El colectivo de la UEB Plantas Industriales, en la Acinox, está compuesto fundamentalmente por jóvenes. Autor: Juan Morales Agüero Publicado: 05/11/2021 | 12:45 pm
LAS TUNAS.— La ejemplaridad de los jóvenes de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Plantas Industriales, adscrita a la Empresa Aceros Inoxidables (Acinox), acaba de recibir un nuevo reconocimiento. Esta vez el premio fue por su aporte a la producción de oxígeno medicinal destinado a hospitales y centros de aislamiento que combaten la COVID-19.
Cuando se dieron a conocer los nombres de los miembros de esa vanguardia juvenil más destacados en la tarea, el primer mencionado fue el de Maykol Antonio Guerra Espinosa, jefe de una brigada en el taller de fraccionamiento de aire, colectivo al que la Central de Trabajadores de Cuba convirtió en acreedor de la Bandera de Proeza Laboral.
«Tengo 24 años de edad y soy técnico en conformación de metales —me cuenta este joven—. Me gradué hace siete, y luego de cumplir mi Servicio Militar General obtuve una plaza en Acinox. Me capacité como operador integral, y aquí me encargo de verificar los niveles de aceite y de presión de los compresores».
Maykol cuenta que, como jefe de una brigada compuesta por ocho jóvenes, supervisa la línea de llenado de balones de oxígeno medicinal, una prioridad en el actual contexto de lucha contra la pandemia. En esa tarea participan también un grupo de reclutas de las FAR y otros trabajadores de Acinox. La entrega y el compromiso de todos es total.
«El perfil tradicional de Acinox ha sido la fundición de palanquilla —admite—. Pero ante la emergencia impuesta por la COVID-19, y a pesar de ser novatos en el rubro, nos sumamos a la producción de oxígeno medicinal. Eso implicó realizar innovaciones en el compresor para ponerlo en función de la encomienda. Además generó una intensidad de trabajo enorme. ¡Pero no había tiempo que perder!».
Con la colaboración de la Empresa de Gases Industriales se montó una línea capaz de llenar al unísono 17 botellones de oxígeno medicinal. Desde que se abren las válvulas hasta que se completan, la tarea no les lleva más de diez minutos. Cada 24 horas llenan, aproximadamente, mil balones. No se permiten demoras, pues la demanda es extraordinaria.
«Nuestra empresa tiene prevista una inversión para un nuevo modelo —agrega Maykol—. Hay una firma china interesada en suministrarnos tecnología moderna y profesional. Con su instalación nuestra área podría llenar al mismo tiempo 80 balones de oxígeno, incluso con una presión superior. Con eso haríamos una gran ayuda en materia de salud».
El proceso fabril para obtener oxígeno es complejo. Según Maykol, la materia prima es el aire. Cuando los compresores los succionan, lo comprimen hasta llevarlo hasta los parámetros adecuados de bar (unidad de medida de presión). Luego la mezcla se almacena, se vuelve a comprimir y se aumenta su bar hasta lograr el producto final en la turbina de expansión. El trabajo es continuo y solamente se detiene para alguna reparación o mantenimiento.
«Trabajamos largas jornadas y nos mantenemos localizables, incluso en el descanso. Ante emergencias venimos hasta de madrugada. Yo me pasé dos meses casi sin dormir, “oxigenando la salud del pueblo”, como decimos aquí. Sabemos cuánto esperan de nosotros las instituciones. Nuestra empresa no le cobra a la Dirección Provincial de Salud por este servicio. Demuestra así su compromiso».
Desde que se atrapa el aire hasta que el oxígeno llega junto a la cama del enfermo en el hospital o al centro de aislamiento, la cadena no se interrumpe. Así, producción, embase, traslado y entrega integran un flujo continuo que demanda prontitud y responsabilidad. En media hora los jóvenes llenan hasta 60 balones. Gases Industriales los traslada, con el apoyo de transportistas privados.
«En Acinox, y en particular en la planta de fraccionamiento de aire, la presencia y la influencia de los jóvenes es muy grande —asegura Maykol—. Aquí nadie pone pretextos ni se muestra vacilante a la hora del trabajo. ¡Todos están a la altura del momento! Soy secretario del comité de base de la UJC y lo que le digo lo confirmo a diario».
Aunque la prioridad del joven se vincula estrechamente con la producción de oxígeno medicinal, sus preferencias no se desdibujan. Cada vez que sus deberes se lo permiten le encanta disfrutar de una buena película, salir a algún sitio con su esposa, practicar deportes y ver por la tele algún juego del Real Madrid.
«Aspiro a continuar estudiando tan pronto la situación actual de Cuba lo permita —dice, entusiasmado—. Nuestra empresa hizo coordinaciones con la Universidad de Camagüey para crear aquí un aula de nivel superior, donde se formarían profesionales vinculados a su perfil. Sería una unidad docente muy beneficiosa para todos. Cuando llegue el momento, aspiro a convertirme en ingeniero químico».
En los meses de agosto y septiembre pasados —los más complejos en el enfrentamiento nacional a la COVID-19—, el taller de fraccionamiento de aire de la Empresa Acinox entregó al sector tunero de la salud alrededor de 19 000 litros embotellados de oxígeno gaseoso de elevada pureza. Con esa humanitaria encomienda, el joven Maykol Antonio Guerra Espinosa contribuyó con su granito de arena.
«No podemos permitirnos descanso en las entregas de oxígeno medicinal mientras se necesiten», dice Maykol. Fotos: Juan Morales Agüero.