Palacio de la Revolución. Autor: Estudios Revolución Publicado: 14/02/2022 | 10:11 pm
Las Ciencias Básicas, esas en las que algunos expertos incluyen materias como Física, Química, Matemática y otros universos desde los cuales explicar la vida, son como los ladrillos de una catedral donde anida el saber de un país y la consiguiente capacidad de resolver problemas, de hacer posible el bienestar.
Nadie discutiría que ellas entrañan un valor estratégico. Tan es así, que la necesidad de potenciarlas fue el tema principal sobre el cual versó un encuentro que este lunes tuvo lugar, desde el Palacio de la Revolución, entre el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y la Academia cubana.
«Las Ciencias Básicas han sido, son y serán un sostén indispensable del Sistema Nacional de Educación, desde Félix Varela hasta nuestros días», afirmó en una intervención inicial del encuentro el Dr. Luis Alberto Montero Cabrera
—coordinador de la sección de Ciencias Naturales y Exactas de la Academia de Ciencias de Cuba—, para quien es una certeza que la educación cubana se mantendrá y será siempre tan buena como el nivel, la calidad y actualización de las Ciencias Básicas que imparta.
«Este intercambio es una oportunidad única», dijo Montero Cabrera en una jornada que también contó desde la presidencia con Inés María Chapman Waugh, y con Jorge Luis Perdomo Di-Lella; ambos, vice primeros ministros. El experto compartió esa frase mientras explicaba una ponencia cuyo eje conceptual aludía a las Ciencias Básicas como algo que está en los cimientos del desarrollo de la economía y de la sociedad.
El valor más trascendental de tales ciencias, valoró Luis Alberto Montero Cabrera, radica en su naturaleza cultural, en cómo forman parte de la identidad misma de un país y en la posibilidad de ser aplicadas, al tiempo de que «nos aportan modos
de operar», de cómo hacer las cosas. «Es preciso poner en marcha, enfatizó, una iniciativa-país que promueva las Ciencias Básicas»; y todo eso, para consolidar la conciencia social en torno al valor de estas para el desarrollo de Cuba.
Nuestros más recientes éxitos en las vacunaciones, los tratamientos y la conducción ante la epidemia de COVID-19, dijo el experto, son fruto de un desarrollo previo en las Ciencias Básicas. Y trajo a colación más de un ejemplo: el diseño y construcción de la primera computadora cubana en 1970, y los equipos de resonancia magnética nuclear de los años 90 del siglo XX, nacidos en las universidades de La Habana y de Oriente, respectivamente, tuvieron como pilares los conocimientos que sus autores poseían de las Ciencias Básicas.
Montero Cabrera recordó
—destacando el actual contexto como una gran oportunidad— que en diciembre de 2021 la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó la celebración del «Año Internacional de las Ciencias Básicas para el desarrollo sostenible», y que la Unesco actúa como organismo principal y centro de coordinación del año. De igual manera sumó a sus reflexiones la necesidad de desarrollar acciones de comunicación que ayuden a «popularizar» más los métodos científicos, así como el valor de enaltecer la figura del maestro y de las instituciones que están directamente ligadas al fomento de las Ciencias Básicas.
Esas palabras dieron paso a un debate sobre un tema que apasiona porque tiene que ver con el desarrollo de un país, y, desde luego, con la formación de todos sus hijos.
Básicas, el nombre lo dice…, y el valor de acercarlas
Las Ciencias Básicas deben fortalecer su papel en las ciencias aplicadas a la agricultura. Así enunció el Doctor en Ciencias Biológicas Eduardo Ortega Delgado, quien, siendo químico, sabe lo que vale el conocimiento de cómo se forman los jugos en la caña o en otras especies.
Es un error pensar —alertaron otras voces— que las ciencias con las cuales podemos explicarnos el funcionamiento del mundo, no hagan falta si hablamos de arte. Las Ciencias Básicas están en cada acto de la existencia y hacen falta para emprender cualquier tarea. ¿Qué sería de un pintor o de un músico, por ejemplo, sin conocimientos de Matemática? De ahí la importancia, como se dijo en el encuentro, de usar incluso métodos no formales de la educación para que las personas se acerquen por sí mismas a los conocimientos más elementales.
Harán falta libros, folletos, materiales educativos diversos para acercar los saberes a los educandos. Algo muy hermoso dijo en tal sentido la Dra. Miriam Nicado García, rectora de la Universidad de La Habana, quien estudió y ama las matemáticas: a propósito de la divulgación popular de las Ciencias Básicas, sería magnífico explicar cuán ordenado, matemáticamente hablando, es el comportamiento de un girasol. Es algo, resaltó, que merece ser llevado a la prensa, o al cine.
De lo que se trata, apuntó, es de lograr no solo un año de las Ciencias Básicas, sino de una vida de tales ciencias «para nuestro país».
Vale aprovechar, como también se dijo, lo que ha sucedido en la Isla en el transcurso de los últimos dos años, lapso en el cual la ciencia ha ocupado un lugar muy visible en el imaginario popular, y en el que, como nunca antes, nuestros científicos han sido colocados en lo más alto del reconocimiento social a través de los medios de comunicación. Todo eso —en lo cual no debe retrocederse— prestigia el papel de las Ciencias Básicas como raíces de cada éxito.
Hacia el final del encuentro el Jefe de Estado reflexionó: «Nosotros tenemos que desarrollar en el país todas las ciencias, la interrelación de las ciencias, la interdisciplinariedad como parte del enfoque para que la investigación científica y la innovación realmente le aporten al país».
La apuesta de un programa de desarrollo, dijo Díaz-Canel Bermúdez, tiene que ser un programa de desarrollo de todas las ciencias. Y añadió que si la Unesco está declarando un Año Internacional de las Ciencias Básicas, eso puede ser una motivación, un punto de partida, un momento particular para darle una visión superior a las Ciencias Básicas.
Si en algo ha de trabajarse en lo que a tales ciencias respecta, meditó el dignatario, es en las motivaciones. Y recordó entonces que él tuvo profesores que lo motivaron por las matemáticas o por la Física. Ellos lograban esa magia porque, según explicó, sabían hacer «la historia de las ciencias que daban».
«¿Cómo vamos creando un atractivo hacia esas ciencias desde edades jóvenes?», fue otra de las ideas desarrolladas por el Presidente cubano, porque se trata de «ciencias que van a decidir en el futuro del país». Por lo anterior, en alusión a la jornada de este lunes, el mandatario hizo referencia a un debate inacabado y muy interesante, a propósito del cual instó a apoyar el esfuerzo que hace la Unesco al declarar este año como el de las Ciencias Básicas.
Abogó por hacer maravillas, por lograr motivaciones y «hacer un movimiento con estudiantes de todas las enseñanzas, y en verdad ir a un momento diferente que también nos sirva para darle continuidad a esta discusión».