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Diez años «causando» una buena impresión

La empresa Soygraf, encargada de garantizar actualmente la producción de los periódicos nacionales y provinciales, a una década de fundada este 1ro. de octubre, continúa acometiendo una compleja inversión tecnológica para el mejoramiento integral de sus productos y servicios

Autor:

Yoelvis Lázaro Moreno Fernández

Inmersa en uno de los procesos de cambio tecnológico más grandes en la historia de las producciones gráficas cubanas, la empresa de periódicos Soygraf, perteneciente al Grupo Empresarial de la Industria Ligera (Gempil), del Ministerio de Industrias, arriba este 1ro. de octubre a su primera década con el compromiso de seguir trabajando por lograr más protagonismo en tareas de impacto social y mayor calidad en los productos y servicios que ofrece.   

Laura Margarita Pupo Almaguer, directora general de la empresa, explicó a Juventud Rebelde que, más allá de la misión de garantizar la producción de periódicos, tanto nacionales, provinciales como algunos de alcance internacional producidos en Cuba, Soygraf se ha destacado en la confección de libretas, cuadernos y libros escolares.

Es esta una estructura poligráfica líder y de alto reconocimiento por su incidencia en la promoción y socialización de la información, el conocimiento y la cultura. Se dedica, además de producir y comercializar de forma mayorista periódicos, a realizar tabloides, revistas, impresos comerciales, libros, folletos, etiquetas, plegables y otras producciones de la industria gráfica en cualquier soporte.

Entre los diferentes productos elaborados por la empresa en los últimos tiempos sobresalen plegables, catálogos, portacelulares, trofeos, blocks de notas, cuños, suvenires, agendas y llaveros, precisó Annaliet Solis Cordero, directora de Capital Humano, quien informó que Soygraf cuenta con unidades empresariales de base (UEB) en seis provincias: La Habana, Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus, Las Tunas y Holguín, y tiene 567 trabajadores en todo el país.  

La Directora General de Soygraf destacó que la empresa confiere actualmente completa prioridad a un complejo e integral proceso de reconversión tecnológica, del cual ya se han obtenido ostensibles resultados, sobre todo en los centros de impresión de Villa Clara y La Habana. En este último emplazamiento todavía está en proceso la transformación, al igual que en Holguín. 

Pupo Almaguer ponderó a JR que ya se han notado algunos beneficios como fruto de la puesta en marcha de una parte del proyecto de inversión, entre los que se pueden resaltar el ahorro de materias primas, la mejora de las condiciones de trabajo, la disminución de los tiempos de producción e impresión y, sobre todo, el incremento de la calidad de los productos que se confeccionan.

Un poco de historia

Décadas atrás, Cuba era considerada una potencia de las artes gráficas en la región, particularmente por la cultura ganada en el desempeño de este oficio, cuyo origen databa de siglos pasados. Fueron inmigrantes franceses y españoles en la época colonial quienes trajeron desde Europa a la Isla lo más avanzado de ese arte, fundando pequeñas imprentas en La Habana, Santiago de Cuba y otros lugares del país.

Según explica a JR Juan José Valdés Pérez, director de la Dirección Integrada de Proyectos de Soygraf, entre 1959 y 1989, los importantes programas de la Revolución en la educación, la cultura y en otras esferas en desarrollo del país y de la sociedad cubana demandaron inversiones en las artes gráficas, que fueron materializadas con tecnología procedente principalmente de las entonces República Democrática Alemana y la Unión Soviética.

La modernización de la prensa se inició en la década de los años 80 del pasado siglo, a partir de un proyecto realizado por el grupo inversionista del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y se creó en la segunda mitad de esa década talleres de producción de periódicos, inicialmente en La Habana y Holguín, y a finales de los 90, en Santa Clara.

El 4 de febrero de 1986 se realizó la puesta en marcha de las primeras máquinas rotativas Rondo set, fabricadas en la República Democrática Alemana. Con ellas se llevó a cabo la impresión de periódicos en La Habana y Holguín, respectivamente.

Valdés Pérez argumenta que la sensible disminución que sufrió la producción de periódicos y revistas en la década de los años 90 del pasado siglo, como consecuencia del Período Especial, unido al creciente deterioro de la tecnología, contribuyó a una brusca reducción de las publicaciones y número de ejemplares, lo que ha constituido en los últimos años una limitante para la información a la población.

Resalta Juan José que el hecho de haber trabajado con una tecnología con más de 30 años de explotación intensiva y que no se fabrica desde hace más de dos décadas, es la causa fundamental de que la contratación de las piezas de repuesto sea excesivamente costosa, ya que esta fabricación resulta exclusiva o unitaria.

Se había producido un deterioro tecnológico notable, al extremo de que era muy difícil garantizar la producción oportuna y la calidad competitiva. Cada vez eran mayores las roturas y las interrupciones durante el proceso productivo, lo que trajo más de una vez atraso en la salida y distribución de los periódicos. Ante un escenario de tantas complejidades, se hacía necesario entonces un cambio tecnológico y productivo casi desde las mismas raíces. 

Pautas de una inversión

De acuerdo con el máximo responsable de la Dirección Integrada de Proyectos de Soygraf, la inversión que se acomete para la reconversión tecnológica en el país se basa en dos aspectos esenciales: el primero es garantizar la sostenibilidad de la industria para la producción de prensa y otros productos de artes gráficas con vistas a los próximos 20 años, lo cual tiene un alcance estratégico y un carácter esencialmente político y social.

Algunos de los productos expuestos en el Congreso de la Industria de la Moda, los Muebles, los Ambientes y los Estilos (FIMAE 2024), como parte de la más reciente edición de la convención internacional CubaIndustria, donde la empresa fue premiada. Foto: Cortesía de Soygraf

El segundo aspecto se resume en la mejora de la calidad de los productos, la reducción del tiempo empleado para los procesos de impresión y en la ampliación de las capacidades productivas, cuyo alcance se extiende a la industria nacional de artes gráficas, específicamente a los tres centros de impresión de Soygraf

El aumento de la capacidad productiva gracias a la nueva tecnología y su fiabilidad garantizarán dar respuesta con inmediatez a las demandas crecientes de periódicos, revistas, folletos, libros y otras producciones gráficas, y reducirán los tiempos de los procesos de preimpresión e impresión y distribución. El país estará en condiciones de dar una respuesta más eficaz en el orden comunicacional ante los retos de la lucha ideológica actual y futura, asegura Valdés Pérez.

Con la incorporación de manera progresiva de la nueva tecnología se logra la humanización del trabajo al eliminar procesos manuales riesgosos, y debido a los atrasos tecnológicos que se han dado se realizan actualmente con una elevada exigencia física y en ocasiones de modo perjudicial para la salud del personal.

Asimismo, al ponerse en marcha la nueva tecnología los desechos sólidos de la industria, fundamentalmente papel, disminuirán en igual proporción a los ahorros de esa materia prima. Además, se erradicarán los desechos de productos químicos, entre ellos los reveladores de planchas.

Es importante significar que serán menos también los agentes contaminantes que se generan por el deterioro de la tecnología, aunque los desechos de la producción y los servicios que no se erradican por completo cuentan con su plan de manejo y no afectan el medio ambiente. La mayor parte de los desechos sólidos, que continuarán siendo papel, cartulina y planchas de aluminio, se pueden reciclar a través de las Empresas de Recuperación de Materias Primas de los territorios donde están ubicados los centros de impresión.

Por último, aclara Juan José que el proyecto de inversión, sin desconocerse el actual escenario económico adverso por el que el país atraviesa, fue diseñado para un plazo de aproximadamente casi 20 años, los cuales fueron divididos en un principio en cuatro fases. La primera comprendía desde el inicio de la explotación del equipamiento, presumiblemente a mediados de 2019, hasta finales del año 2022; la segunda comenzó a inicio de 2023 y se prevé finalizar en 2027; la tercera abarca el período 2028-2032, y la cuarta va de 2033 a 2036.

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