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Mi título olímpico hay que respetarlo

Juventud Rebelde conversó con el púgil luego de su reciente triunfo en Curazao

Autor:

Javier Rodríguez Perera

A Erislandy Álvarez se le nota muy suelto. Es evidente. Su rival carece de trayectoria, mientras él es monarca olímpico, subcampeón mundial, está invicto en el profesionalismo y alardea de una carrera deportiva que no hace más que crecer. Quizá por eso desprende tanta confianza sobre el ring en Curazao, a la vez que «martilla» con sus golpes a Daniel Soares Ferreira. Lo trabaja en todas las distancias, saca una notable ventaja en los intercambios. Hasta que ocurre lo que muchos esperaban. Era cuestión de tiempo.

Ha llegado el primer conteo de protección. Fue despiadado, sí. Lo relato. Con la guardia completamente baja, el cubano intenta penetrar el rostro del brasileño con la izquierda, mas no lo consigue. El contundente golpe sucede con la derecha en el segundo siguiente. Su mano sale de abajo, de la cintura, y termina impactando en la cara de Soares, con toda la fuerza que reúne en el trayecto. Soares no cae y rebasa el bache.

Álvarez continúa con su plan, apoyándose en los golpes largos, como le ordena desde una esquina su entrenador Robinson Poll. Daniel, si soy justo, está perdido en el cuadrilátero. Tira poco, falla mucho, apenas logra hacerle daño a Erislandy, quien, en cambio, disfruta y diserta. Juega con sus piernas y consigue llevar al brasileño a un rincón. Ahí lo castiga. Logro contar siete golpes casi sucesivos en menos de tres segundos.

El árbitro vuelve a detener el combate. Le aplica otro conteo a Daniel, quien, de nuevo, sobrevive. Al final, el enfrentamiento cumplió los tres asaltos previstos y el antillano ganó, pero no noqueó, como sí hizo varios días atrás con el dominicano Brainer Vásquez, aniquilado en el primer round. Erislandy, carismático como él solo, celebra tranquilamente su victoria en esta ocasión. Luego abraza a su adversario y le levanta la diestra. Aprovechan ambos y posan para la foto a modo de colofón.

Así se vivió una parte del último éxito del boxeador cienfueguero, el pasado sábado, en el Boxing Supreme Centre, en Sambil, Curazao. Un triunfo en una pelea amateur, vale aclarar. Después de cumplir con lo planificado, el vencedor dialogó, vía digital, con Juventud Rebelde.

«Mi entrenador me ha dicho que mi título olímpico hay que respetarlo, por eso mantuve mi nivel llevando la iniciativa en el golpeo y defendiendo bien. Se vio la superioridad. Me sentí a gusto en Curazao, un país muy bonito y turístico. Estoy muy agradecido con la acogida y creo que los organizadores y el público quedaron satisfechos con mi demostración.

«Esta pelea me sirvió para rencontrarme con el boxeo amateur, que también es complejo, e igualmente la tomé como preparación para el próximo Torneo Nacional Playa Girón, en el que competiré con el objetivo de quedar campeón. Tras este certamen iré paso por paso, porque se está hablando  de que debo tener otro compromiso profesional, todavía sin fecha. Estamos esperando  que se concrete» declaró el atleta de 24 años, número uno bajo los cinco aros en París 2024, en los 63.5 kg, división en la que también conquistó la medalla de plata en la justa universal de Taskent 2023.

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