El advenimiento de un nuevo calendario siempre despierta el entusiasmo por diversas tradiciones en todo el planeta. Autor: Tomado de Internet Publicado: 30/12/2021 | 09:45 pm
Ha comenzado un nuevo año y desde días atrás múltiples medios de comunicación comentan las profecías o predicciones para 2022. Floro, mi eterno cofrade, que es apasionado a todos esos temas esotéricos, me ha escrito notablemente alarmado:
«Estimado amigo JAPE, escribo a usted esta misiva pensando que quizá no pueda darle término debido a que una barbarie está por azotar a la humanidad y al planeta Tierra. No puede ser casual que todos los profetas, videntes, adivinos, curanderos, médiums y pitonisas coincidan en anunciar el fin del hombre. No me refiero a lo que pueda pasar dentro de miles de años. La debacle anunciada tendrá lugar en breve. Probablemente, no nos dé tiempo a ver el último capítulo de la telenovela brasileña.
«No citaré a todos, pues sería engorroso y demasiado largo, sin contar lo tétrico del asunto. Me ceñiré únicamente a lo predicho por el más grande profeta de todos los tiempos, el filósofo, médico, matemático, alquimista y astrólogo francés Michel de Nôtre-Dame, “Nostradamus”, para la mayor parte del mundo, escritas en su libro Les Prophéties, de 1555, o sea, casi cinco siglos atrás.
«Solo quisiera recordarle que el reconocido visionario predijo en sus escritos varios de los acontecimientos más notables de la historia de la humanidad, como fueron la dictadura de Adolf Hitler, el lanzamiento de bombas nucleares y el asesinato de John F. Kennedy. Esta vez los estudiosos de su obra han desentrañado textos relacionados con los graves efectos del cambio climático y los fenómenos naturales… y cito: “Como el Sol, la cabeza sellará el mar resplandeciente, los peces vivos del mar Negro casi hervirán”, y añadió: “¡La miel costará mucho más que la cera de las velas; tan alto el precio del trigo”. Sin duda, anunciando una gran crisis económica y depresión mundial. ¿Qué usted cree, amigo Jape?».
Claro amigo, suelo respetar las opiniones, credos, dogmas y tendencias de todo tipo, incluso musicales, aunque para serte sincero hay una que no logro soportar, por más que los vecinos insisten, pero eso no viene al caso. Solo comentaré, obviando formalidades y contenidos, algunos de tus señalamientos.
Sin adentrarme mucho en la lectura de tu misiva, pude ver que hay un problema serio de desfasaje de tiempo cuando señalas que el inminente fin del mundo está tan cercano que es posible que no tengamos tiempo a ver el último capítulo de la telenovela brasileña. Entonces, no hay de qué preocuparse, porque no existe nada más extenso que una novela brasileña, ni nada tan lejano, calamitoso y predecible que su capítulo final.
Relacionado con las predicciones, y en particular con Nostradamus, considero que más que el valor de las profecías de tan eminente hombre, el libro al que haces mención constituye un patrimonio de la cultura de la humanidad, como también son los jeroglíficos egipcios o los códices mayas y aztecas. En todos los casos se anuncia el terrible fin del hombre y de la mujer, a manos de la naturaleza. Y es que no hemos hecho más que irrespetar a la madre Natura con interminables agresiones al entorno. Sin duda lo que se avecina será como anuncia el antológico chachachá: «Toma chocolate, paga lo que debes».
Y ya que te gusta tanto el tema de las predicciones y las adivinanzas, te convoco a que te lances con algunos pronósticos sobre temas que para los cubanos resultan una incógnita indescifrable. Estimado Floro, ¿podría usted dar un estimado acerca del precio de algunos productos como el cerdo, el ajo y la cebolla? ¿Bajarán en este año? ¿Cómo se presentará el compañero aguacate en el segundo semestre? ¿Habrá mangos bajitos? ¡Arriba! Revisa los textos del profeta que te vengan en ganas, aunque hay profecías que se caen de la mata.