La soledad se adueña por estos días de calles y parques en este municipio. Autor: Jeiddy Martínes Publicado: 01/08/2020 | 08:29 pm
Después de 53 días sin nuevos casos de la COVID-19, Artemisa ocupaba el 9no. lugar en el país en la lista de contagiados del virus. La cifra no era alarmante. Nunca el crecimiento fue de gran asombro, y cuando ya pensamos que esta guerra terminaba victoriosa… ¡Sorpresa!
Llegó Bauta. Una actividad religiosa puso al descubierto un evento de transmisión local de la epidemia, con un brote que ya rebasa los 65 contagiados en apenas unos días. Más de lo que sufrimos en la estadística provincial que hasta el 19 de julio tuvo 38 positivos, de ellos 37 con alta epidemiológica y una fallecida.
La situación cada vez se complica más y abarca una mayor área. Se vuelve peor porque ya estamos en la Fase 3 y la responsabilidad se resquebraja ante el calor, el nasobuco y las colas.
¿Qué ha pasado?
El evento de transmisión local en Bauta se abre a raíz de la aparición de muchos casos circunscritos en igual zona. El origen del foco contagioso se ha identificado en una actividad religiosa celebrada el pasado 10 de julio, cuando aún Artemisa permanecía en fase 2 pospandemia.
«El primer caso fue una señora de 53 años con antecedentes de diabetes e hipertensión, que acudió al cuerpo de guardia el 18 de julio con un cuadro de astenia o fatiga marcada, tos seca y pérdida del olfato y del gusto. La paciente fue aislada y a partir de ella se identificaron otras 24 personas», informó Yanelis Amador Borrego, directora provincial de Salud Pública.
«La fiesta había sido en casa de la propia paciente, por lo tanto fue fácil identificar posibles positivos. Ella afirma no haber ido en los últimos días a La Habana, y que el virus se lo llevaron a la actividad, quizá alguien asintomático.
«Lo cierto es que la situación se ha complicado a raíz de que los participantes tienen entre 20 y 30 personas asociadas a su red de contactos, por lo tanto, hemos aislado un alto número de personas y más de 3 000 están con vigilancia especializada en la Atención Primaria de Salud.
«Cuando profundizamos en la encuesta epidemiológica nos dimos cuenta de que muchos jóvenes, entre sus múltiples movimientos, identificaron bares de Bauta y Baracoa; y tuvimos que ampliar la zona de peligro. Ahí comenzaron a salir casos secundarios, o sea, personas que no habían estado en la actividad religiosa, pero se habían relacionado con personas que sí asistieron.
«De esta manera, lo mejor fue iniciar un estudio poblacional que ha arrojado más de 13 personas positivas y asintomáticas, en su mayoría», expuso Amador Borrego.
Yanelis Amador Borrego, directora provincial de Salud Pública. Foto: Tomada de la página de Facebook Naturaleza Secreta
Cuarentena, también en Baracoa
«Sumaban 24 las manzanas estratificadas como población de alto riesgo en el casco urbano, pues los primeros seis casos se circularon en una de ellas. Luego, debimos ampliar la vigilancia a otras de la periferia», manifestó José Antonio Hernández Hidalgo, presidente del Consejo de Defensa Municipal.
«Ya hay casos positivos en La Faustina, Corralillo y Ben Tre, como parte de lo sucedido en el centro del municipio y de las relaciones establecidas entre los contactos», explicó.
Ricardo Concepción Rodríguez, vicepresidente del Consejo de Defensa Provincial indicó, a través de su cuenta de Facebook y en su intervención en el Noticiero Nacional de Televisión del 28 de julio, que «el martes alcanzaron la cifra de 12 casos en el poblado Playa Baracoa y por eso se decidió poner en cuarentena ese consejo popular».
Como antecedentes, estaban los contactos que resultaron positivos y tenían vínculos de residencia o amistad en Playa Baracoa. Desde entonces las restricciones alcanzaron este sitio, donde los positivos habían visitado varios lugares nocturnos y guardaban relación con asistentes a la ceremonia religiosa.
Las medidas dieron al traste con el cierre de las playas de Caimito y Bauta; los bares de toda la provincia también fueron cerrados y se indicó el uso del nasobuco de manera obligatoria.
Diariamente a unos 800 bautenses se les realiza PCR en tiempo real para descartar o confirmar la presencia del virus. Foto: Tomada del perfil de Facebook de Yosmara Martínez
Comida y aseo hasta el barrio
Si bien a inicios de la epidemia en Bauta la distribución de alimentos y aseo sufrió desorganización, parece que se dan pasos en la satisfacción de las personas. Marlene Hernández, residente en el consejo popular Playa Baracoa, explica que «en esta etapa de cuarentena se ha evidenciado la preocupación del Gobierno provincial de Artemisa.
«Nos han vendido productos como aceite, huevos, croquetas, sardinas y pollo. Todos ellos traídos por personas, seleccionadas en los barrios, hasta la puerta de la casa para que no tengamos que salir de nuestros hogares. Los productos de la canasta básica, la leche de los niños y el pan se reciben diariamente de esta manera».
En tanto, Maribel Velázquez, también de Baracoa, asumió el rol de mensajera ante esta situación excepcional, y cuenta que «en la tienda Las Delicias han expendido paquetes de alimentos por núcleo familiar, así como galletas y pomos de refresco, y solo pueden comprar los mensajeros designados en cada zona».
En efecto, Hernández significó que «a partir de la determinación de cuarentena, la distribución de alimentos funciona mediante las zonas de defensa urbanas, una parte en las bodegas y otra en puntos móviles habilitados con el refuerzo de lazos de trabajo con Cimex y Tiendas Caribe.
«Los productos no han llegado en su totalidad; es un proceso paulatino. Puede funcionar mejor, pero es una situación emergente sobre la cual estamos dando pasos; vamos a llegar a todos, porque lo principal es proteger al pueblo.
«Las personas están estresadas y no saben el momento en que les llegarán los productos de aseo y comida, lo cual genera ansiedad. No obstante, la comercialización en el casco urbano de Bauta ha representado un alivio al problema y se extiende la experiencia a Baracoa».
Tanto alimentos como aseo son indispensables cuando las personas están en casa, y si llegan lo antes posible, pues mejor.
Reflexiones necesarias
¿Dónde estaba la gente del barrio que no advirtieron un posible foco de contagio? ¿Por qué no se denunció el hecho ante el Ministerio del Interior? Sencillo. Sucede que todos vemos el virus de lejos, pero pocos advierten el peligro real de tan contagiosa enfermedad.
Buena parte del territorio espera que no falte la mano de la justicia para aplicar las sanciones pertinentes a quienes propagaron la epidemia, aunque ya bastante desgracia llevan con toda la familia enferma. Si hay ocho niños entre tres y 12 años recibiendo tratamiento médico es gracias a la irresponsabilidad de los padres que los llevaron o les permitieron estar allí.
Si todos no cumplimos las medidas gubernamentales y no exigimos, constituye una misión imposible ponerle freno a un virus que «vuela». Lo que sucedió en Bauta es el resultado de la indisciplina popular y puede replicarse en cualquier lugar del país. De la responsabilidad cívica individual depende el bienestar colectivo.