Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

De la libertad que perdemos

Persiste la falsa imagen del poderío de quien, cigarro en mano, camina o disfruta un café. O de quien, desbordante de sensualidad, lo coloca entre sus labios

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Dos locutores inician la lectura del mismo texto al mismo tiempo. Independientemente del ritmo o cadencia que uno u otro le otorgue al ejercicio, la diferencia se notará de inmediato si uno de los dos es fumador. Créame, la fatiga es notoria. Como lo es la poca limpieza de la voz, el carraspeo, el rasgado vocal y claro, en algunos casos, la excesiva tos o flema.

Que usted haya decidido fumar, aun cuando esté consciente del daño que le hace a su salud y el gasto monetario cotidiano, no quiere decir que pueda desempeñarse, a plenitud, en todas las esferas de la vida. Aunque considere que necesita del cigarro o el tabaco para combatir el estrés, mantener su peso corporal, reducir el apetito y cualquier otro pretexto que se busca, lo cierto es que nunca será igual el rendimiento de un fumador con respecto al de quien no lo es.

Fumar o vapear tiene sus consecuencias. Sí, porque el último verbo, aparentemente inofensivo, no se queda fuera. Inhalar el vapor creado por un cigarrillo electrónico no resulta inofensivo, a pesar de que entre sus ventajas figure no tener los dientes manchados o mal aliento. Las sustancias adictivas están en su contenido de igual manera.

Tal vez, si analizáramos cuán desfavorable resulta para cualquier actividad cotidiana el acto de fumar, lo pensáramos mejor. En términos relacionados con la sexualidad y la reproducción, por ejemplo, los expertos han demostrado que en el caso del hombre el tabaquismo deteriora la erección y la formación de espermatozoides, e incide en el incremento de los riesgos de aborto espontáneo, embarazo ectópico y parto prematuro en las mujeres.

Sin embargo, persiste la falsa imagen del poderío de quien, cigarro en mano, camina o disfruta un café. O de quien, desbordante de sensualidad, lo coloca entre sus labios. Entre adolescentes, se aplaude a quien lo hace (más si es a escondidas de los padres) y no pocos niños, con lápices o papelitos enrollados, imitan a sus padres, convencidos de que esa es la imagen del éxito.

¿Éxito? Lo tenía la locutora cubana y también profesora Gladys Goizueta, y bien que estaría aún regalando su natural talento a través de las ondas radiales si el maldito hábito no hubiera sido más fuerte y esa neoplasia pulmonar no le hubiera ganado la lucha.

Si nada de esto fuera suficiente, y a propósito de que hoy es el Día Mundial sin Tabaco, le pregunto: ¿acaso ha pensado usted en la libertad que cercena al fumar? Sí, la tan anhelada libertad…

No se es libre si se depende del consumo de algo para sentirnos bien, plenos, a gusto. No se es libre cuando nuestro comportamiento se afecta por la ausencia o carencia de algo. No se puede vivir así. Vapee vida, y no lo contrario.

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