El móvil de la fundación tuvo un carácter económico sustentado por intereses particulares Autor: Roberto Suárez Publicado: 10/06/2021 | 02:41 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.—El pretexto-mentira más difundido de la fundación de esta ciudad, hace este 15 julio 334 años, fue que se debió a la piratería.
Esa historia esgrimida por los incitadores de ir a un nuevo asentamiento se repitió hasta que las investigaciones históricas confirmaron que realmente obedeció a intereses económicos, pero hubo otras detalles imprecisos que aún siguen sin estar esclarecidos con plena exactitud.
A estas alturas alguien podrá aducir que en realidad tampoco resultan hechos trascendentes, pero ¡sí! porque un acontecimiento de esa magnitud nunca se origina de un solo alón.
La discrepancia
Evoca la historiadora Anido Gómez-Lubián que en lo que es hoy el Parque de El Carmen se fundó en 1689, la localidad. Allí realizaron la Santa Misa y a la sombra de un tamarindo oraron con fe para que este nuevo asentamiento se desarrollara.
Sobre aquel alumbramiento los hechos de mayor divergencia, según prestigiosos historiadores villaclareños, fueron: el móvil, el número de personas y el de familias fundadoras, el lugar y el tamarindo.
La primera publicación de La Memoria histórica de la villa de Santa Clara y su jurisdicción de Manuel Dionisio González, data de 1858 repetida y reafirma durante muchísimos años nunca resultó objetada, hasta que en 1985 la revista Islas de la Universidad Central de Las Villas, publicó el ensayo Fundación de Santa Clara, (Un curioso caso de nepotismo) de la remediana Natalia Raola Ramos, en que argumenta criterios divergentes con aquella versión.
A partir de ese estudio y otros posteriores se llegó a las siguientes conclusiones por la Comisión de Historia municipal:
El móvil de la fundación tuvo un carácter económico sustentado por intereses particulares. Se ha argumentado también que los últimos ataques de envergadura de piratas a Remedios ocurrieron en 1667, pero la aprobación del traslado de la villa de San Juan de los Remedios fue en 1684, cuando habían pasado más 16 años, lo que hace« pensar que si fue el temor a la piratería la principal causa se hubiese llevado a efecto de inmediato cuando aún se encontraban bajo los influjos de los vandálicos hechos» aseguran las investigaciones.
Reafirma ese criterio, además, que en la fecha que se decidió el traslado ya había pasado el primer momento de la colonización y estaba ocurriendo el poblamiento interior, pues ya las tierras costeras se habían mercedado, ahora había que poblar y mercedar hatos y corrales para el fomento de la cría del ganado en las zonas mediterráneas y esto conllevó a que las tierras del interior de la isla adquirieran más importancia y mayor valor.
Los solicitantes del traslado estaban vinculados a las familias Rojas de Pavia y Díaz de Pavia, herederos y parientes de Antonio Díaz, dueño de la hacienda escogida para el próximo asentamiento que ya había fallecido pero que quedaba en herencia para sus descendientes que poseían el poder económico y el político en esa zona.
Revelación remediana
Fue la historiadora Natalia Raola la que demostró tal parentesco entre los fundadores de Santa Clara con lo que aportó al conocimiento de este hecho, y esclareció que entre esas personas se encontraban varios propietarios de haciendas vecinas como el alférez Marcos Gaspar Rodríguez de Arciniega y Márquez, los capitanes Juan Pablo de Monteagudo y Luis Pérez de Morales y el regidor Andrés Carrazana.
Las investigaciones esclarecieron también que «sobre el número de personas fundadoras, aunque se toma la cifra ofrecida por Dionisio González (174) y que a su vez es utilizado por Raola Ramos, con una persona más de diferencia, no puede considerarse exacta debido a los que ya vivían en la hacienda y sus alrededores que se sumaron a este acontecimiento y de los cuales no hay precisión. Tampoco contaron los esclavos que de hecho existían en Remedios y que acompañaron a sus amos en esta empresa.
No obstante, de todas las versiones existentes acerca del número de familias fundadoras solamente esas dos merecen atención por cuanto ambas parten del análisis de las mismas personas, solo que se diferencian fundamentalmente, en su aspecto conceptual, puesto que Manuel Dionisio se basa en el concepto de familia como núcleo y Natalia Raola lo trató atendiendo a lazos consanguíneos.
El lugar de la fundación que se acepta como más probable es el que presenta Manuel Dionisio en el plano publicado en su libro por cuanto aclara que la mayoría de la gente de mayor edad aseveraban que era el lugar indicado, unido a otros indicios que el usó para reforzar ese criterio.
El árbol bajo el cual se reunieron es aún una incógnita, no se cuenta con una información veraz al respecto y, consecuentemente, pudo ser cualquiera.
La fundación desató también otras leyendas como esa que los remedianos encontraron una cruz a su llegada cercano al actual río Cubanicay que dio nombre posteriormente a un puente y una calle.
Argumenta Martha Anido que las leyendas que la tradición va enraizado son imposibles de obviar como ha ocurrido con el tamarindo símbolo de la fundación que enriquece el caudal de las leyendas santaclareñas.
Así llegó ¡la gloriosa Santra Clara entre verdades e invenciones!