Diego Hernández Barreras confiesa que su pasión por la química es algo natural. Autor: Tomada de su perfil en Facebook Publicado: 08/11/2022 | 10:14 pm
SANCTI SPÍRITUS. — Del tío ingeniero químico aprendió a enamorarse de los secretos de los átomos, moléculas y cada uno de los 118 elementos que componen la tabla periódica. Luego, en la secundaria básica, una maestra detectó su pasión y le enseñó a dar los primeros pasos en esa ciencia.
Tanto así, que no dudó en ser concursante de la materia que estudia las sustancias y sus interacciones cuando matriculó en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (Ipvce) Eusebio Olivera, de esta provincia.
«La verdad, no sé por qué me gusta tanto estudiar química. Es algo natural. Tiene tantas ramas que puedes dedicarle tiempo a la química física, química orgánica… especializarte. No te aburres, siempre descubres cosas nuevas», confiesa Diego Hernández Barreras, todavía con la sorpresa colgada en el rostro al merecer la medalla de oro en la 26ta. Olimpiada Iberoamericana de Química 2022, celebrada en México en formato virtual.
Es por eso que encontrarlo en el laboratorio del Ipvce espirituano o con libros sobre esa ciencia debajo del brazo resultaba común para sus compañeros, rutinas que no dejó atrás cuando se fue para la capital como estudiante del Colegio Universitario de la Universidad de La Habana.
«Ha sido una experiencia muy bonita porque he tenido la oportunidad de conocer gente nueva, con gustos parecidos a los míos por las ciencias. Además, en esta modalidad estamos más cerca de la universidad donde vamos a estudiar nuestras carreras y de los centros de investigación. El primer año en la Educación Superior será, seguro, mucho más fácil».
Justo en la capital, alejado de su casa en la urbe yayabera, duplicó las horas de estudio bajo la guía del entrenador principal Rolando Alfonso Valdés, profesor del Ipvce Ernesto Guevara, de Villa Clara. Y junto a los camagüeyanos César Endris Acosta y Dahysmer Hernández, y el pinareño Geiler Esteban López, posicionaron a Cuba en el podio de la 26ta. Olimpiada: una medalla de oro, dos de plata y una de bronce, lo cual, si no resulta récord, visibiliza a nuestra nación con un buen average en Iberoamérica.
«Fue esa mi primera competencia internacional, porque el año pasado, debido a la COVID-19, no se realizó el concurso nacional por el que se hace la selección del equipo que representa a Cuba. Lo mejor de participar en una olimpiada es la preparación. Nos enseñan a estudiar de otra forma, nos hace más independientes y eso ayuda para entrar mucho más preparados a la universidad».
Este espirituano ya decidió su próximo paso al terminar el 12mo. grado: matriculará la Licenciatura en Química, para seguir dándole riendas sueltas a una de sus grandes pasiones.
«Como la olimpiada se realizó online no pudimos hacer el examen en el laboratorio, sino que fue una prueba teórico-práctica. Lamentablemente, al no tener nuestro país permiso para utilizar la aplicación Zoom nos grabaron los dos días de competición a las horas establecidas para hacer los diferentes ejercicios, y luego esas grabaciones se enviaron al comité científico de México, responsable de verificar todo. Pero no pudimos interactuar con el resto de los participantes.
«Durante las pruebas estábamos muy nerviosos. Luego, esperando los resultados, también sentimos mucha tensión, hasta que conocimos las excelentes noticias y la alegría nos inundó a todos. En mi casa, la familia anda orgullosa.
«Agradezco mucho a los profesores Agustín y Tania, entrenadores de Química y Biología , respectivamente, en el Ipvce Eusebio Olivera. Ellos pelean para que tengamos el espacio tan necesario para estudiar. Además, agradezco las enseñanzas de Héctor Couza Hernández, quien cursaba 12mo. grado cuando entré a la Vocacional y hoy está en la universidad, pero prácticamente me enseñó como un maestro.
—¿Volverías a apostar por ser un estudiante de concurso?
—Sí. Les aconsejo a los estudiantes de concurso que no tengan miedo. Si por dedicarle mucho tiempo a una asignatura salen relativamente mal en otras, es normal. Al final recoges muy buenos frutos. Por ejemplo, el Ministerio de Educación aprobó una resolución que otorga carrera de forma directa a quienes integran la preselección, sin tener que hacer los exámenes de ingreso a la Educación Superior, además de que llegas muy preparado a la universidad.