gente no le llegaran cosas que eran básicas, en un momento terrible”.

“Cuba no se ha comportado así”, reflexionó Johana Tablada, quien no pasó por alto que el enemigo apostó a que la COVID-19 pudiese hacer en Cuba lo que no pudo hacerse en tantos años de Revolución: destruir a esa Revolución.

No nos vamos a cansar de agradecer a quienes nos dieron la mano cuando otros nos daban con el puñal por la espalda, dijo la diplomática, quien también reconoció que hay muchísimas organizaciones estadounidenses, muchos científicos que tienden puentes con sus homólogos en la Isla. Sobre el episodio de los ataques sónicos, en el cual el gobierno de los Estados Unidos pretendió inculpar al país caribeño, la experta afirmó que no se sabe cuál será el próximo episodio, “pero sí sabemos que están desesperados por encontrar un nuevo pretexto para evitar el acercamiento”.

Tienen medidas contra Cuba todos los días, dijo Johana Tablada, pero les cuesta trabajo presentarlas porque el pueblo estadounidense se pregunta: ¿Y Cuba qué nos ha hecho?

Tantos puentes posibles…

Sobre la larga historia de ensañamiento, Gerardo Hernández expresó que generaciones sucesivas de cubanos han nacido bajo los efectos del bloqueo imperial. La otra cara de esa realidad fue explicada por el Jefe de Estado:

“Cuando conversamos con representantes de diferentes sectores del pueblo norteamericano que nos visitan, o cuando hemos estado en ocasión de los segmentos de Alto Nivel de Naciones Unidas, (explicamos) que en Cuba no hay odio hacia el pueblo norteamericano; y yo les digo: la cantidad de cosas que dejamos de disfrutar como dos pueblos unidos, que pudieran tener una relación más cercana”.

Tal como lo contó, el Presidente habla en esos espacios sobre las experiencias de asistir al Festival de Jazz, sobre ver a los músicos cubanos compartiendo, a los científicos, a los deportistas cubanos y estadounidenses compartiendo, a los estudiantes universitarios, “y uno se da cuenta de todo lo injusto que es esto”.

Uno tiene la esperanza de vivir algún día -expresó Gerardo Hernández- “en un país que no esté bloqueado, un país que tenga relaciones normales -mutuamente ventajosas, civilizadas y respetuosas- con los Estados Unidos”.

Hay muestras de solidaridad de ambas partes, históricas, y que se mantienen hasta el día de hoy, razonó Gerardo, quien dijo que todavía hoy vienen muchas personas de allá, que a veces traen en su equipaje su poquitico de medicina para ayudar no solo a la familia sino también a cualquier persona en Cuba, y lo entregan de manera desinteresada, y muchas veces anónima, por temor a lo que puede ocurrirles a la vuelta.

“Algún día se hará justicia -resaltó-, y nuestros pueblos y también la comunidad cubana que vive en los Estados Unidos y que padece también ese bloqueo, tendrán la oportunidad de vivir como vive cualquier otro emigrante de otro lugar allí, en los Estados Unidos”.

Historia del odio, y también del amor

Hacia el final del podcast, Díaz-Canel Bermúdez reflexionó: “Indudablemente, de manera universalestá reconocido el terrorismo como el uso sistemático de violencia para generar miedo, caos, coacción en una población o Gobierno, con el fin de alcanzar objetivos políticos, religiosos, ideológicos o sociales; y los actos terroristas pueden ir a extremos, o van a extremos: incluyen atentados, secuestros, asesinatos, sabotajes, y otros métodos violentos dirigidos contra civiles, contra instituciones, contra símbolos, y todo eso lo hemos vivido en Cuba”.

“Preguntémonos quiénes son las víctimas, y quiénes son los victimarios en esta historia. La historia acusa a sucesivas administraciones de Estados Unidos, de actos terroristas, y eso se expresa en diferentes hechos. Primero, hay un apoyo histórico a regímenes y grupos en América Latina -recordemos la década de 1970 y 1980, durante la llamada Guerra Fría. Estados Unidos apoyó a regímenes autoritarios y dictaduras militares en América Latina, como Chile y Argentina, con el supuesto propósito de contener el comunismo. O sea, contener el comunismo era una carta abierta para hacer terrorismo”.

“En el Oriente Medio apoyó a gobiernos y monarquías en esa región, y a grupos también extremistas y terroristas. Cuando ha aplicado medidas coercitivas unilaterales -contra Irán, contra Venezuela-, las sanciones económicas impuestas han sido acusadas también de ser una forma de terrorismo económico que afecta a la población civil, que dificulta el acceso a bienes esenciales como alimentos y medicamentos”.

Sobre el caso particular del país caribeño, el Jefe de Estado afirmó que “las acciones de Estados Unidos contra Cuba han sido también calificadas como terroristas, porque abarcan una serie de eventos y políticas a lo largo de varias décadas”. Entonces pidió recordar la explosión del vapor La Coubre; la Operación Mangosta, de 1961 a 1965 -cuyo objetivo era desestabilizar al Gobierno cubano a través de una serie de actos de sabotaje que incluyeron incendios, explosiones, el uso de armas biológicas para dañar el cultivo y el ganado-; y mencionó la invasión por Playa Girón en 1961, la cual “fue un intento fallido de derrocar al Gobierno cubano, apoyado por la CIA, y provocó la muerte de 176 cubanos y más de 300 heridos”.

El atentado a Cubana de Aviación en 1976, aquella nave que explotó en pleno vuelo y por lo cual murieron 73 personas a bordo; los intentos de asesinato como manifestación terrorista -se han documentado, por ejemplo, más de 600 intentos de asesinato contra el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz-; la introducción de la epidemia del Dengue Hemorrágico en 1981, que causó la muerte de 158 personas, incluyendo 101 niños… El Presidente compartió una larga lista de ataques, en la cual también incluyó otros episodios:

Los sabotajes a infraestructuras -durante los años 90 se colocaron explosivos en hoteles de La Habana, y uno de ellos fue en el que resultó muerto el turista italiano Fabio di Celmo; las sanciones económicas; bloqueos desde 1960; bloqueo recrudecido con la administración Trump; bloqueo recrudecido con la administración Biden; y la inclusión en la lista de países que supuestamente apoyan el terrorismo.

Pero no olvidemos otro detalle, pidió el Presidente cubano: Que varios individuos vinculados a acciones terroristas contra Cuba encontraron refugio en los Estados Unidos.

Díaz-Canel Bermúdez enunció que “en contraposición a esto, nosotros sí podemos afirmarlo, lo reconoce la comunidad internacional, Cuba no es un país terrorista. Cuba tiene una política exterior pacífica, no intervencionista”.

“Como parte de nuestras convicciones nuestro país ha participado en esfuerzos de mediación y resolución de conflictos en diferentes regiones del mundo, incluyendo América Latina y África. Hemos mantenido una postura diplomática y cooperativa en el escenario internacional. Hemos sido defensores del respeto a la soberanía de las naciones y la no intervención en los asuntos internos de los países. Hemos cumplido nuestros compromisos con el derecho internacional. Hemos firmado y ratificado numerosos tratados internacionales, muchos de ellos contra el terrorismo; y hemos cooperado con organizaciones internacionales en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico”.

“Tenemos un sistema de seguridad robusto, que monitorea y previene actividades terroristas dentro de nuestro país, y las leyes de la política externa están diseñadas para prevenir y combatir cualquier forma de terrorismo; y hay una historia de colaboración inmensa, que demuestra toda nuestra disposición a colaborar con otros países, incluso con Estados Unidos”.

El Presidente cubano, quien hizo referencia a “la cooperación que hacemos en temas de seguridad y lucha contra el terrorismo”, también afirmó: “Participamos activamente en foros internacionales, como miembro activo que somos de la Organización de Naciones Unidas, y de otros organismos internacionales; y lo que hacemos es promover la paz, la cooperación con relación a esto; y están las magníficas expresiones de la colaboración en salud y en educación, en todo el mundo”.

Díaz-Canel recordó que tuvieron que pasar más de 40 o 50 años de Revolución para que, con un método cubano, con un esfuerzo de Cuba, cuatro países latinoamericanos se declararan libres de analfabetismo: “Eso se hizo con maestros cubanos, compartiendo el conocimiento, enseñando en las regiones más recónditas de muchos países de América Latina. Y por eso hay un reconocimiento internacional de esa posición de Cuba, y eso contrasta con la idea de que Cuba sea un país terrorista”.

“Entonces, cabe preguntarnos quién debería estar de verdad en una lista de países terroristas -que no fuera una lista ilegal, que fuera una lista reconocida por la comunidad internacional-; y yo creo que para todos, después de las explicaciones que ustedes han dado, la respuesta es obvia”.

“Para nosotros existen nuevos desafíos; y el país se ha preparado y tiene una estrategia para salir adelante con esfuerzos propios, con nuestro talento, con nuestra inteligencia, conscientes de que jamás podemos esperar beneficios de ninguna administración estadounidense, porque eso es lo que nos enseña nuestra historia”.

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