Alma Mater y un centenario festivo

«Quien quiera acercarse al devenir de la Universidad cubana, a las batallas de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), a las transformaciones en la Educación Superior y a las distintas realidades que han marcado a nuestro país a lo largo de estos años debe revisitar Alma Mater; es preciso dejarse atrapar por su alma redentora y justiciera, por su carácter reverente, comprometido y revolucionario».

Así expresó este jueves Santiago Jerez Mustelier, director de Alma Mater, durante la entrega de los premios a la más reciente edición del concurso Manolito Carbonell, que convoca la revista y que constituyó una de las principales actividades por el centenario de la publicación fundada por Julio Antonio Mella, en noviembre 1922.

En sus palabras, el joven director expuso la relación inseparable de este medio de prensa con la organización estudiantil. Además, de sus manos hizo entrega de los premios Amigos del Alma a trabajadores y colaboradores de la revista como Jorge Sariol, Néstor del Prado, Mairelys González, Elio Mirano y Rodolfo Romero.

El gran premio del concurso fue otorgado al trabajo Solo envío fotos si pagas primero: la ruta del comercio sexual en Cuba, de Rosanyela Cabrera y Samuel Ernesto Viamontes. También fueron galardonadas la crónica Un suspiro por el mañana, de Herbet Obregón, y la entrevista Golpe de Estado. La travesía de un regreso, de Adriana Fajardo. Se dio una mención especial al reportaje La universidad no es una Isla, de Raciel Guanche, Danna Márquez, José Luis Tan, Rosmery Pineda y Zaida Fabars.

El evento contó con la especial participación de Adalberto Pérez Sierra, quien a sus 90 años contó anécdotas de la revista fundada por Julio Antonio Mella, donde se desempeñó como linotipista e hizo frente a la dictadura en la época donde se divulgaba de manera secreta. Además, asistieron los hijos de Manuel Carbonell, quien estuvo a cargo de esta publicación en la etapa clandestina.