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La Habana es bella, pero tenemos que ir curándole las heridas

En el cumpleaños 505 de La Habana, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, continuó este sábado sus ya habituales recorridos por la capital

Autor:

René Tamayo León

De las inversiones que se ejecutan en el sistema central del alcantarillado de La Habana, que mejorarán ostensiblemente la evacuación de las aguas albañales de cinco municipios, conoció el Primer Secretario del Comité Central y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en sus ya habituales recorridos sabatinos por la urbe, que sirvió para celebrar el 505 cumpleaños de la Ciudad.

La jornada laboral del Jefe de Estado avanzó en la Cámara de Rejas del Sifón de La Habana, también conocido como el Cubo de Caballería, una construcción futurista que enmascara los dispositivos dedicados a detener y extraer los residuos sólidos de determinada granimetría, para aminorar la obstrucción del flujo de aguas negras del centenario conducto, calificado como una de las maravillas de la ingenería cubana.

Una donación de cerca de un millón de euros de instituciones españolas, más fondos millonarios del país en moneda nacional, está contribuyendo a rehabilitar un servicio vital que ante la falta de recursos para su mantenimiento estaba muy limitado.

Las obras incluyen la adquisición y colocación de compuertas, válvulas y la reparación del sistema automático de limpieza de la Cámara de Rejas y motores para la estación de bombeo de Casa Blanca que impulsan los vertimientos, a través de un emisario submarino, hacia las profundidas del golfo de México.

Las inversiones tendrán un impacto principal en los municipios de La Habana Vieja y Centro Habana, sobre todo en las zonas bajas, donde, debido a las obstrucciones del sistema, hoy se enfrenta una situación crítica, con vertimientos de aguas negras en edificaciones y calles.

En el recorrido por La Habana Vieja, Plaza y Cerro, dirigido a comprobar la recuperación tras el paso del huracán Rafael, el Presidente estuvo acompañado por el miembro del Buró Político Roberto Morales Ojeda, Secretario de Organización del Comité Central del Partido; José Ramón Monteagudo Ruiz, miembro del Secretariado del Comité Central, e Inés María Chapman Waugh, vice primera ministra.

También participaron Liván Izquierdo Alonso, primer secretario del Comité Provincial del Partido; Yanet Hernández Pérez, gobernadora de La Habana, y las autoridades políticas y gubernamentales de cada uno de los municipios visitados.

Díaz-Canel, como hace cotidianamente en estos recorridos, verificó el comportamiento de la recogida de desechos sólidos en la capital, haciendo énfasis en la disciplina y organización tecnológica que se requiere, y en la que es indispensable que los trabajadores de Comunales dejen bien limpios los lugares dispuestos para los contenedores, los cuales, exigió, deben quedar en su lugar y tapados.

Indagó sobre el abasto de agua a la ciudad y el estado de las bombas en las fuentes de abasto, que se van recuperando poco a poco, aunque algunas han tenido roturas. El presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Antonio Rodríguez Rodríguez, informó que en estos momentos carecen del servicio unos 250 000 habaneros.

«En esto todavía estamos en una situación peor que antes del paso del ciclón», señaló Díaz-Canel a las autoridades del INRH y de la capital, quienes explicaron que las labores que se realizan en las fuentes permitirán reducir las afectaciones en corto plazo.

Proyectos hermosos

Acompañado por Perla Rosales Aguirreurreta, directora adjunta de la Oficina del Historidor, el Presidente de la República comprobó luego las obras de recuperación del antiguo Palacio Sarrá, al que se le ha devuelto casi todo su esplendor empleando materiales nacionales y con apoyo del Fondo Saudita para el Desarrollo.

Junto a la que acoge el Centro Hispanoamericano de Cultura, el antiguo Palacio de las Cariátides, el Sarrá es la edificación de mayor valor patrimonial del Malecón Tradicional; es considerada como «una pieza singular de las primeras décadas del siglo XX en La Habana».

El inmueble abrigará ahora el proyecto Nodo Habana, calificado como «un espacio de diálogo entre las artes y el diseño, sede de diversos eventos culturales y académicos, con protagonismo del microteatro y la música». El hermoso palacio será gestionado por el proyecto de desarrollo local Sin filtro, y acogerá la próxima Bienal de Arquitectura.

Recibido por artistas y arquitectos involucrados en la recuperación y la gestión del centro, entre ellos la vicepresidenta primera de la Uneac, Magda Resik Aguirre, Díaz-Canel observó diferentes áreas del recinto y constató, una vez más, y así lo expresó, cómo, a pesar de los momentos difíciles que se viven, es posible acometer proyectos grandes y hermosos como este.

Con habaneros escoba en mano

En la circunscripción No. 84 del consejo popular Vedado- Malecón, municipio de Plaza de la Revolución, Díaz-Canel compartió con brigadas juveniles y estudiantiles y de trabajadores de instituciones estatales que participan en la higienización de la ciudad.

El Vedado es ya una zona recuperada de los daños del huracán, y ahora el empeño es hacer sostenible la limpieza con el trabajo especializado de Comunales y el apoyo de los vecinos, señaló el Presidente, que prácticamente saludó, uno por uno, a cerca de un centenar de personas que, escoba en mano, se afanaban por hacer de esta una ciudad más limpia, aunque la tarea es ambiciosa.

Bajo los frondosos árboles que caracterizan el Vedado, el Jefe de Estado conoció del programa para la poda y tratamiento de estos, algunos casi centenarios que, a pesar de que su sombra es bendecida en los días de canícula, constituyen un verdadero peligro para los tendidos eléctricos ante situaciones hidrometeorológicas, además de levantar las aceras y parterres que se interponen a sus raíces.

Díaz-Canel elogió el trabajo de higienización que se está realizando en el Vedado por fuerzas voluntarias y llamó a incorporar a los habitantes de la barriada. «¡Qué mejor que los vecinos estén participando en la limpieza y embellecimento!», subrayó.

No podremos mantener la cantidad de equipos que están trabajando hoy en limpieza de La Habana, señaló el mandatario, pero mucho ayudará, dijo, si cada semana, liderados por los CDR y los centros de trabajo asentados en la zona, las personas salen a limpiar las calles y atender los jardines y los parterres de sus cuadras.

Igual experiencia pudo comprobar el Jefe de Estado en el municipio de Cerro, donde trabajadores y vecinos del territorio limpiaban los entornos de la rotonda de la Ciudad Deportiva.

Al conversar con un entusiasta grupo de cederistas y trabajadores de centros laborales que realizaban la labor, Díaz-Canel les diría que con lo que estaban haciendo se demostraba «que sí se puede». Esta ciudad es bella —comentó—, pero tenemos que ir curándole las heridas.

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