A pesar del crecimiento del número de casos positivos de los últimos días así lucían las principales arterias de Santiago de Cuba hasta este sábado. Autor: Odalis Riquenes Cutiño Publicado: 09/01/2021 | 08:41 pm
SANTIAGO DE CUBA.— El incremento sostenido del número de casos positivos, con cifras sin precedentes en los primeros nueve días de este 2021; la baja percepción del riesgo y la reiterada violación de los protocolos sanitarios para el enfrentamiento a la COVID-19, han llevado al retroceso de esta provincia a la fase II de la etapa recuperativa.
Lejos ya los momentos del primer contacto del oriental territorio con la pandemia, cuando entre marzo y mayo del 2020 se diagnosticaron solo 49 pacientes contagiados con el Sars-CoV-2, y tras más de seis meses sin la presencia del virus en esta geografía, desde la apertura a la nueva normalidad en octubre pasado esta provincia cubana vive bajo el constante asedio de las cintas amarillas.
A pesar de los reiterados llamados al autocuidado y la responsabilidad individual y social, en ocho de los nueve municipios santiagueros —se exceptúa únicamente Tercer Frente— se reportan casos positivos y situaciones muy complejas se han vivido en Songo-La Maya, Guamá, Mella, Palma Soriano y particularmente el municipio cabecera, provocados en su mayoría por las actitudes negligentes de viajeros y sus familiares.
«Santiago de Cuba no ha logrado atemperar su comportamiento, su estilo de vida a la nueva normalidad», dijo en esclarecedora entrevista a Sierra Maestra Digital el Doctor en Ciencias Luis Eugenio Valdés García, jefe del Grupo Técnico Asesor para el enfrentamiento a la COVID-19 en territorio indómito, quien refirió que la ausencia de comportamientos seguros durante un período festivo como el fin de año ha sido clave en las cifras que hoy vive la provincia.
Según explicó el experimentado epidemiólogo, desde el 1ro. de octubre hasta el 31 de diciembre ingresaron a Santiago unas 6 500 personas procedentes de más de 20 países, 200 de las cuales fueron diagnosticadas como positivas. Haití, Estados Unidos, México y Surinam son las naciones que más casos aportaron.
Como un importante elemento a tener en cuenta, Valdés García significó el hecho de que el 52 por ciento de los viajeros positivos fueron confirmados en el PCR del quinto día, aun cuando algunos habían resultado negativos a la entrada al país.
«Ese factor ha influido mucho en la situación actual», acotó el experto, e insistió en que un primer PCR negativo no es licencia para que un viajero irrespete el aislamiento, reciba visitas o se considere libre de riesgos. La confirmación no se tiene hasta después de la prueba del quinto día.
El epicentro de la epidemia
Más de 4 000 personas residentes en una veintena de manzanas del reparto Santa Bárbara, consejo popular 30 de Noviembre, viven hoy desde la restricción de movimiento. Tiendas, escuelas, instituciones culturales, mercados, iglesias, han cerrado sus puertas para contener el elevado número de positivos, entre los que se mezclan importados y autóctonos.
Una veintena de manzanas del reparto Santa Bárbara, en la ciudad de Santiago de Cuba, ven discurrir sus días desde la restricción de movimiento. Foto: Odalis Riquenes Cutiño
A ambos lados de la prolongada línea amarilla, visible para cualquiera que transite por la avenida Garzón, coexisten el miedo, la culpa de los indisciplinados, el malestar y también la entrega del personal sanitario, agentes del orden, autoridades y muchos otros, incansables en las pesquisas, el cuidado de la salud y el aseguramiento de lo necesario para la vida en cuarentena.
Pero los brillantes límites no son exclusivos de Santa Bárbara, sino que se multiplican en centros de trabajos y otras áreas de la cabecera provincial, considerada hoy como epicentro de la pandemia en la oriental provincia, por el crecimiento exponencial del número de casos en estos días.
A pesar de la actuación oportuna y el empeño del Consejo de Defensa Provincial y el personal sanitario, en la ciudad heroica las cifras de contagio se mantienen elevadas, como también persisten el uso indebido del nasobuco, el irrespeto al distanciamiento físico, la resistencia de algunos a usar los baños podálicos o las constantes aglomeraciones y colas en arterias principales de la urbe. Son estas las razones que sustentan el retroceso del municipio de Santiago de Cubas a la fase I de la etapa recuperativa.
Centros y entidades como la tienda La Gran Piedra, más conocida como La Plaza, en la urde santiaguera, también han cerrado sus puertas como consecuencia del contagio por la COVID-19. Foto: Odalis Riquenes Cutiño
A tono con esa decisión, que incluye el paso del municipio Songo-La Maya a la fase III, en la que se mantienen Palma Soriano, Mella y Guamá, el CDP en tierra santiaguera pone en marcha un plan de acciones para asegurar el cumplimiento de los protocolos higiénico-sanitarios establecidos.
El presidente del CDP, Lázaro Expósito Canto, explicó al semanario Sierra Maestra el diseño de un plan para la venta de alimentos a ancianos, niños, embarazadas y personas vulnerables en mercados Ideal y agropecuarios, panaderías, dulcerías y otras entidades; y la vinculación de las bodegas con tiendas de las corporaciones Caribe y Panamericanas para acercar a las comunidades productos de primera necesidad y disminuir las aglomeraciones en colas.
Se proyecta la venta liberada y regulada del pan excedente, el expendio de alimentos para llevar en centros gastronómicos, incrementar la elaboración de pan y galletas y el envío de frutas, viandas, vegetales, carnes y otros productos desde los municipios hacia la cabecera provincial.
Igualmente se prevé la restricción de la movilidad de la población y el cierre del transporte local, y de comercios y servicios después de las 18:00 horas. Asimismo, se evaluarán los trabajadores que resultan imprescindibles para mantener el funcionamiento de los centros laborales y quienes podrían pasar a emplearse desde el teletrabajo.
Al final de la tarde de este sábado, el Consejo de Defensa Provincial en Santiago de Cuba aprobó las adecuaciones de las medidas previstas en la fase I y II del plan nacional para la recuperación de la Covid-19, las que serán informadas a la población desde la certeza de que únicamente con el actuar unido y responsable podrá revertirse la tensa situación epidemiológica que hoy vive la provincia.
La mala pasada de nuestras costumbres
Esas genuinas condiciones humanas de saber sobreponerse y enfrentar las adversidades por duras que sean, y el apego a las costumbres, afloran en este tenso momento villaclareño de enfrentamiento a la COVID-19.
Si bien el nasobuco se impuso, excepciones aparte, lo que si no hay dios que arregle resulta ese hábito de las personas de amontonarse a donde quiera que concurren, temerario proceder que propicia el contagio, y más en la fase actual.
En los últimos quince días se registraron 191 casos autóctonos de COVID-19 en el territorio central, lo cual subió la tasa de incidencia hasta 24,5 por 100 mil habitantes, muy por encima de lo previsto para la etapa de nueva normalidad, reveló la doctora Gretza Sánchez Padrón, directora de Salud Pública en Villa Clara.
Durante un análisis en el Consejo de Defensa Provincial se destacó que la complicación mayor esta en Santa Clara, con 119 nuevos casos en los últimos quince días, por lo que se encentra en fase de transmisión autóctona, al igual que Sagua la Grande, mientras Camajuaní y Ranchuelo, que estaban en la fase III, involucionan a la I.
En la provincia están en marcha diversas medidas para contrarrestar el rebrote, que incluyen la regulación del transporte público estatal y de los porteadores privados en los municipios más complicados. También se reduce la cantidad de pasajeros en la transportación local estatal y privada.
Hasta la víspera estaba previsto mantener el curso escolar, para cual se ha redoblado el control higiénico en cada escuela.
Yudí Rodríguez Hernández, primera secretaria del Partido en Villa Clara, exigió a las administraciones de los centros laborales, y al resto de las instituciones reforzar el control sanitario y estimular aún más el teletrabajo, así como mantener los protocolos establecidos para la actual situación en el comercio y de otros servicios.