Nuestra bandera, enseña nacional Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 06:22 pm
Ciento sesenta años han transcurrido del nacimiento del patriota cubano Bonifacio Byrne Puñales;160 años hace que vino al mundo aquel periodista avezado, ilustre matancero y socio correspondiente de la Academia de las Artes y las Letras, que nos legó entre sus obras la que dedicara a la bandera cubana, ante la realidad de su llegada del exilio, después de la Guerra Hispano Cubana.
Grande debe haber sido la tristeza de Byrne cuando del pecho le salieron esos versos y en un acceso de furia declara ¡y otra he visto además de la mía! Grande la frustración del bardo cuando divisó desde la distancia otra bandera distinta acompañando a la de la estrella solitaria y entendió que la independencia deseada no se había conseguido. La memoria de los mambises caídos en combate se había traicionado y la bandera más bella ondeaba triste en su asta.
Byrne lo dijo con fina sencillez en su poema: No deben flotar dos banderas cuando basta con una. Byrne tuvo la capacidad de poner en aquella obra una declaración de principios. Dijo sin medias tintas que el futuro, la administración, el destino y la política de Cuba debían estar en manos de los cubanos.
Mi bandera, de Bonifacio Byrne es un canto de cubanía. Tiene la esencia de Vindicación de Cuba, de José Martí. Realza la grandeza de los cubanos y su madera heroica, su estirpe guerrera, su extraordinaria capacidad moral. Habla el poema de la vadera orgullosa en la pelea, de la bandera como sudario de los caídos, de la bandera jamás mercenaria, de la bandera, de la bandera solidaria repartiendo luz en otras regiones.
Rendir tributo a Byrne, si no se hiciera por sus colaboraciones en los periódicos más radicales de la época, contando entre ellos a Patria. Si no se hiciera por su novela, sus obras de teatro y sus artículos de un vivo sentimiento patriótico, bastaría el poema Mi bandera para llegar hasta su tumba y garantizarle que sus palabras se hicieron consigna en la voz de Camilo Cienfuegos. Decirle que todavía el pueblo corea en las marchas, en los actos, en el silencio respetuoso ante los héroes que Si deshecha en menudos pedazos llega ser mi bandera algún día… ¡nuestros muertos alzando los brazos la sabrán defender todavía!...
(Texto de Reinier del Pino Cejas)