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La pegada de El Niño

Las lluvias pueden ser un alivio para Ciego de Ávila; pero el clima puede traer sorpresas y más cuando los dos últimos años trajeron aires de sequías

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

Ciego de Ávila.-Cuando la vaguada surgió en el golfo de México, pareció que ea inicios de junio el mundo se iba a acabar.

En verdad hizo mucho daño: ahí están las imágenes de Oriente; pero en Ciego de Ávila, a pesar de que el asunto no llegó a mayores, la atención se mantiene en zona de cuidado.

¿La causa? El déficit de precipitaciones registradas en la provincia desde hace dos años.

Quizá, debido esa razón, por estos día de aguaceros puede que algún especialista pida en silencio que San Pedro abra un poco la llave: no mucho, aunque sí lo suficiente para alejar posibles dolores de cabeza en el futuro.

El agua llegó, cierto. Pero puede que no sea suficiente. O que haya que cuidarla muy bien.

La balanza de H2O

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y el Centro Meterorólogico Provincial, el mes de mayo, primero de la temporada lluviosa, reportó en el territorio avileño un volumen de 198,9 milímetros (mm), equivalentes al 120,3 por ciento de su comportamiento histórico.

Luego de pasadas las lluvias de la vaguada, los pluviómetros indicaban que junio caminaba por los 154 mm, en un mes cuya media histórica se ubica en los 191. 2.

Si el acumulado del año cerró en mayo con 337,8 (el 101, 6 por ciento del promedio histórico), el sexto mes sigue con la tendencia al alza: 491, 2 mm después del paso del temporal y por encima de los 516 al redactar estás líneas.

De cumplirse los pronósticos, es probable que se superen los promedios históricos o, al menos que llueva y continue la inyección de agua a las presas y el manto freático.

Sin embargo, a pesar de la bonanza lluviosa la mirada continúa hoy en esos embalses; los cuales ya padecían un periodo de dos años con precipitaciones por debajo de su media histórica.

Esas cuencas arribaron al mes de abril con alarma. Mayo las favoreció al ponerlas en un 20 por ciento de llenado; pero la situación no ha variado mucho con las presas al mantenerse en esos niveles.

Por su lado, el manto freático, con capacidad para embalsar más de 800 millones de metros cúbicos, se encontraba ligeramente por encima del 50 por ciento de su capacidad al momento de redactar la nota.

Las aguas lo han favorecido, sobre todo en la zona sur. No obstante, en la cuenca norte se registran siete sectores en estado desfavorable.

Existe la posibilidad de que se recuperen; porque las lluvias continuarán, según los modelos. Aun así, en el horizonte apareció un «pequeño» que comienza a poner las cosas en atención.

Las movidas de El Niño

En opinión de Oscar Benedico Rodríguez, director del Centro Meterorólogico Provincial, los efectos de El Niño podrán ser más visibles en los meses finales de la etapa lluviosa. Foto: Luis Raúl Vázquez Muñoz

«El problema es que en el Océano Pacífico se activó el evento de El Niño y esto incidirá sobre el comportamiento del clima en la provincia», expresa Oscar Benedico Rodríguez, director del Centro Meterorólogico Provincial.

De acuerdo con los pronósticos, apunta el especialista, Ciego de Ávila deberá tener unos primeros tres meses del período lluvioso con abundantes precipitaciones y la presencia de tormentas eléctricas.

Esa tendencia, no obstante, deberá modificarse por los efectos de El Niño; lo que provocará, según las predicciones, que los aguaceros disminuyan en agosto, septiembre y octubre.

«Esto nos pone ante una interrogante: ¿lloverá lo suficiente como para recuperar el déficit que se arrastraba de años anteriores?», se pregunta Benedico.

La incógnita hace que los especialistas muevan la cabeza. Empieza una recuperación deseada, aunque con los «truenos» de ese pequeño se tendrá que hacer un seguimiento estricto de cuánto llueve y dónde para saber, sobre todo, lo que podría venir en el primer semestre de 2024, en el pleno período de seca.

Ojo con el clima

El evento también puede tener otra pegada, y Benedico lo señala: «El Niño limita la ocurrencia de lluvias en periodos lluviosos; pero también activa las precipitaciones en los períodos secos por lo que se debe prestar atención a este detalle.

»Es decir, entre noviembre y abril pudiéramos tener lluvias asociadas a los frentes fríos, los cuales llegarán con más frecuencia».

Las precipitaciones, entonces, podrían ser mayores a las medias históricas del periodo seco entre diciembre de este año y hasta marzo de 2024.

Las lluvias han sido más abundantes en la zona centro-sur de la provincia avileña. Foto: Centro Meterorólogico Provincial.

Sin embargo, al ser bajas en comparación con la temporada de lluvias, los niveles deberían compartarse con cierta discreción para compensar algún déficit que pudiera generarse por la disminución de los aguaceros a causa de El Niño durante la etapa final del verano.

«Esta situación de lluvias en los meses de seca es una alerta para la agricultura -señala el especialista-. Hay que observar ese comportamiento y hacer un uso eficiente de la información climatológica; porque pueden ocurrir problemas para el desarrollo de los propios cultivos durante esa época del año.

»Hay que valorar los momentos y lugares de siembra. Además, es importante hacer un uso correcto de todas las posibilidades de la información metereológica. 

Ella está a la mano y en ocasiones no se atiende de forma debida. Luego vienen las pérdidas por las inclemencias del tiempo, cuando se pudieran haber evitado o disminuido. Solo por no atender al clima».

 

 

 

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