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La histórica y relevante Operación Carlota (+ Video)

La Operación Carlota, de la que se cumplen hoy 45 años, garantizó la independencia de Angola y abrió las puertas para la posterior eliminación del régimen del apartheid en Namibia y Sudáfrica

Autor:

Hedelberto López Blanch

En la tarde-noche del 4 y la madrugada del 5 de noviembre de 1975, en una larga reunión encabezada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y por solicitud del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) ante la invasión desatada por el régimen de Zaire por el norte y de Sudáfrica por el sur, la dirección del Gobierno cubano decidió el envío de tropas especiales para enfrentar la agresión. Se inició así la famosa e histórica Operación Carlota.

 Primeramente, por la urgencia de que las fuerzas invasoras se acercaban a la capital angoleña, fueron enviados alrededor de 650 hombres de las Tropas Especiales del Ministerio del Interior (Minint) y un regimiento de artillería de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que reforzarían a las fuerzas cubanas.

 La Operación se denominó Carlota para rendir homenaje a la negra esclava del mismo nombre de origen africano, que el 5 de noviembre de 1843 murió en rebeldía en Cuba tras alzarse con un grupo de esclavos en el antiguo ingenio Triunvirato, ubicado en la provincia de Matanzas.

Pero vayamos a las raíces de estos acontecimientos. Las relaciones del Gobierno cubano con el MPLA se iniciaron en los tempranos años de la década del 60. Este Movimiento, en 1961, había comenzado su lucha contra los colonialistas portugueses.

La lucha contra los colonialistas portugueses se volvió una causa cubana. Foto: Archivo

 En diciembre de 1964, durante un amplio recorrido de tres meses por varios países africanos, el Comandante Ernesto Che Guevara se entrevistó en Brazzaville (República del Congo) con los máximos responsables del MPLA, Agostinho Neto, Lucio Lara y Luís de Azevedo, quienes le plantearon la necesidad de recibir instructores para entrenar a sus combatientes. Cuba despachó hacia el Congo a un grupo de instructores militares para adiestrar a sus guerrilleros que tenían en esa época dos frentes de guerra, uno en Dembo y Nambuangongo a cien kilómetros al nordeste de Luanda y otro en Cabinda.

 La llegada del personal cubano permitió el entrenamiento de los hombres y el incremento de la lucha armada del Movimiento.

 Los acontecimientos ocurridos en Portugal en abril de 1974 con el derrocamiento de la dictadura de Marcelo Caetano, dieron paso a la futura independencia de las colonias portuguesas en África. En ese año, el MPLA representaba lo más puro del movimiento nacionalista angoleño que se enfrentaba a las ambiciones de dos grupos apoyados por Estados Unidos, Sudáfrica y Zaire: el Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA) encabezado por el corrupto y colaborador de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Holden Roberto, y la Unión Nacional para la Independencia de Angola (Unita) liderada por el tristemente sanguinario Jonas Savimbi, colaborador de los servicios secretos portugueses, de la CIA y de la racista Sudáfrica.

 El 11 de noviembre de 1975, (fecha fijada para la declaración de independencia de Angola) se avecinaba y desde antes, el FNLA comenzó a lanzar fuertes ataques contra el MPLA. En abril de ese año, los portugueses que aún se encontraban en esa nación, lograron un efímero alto al fuego, roto a los pocos días por otros ataques del FNLA.  El FNLA controlaba dos provincias al norte de Angola y se alimentaba de materiales bélicos provenientes de Zaire. Se le unieron también soldados zairenses, exoficiales del ejército portugués y mercenarios blancos.

 La Unita tenía solo unos 300 hombres y se movía por regiones del centro y sur. El MPLA, para septiembre, ocupaba 12 de las 16 provincias del país y todo hacía indicar que llegaría fácil a la meta del 11 de noviembre, día de la independencia.

 En agosto, fuerzas zairenses se unieron al FNLA para lanzar una ofensiva por el norte de Angola, mientras tropas sudafricanas entraron por el sur y tomaron las represas de Calueque y Ruacana, 30 kilómetros dentro de Angola.

Soldados cubanos combatieron en varios puntos claves para la guerra. Foto: Archivo

Ante la posibilidad real de que el 11 de noviembre el MPLA formara un gobierno progresista, Pretoria, presionada por Estados Unidos, invadió Angola con el propósito de destruir al movimiento de Agostinho Neto y dar paso después a un régimen títere con elementos del FNLA y la Unita.  

 Por su parte, el impulso de la ayuda cubana se efectúa a principios de agosto de 1975 cuando una misión de siete miembros, encabezada por el comandante Raúl Díaz Argüelles, llega a Luanda donde es recibida por Neto.

 Después de evaluar el informe de la misión, el Gobierno cubano autoriza el envío de un fuerte grupo de asesores que entrenarían a miles de angoleños en unos seis meses.

 A mediados de agosto, Díaz Argüelles regresaba a Luanda para informar a Neto que en vez de los cien hombres solicitados, Cuba enviaría 480 para los Centros de Instrucción Revolucionaria (CIR), que serían cuatro, además del grupo que quedaría en Luanda, y que él fungiría como jefe de la Misión Militar Cubana en Angola (MMCA). Neto y sus colaboradores estuvieron inmediatamente de acuerdo.

 A fines de septiembre solo habían llegado a Angola cerca de 50 miembros del MMCA. Por esa fecha, dos aviones cubanos llevaron a 142 instructores hacia Angola, mientras entre el 16 y el 20 de ese mes, los buques Vietnam, La Plata y Coral Island zarparon desde La Habana con 300 hombres con equipos y avituallamiento para los cinco grupos que estarían en Cabinda, N´Dalatando, Benguela y Saurimo y la jefatura de la Misión Militar en Luanda.

 Entre los días 2 y 3 de noviembre, en Catengue, instructores cubanos y alumnos angoleños del CIR de Benguela intentan detener la columna blindada Zulu sudafricana, pero ante la superioridad numérica y medios del enemigo deben retirarse. En ese violento encuentro se derrama por primera ocasión sangre cubana y angoleña.

 Ante el conocimiento de la poderosa invasión sudafricano-zairense, que podría aniquilar a las fuerzas revolucionarias y a los asesores de la Isla, Cuba, a solicitud del MPLA, decide enviar tropas de refuerzos para enfrentar la agresión y comienza la Operación Carlota.

 El 9 de noviembre arriba a Luanda por vía aérea la primera compañía del batallón reforzado de tropas especiales del Minint, apoyados por pelotones de morteros 82 mm de las FAR de Cuba, junto con medios antitanques y al siguiente día, tropas de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (Fapla) respaldadas por una veintena de asesores cubanos que manipulaban varios BM-21, lanzacohetes múltiples enviados desde La Habana, detenían el avance de las fuerzas agresoras en Quifangondo, 20 kilómetros al norte de Luanda. Comenzaba la debacle de los invasores contra el pueblo angoleño.

 El refuerzo llegó en los viejos aviones Britannia de Cubana de Aviación que debían hacer dos escalas para abastecerse, en Nassau y en Brazzaville, conducidos por valerosos pilotos cubanos que realizaron en total 101 misiones. Posteriormente, por presión de Estados Unidos, Barbados prohibió el aterrizaje de aviones cubanos, al igual que lo hizo con Guyana, y Cuba debió volar directamente hasta Brazzaville, para lo que adaptó tanques de combustible dentro de los viejos Britannia y poder así mal llegar a su destino. Por barco se movía hacia el lugar un regimiento de artillería de las FAR, viajes que fueron incrementándose en razón de la urgencia de la situación hasta convertirse en un largo convoy de buques mercantes que conducían armamento y hombres en número suficiente para ganar la guerra.

 De noviembre de 1975 a marzo de 1976 arribaron a Angola alrededor de 36 000 internacionalistas fuertemente armados.

Tras detener al enemigo en Quifangondo,  fuerzas angoleño-cubanas, en cruentos y decisivos combates, se lanzaron a la ofensiva contra los agresores zairenses por el norte y contra los racistas sudafricanos por el centro-sur del país.

 La derrota de Quifangondo dejó anonadados y aterrorizados a los agresores del FNLA, zairenses, mercenarios blancos y asesores sudafricanos, y el 5 de diciembre se pasó a la ofensiva en el Frente Norte, en la línea principal Caxito-Luinga-Camabatela. Después de recuperar Caxito, derrotar al enemigo en su bastión de Luinga y tomar Camabatela y Negage, cayó Carmona. El 26 de febrero las fuerzas conjuntas cubano-angoleñas alcanzaron la frontera con Zaire.

 

Durante cerca de 15 años la Operación Carlota escribió páginas gloriosas.

En los Frentes Central y Sur se sucedieron constantes y enconadas batallas contra las fuerzas Zulu y Foxbat sudafricanas, entre las que sobresalió, entre otras, la de Ebo y Morro de Tonga. Para muchos militares e historiadores, la guerra se decidió en Ebo, pues si el enemigo rompía la línea de defensa establecida, hubiera sido muy difícil detener su avance hacia Luanda. Fue una batalla donde el primer comandante Raúl Díaz Argüelles demostró su gran capacidad de jefe. Posteriormente murió al chocar con una mina el vehículo de exploración BRDM-2 en que viajaba. Ese 11 de diciembre de 1975 fue un día triste para la misión cubana.

 Estabilizado prácticamente el Frente Sur y con la continua llegada de tropas cubanas, cuyo número ascendía en esos momentos a cerca de 4 000 (de los cuales mil custodiaban el enclave de Cabinda), las Fapla pasan a la ofensiva y el 26 de diciembre lanzan un poderoso ataque artillero desde Sanga, Mussende y Cambumbo para encerrar a las fuerzas sudafricanas en Cariando, localidad que después abandonaron.

 Con denodado esfuerzo de las tropas cubano-angoleñas la ofensiva se lanzó desde Luso en dirección Gago Coutinho y al oeste hacia Chicala, Cangumbe, Munhango. Por tres diferentes direcciones, estas fuerzas tomaron Chicala, Cangumbe, Cuemba, General Machado, el puente sobre el río Cuanza (uno de los más grandes de Angola) y Munhango.

 La aviación comenzó a tener una importante participación.  Una de sus acciones se llevó a cabo desde Luena, cuando cuatro Mig-21MF volaron a Gago Coutinho, cuartel general de la Unita y atacaron el aeródromo donde se encontraba un Fokker F-27 Friendship descargando armas. Con la utilización de cohetes, destruyen el Fokker sudafricano, las defensas antiaéreas y varios vehículos.

 Evadiendo y derrotando emboscadas y numerosas minas colocadas por la Unita, salvando escollos entre el fango y la abundante vegetación, a finales de marzo se libera Gago Coutinho y Ninda, y de esa forma quedaba frustrada la idea del enemigo de hacerse fuerte en el este, controlar la línea del ferrocarril y poder anunciar un gobierno provisional que recibiera el beneplácito de los gobiernos occidentales, lo cual hubiera creado una división territorial en Angola con efectos nefastos para la integridad de esa nación.

 El 27 de marzo de 1976, las tropas cubano-angoleñas llegaron al puesto fronterizo con la Namibia ocupada y el 1ro. de abril se efectuó un encuentro con una delegación sudafricana. El primer comandante (grados cubanos de la época) Leopoldo Cintra Frías (Polo) en nombre del MPLA, firmó con los militares sudafricanos el acuerdo que tendía a establecer el respeto de las fronteras violadas por Pretoria.

 La Operación Carlota, que se extendería hasta 1991 en África ha tenido un rotundo éxito, y desde Cabinda hasta Cunene, Angola era un solo país, un solo pueblo.

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