Parque Vidal, Santa Clara. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 15/07/2021 | 06:15 pm
A la ilustre profesora Martha Josefina Anido Gómez-Lubián el amor por su ciudad le viene desde sus ancestros, que están entre los fundadores de la localidad, y pertenece a una familia insigne de la cultura local, que trasciende más allá de donde nació.
Si se va escribir de historia sobre esta ciudad es una suerte tenerla de fuente, con su sabia enriquecedora que trasciende, semejante a un manantial inagotable.
A ella acudí hace unos días con una sola pregunta, consciente de que a estas alturas, en el aniversario 333 de la fundación de Santa Clara, nada inédito queda en ese tránsito hilvanado hacia la inmortalidad a puro corazón de su gente.
¿Cuál era el acontecimiento que le había impresionado, especialmente sin el surgimiento todavía de la nacionalidad?
Hizo una pausa, y pensé que tal vez tendría alguna novedad, como aquella vez que me descubrió la historia, aún hoy poco conocida de José Surí y Águila, primer poeta cubano, por demás médico, nacido en este territorio el 26 de octubre de 1696.
Recordé la alegría con que suele hablar al contar sobre el instante en que un grupo de 18 familias de la cercana villa de Remedios fundaron la ciudad el 15 de julio de 1689, y el atractivo lugar escogido alrededor de un frondoso tamarindo entre los ríos Sabana y Monte, rebautizados después como Cubanicay y Bélico.
Otro hecho que le confiere particularidad a la ciudad fue su toma en tres ocasiones por las fuerzas revolucionarias: en la contienda de los Diez Años por las tropas del general Manuel de Jesús Calvar, en la iniciada en 1895 por las huestes mambisas bajo las órdenes del coronel Leoncio Vidal, y en diciembre de 1958 por las tropas del Comandante Ernesto Che Guevara,
O que el río Bélico tuvo el privilegio de que le diera ese nombre Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido) en el poema El Eco, que formó parte de su cuaderno poético de 1841. O que se cuentan con pinturas de realizados por Amelia Peláez, René Portocarrero, Jorge Arche, Eduardo Abela y Ernesto González Puig.
En esas cavilaciones andaba cuando me reveló que para ella fue muy impactante la movilización desde esta ciudad en las milicias criollas, integradas por pardos, negros y blancos, para apoyar a Pepe Antonio, héroe de la resistencia popular habanera contra la invasión inglesa en 1762, en la guerra que enfrentó a Inglaterra contra España debido a su alianza con Francia.
«No tengo dudas de que ese gesto mostró ya el sentido de pertenencia a su territorio de aquellos criollos, muchos de los cuales murieron peleando. Fue como un relámpago clarividente de que estaba en camino a partir de lo criollo el surgimiento de nuestra nacionalidad. Y allí estaban hijos de esta tierra, para satisfacción nuestra».
Sí, hay convite
La celebración de la fundación vuelve hoy con ese desbordamiento popular, aplazado durante la pandemia, y quizás ese hecho, que fue vaticinio enaltecedor, haya corrido la suerte de cierto olvido, como tantísimos otros en diferentes épocas.
Sí, hay alegría en Santa Clara a pesar de las dificultades y las premuras. Es día de remembranzas, que comenzo con la Diana Mambisa y la Alocución del Presidente Municipal del Poder Popular.
Luego el recibimiento a una representación de remedianos en el Puente de la Cruz; un encuentro con la historia en el Parque El Carmen, el homenaje a la benefactora de Santa Clara, doña Marta Abreu, en el Parque Vidal y la siembra del tamarindo 333...
Inatrapable amasar en un haz lo acontecido en el tiempo, que suele fijar solo acontecimientos de mayor trascendencia, mientras vivencias genuinas más íntimas nacidas de la entrega con pasión y amor que impulsaron el gran motor hacia adelante, siempre hacia adelante, se perdieron, a semejanza del humo hacia el infinito.