Cumpliendo las medidas sanitarias, este domingo los universitarios rendirán tributo a Mella en el monumento que guarda sus cenizas al pie de la escalinata de la Universidad de La Habana. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 09/01/2021 | 08:44 pm
EL más auténtico líder estudiantil de su época, el muchacho que sorprendía por sus encendidos ideales de justicia; el mestizo, el deportista, el político, el periodista, el orador, el martiano, el leninista… Ese fue Julio Antonio Mella, y fue más.
De una fiereza extraña en la mirada cuando hablaba de la revolución, cautivador hasta en sueños, Mella encarnó el ideal de libertad y desagravio hacia los desposeídos.
Tanto removió los cimientos del gobierno dictatorial de Machado, tanto hizo temblar al tirano ante su figura de «peligroso comunista», que su muerte no pudo llegar sino desde las balas cobardes y asesinas, mientras caminaba por una calle mexicana tomado del brazo de su amor, Tina Modotti.
Era 10 de enero de 1929 y tenía 25 años, una vida que era en sí misma una tempestad desde los pies a la cabeza, desde el pensamiento al corazón. Ese es el Mella de aquellos y de estos tiempos.