Willian Rosquet Rivero, el árbitro internacional de Artemisa, después de haber librado la COVID-19 regresa a nuestras noticias, esta vez con uno de los más nobles gestos, al ser el primer artemiseño, de los 33 confirmados con la pandemia, que dona —ya por segunda vez— su plasma hiperinmune con fines de asistencia médica en pacientes graves o críticos con el terrible coronavirus.
Celia de los Ángeles Rodríguez Orta, jefa del Banco de Sangre del hospital general docente Comandante Pinares, de San Cristóbal, con más de 20 años de labor, calificó esta extracción tan sensible, necesaria, como compleja, por ello el cumplimiento de la bioseguridad del equipo de trabajo y el paciente.
«Después de estar recuperado, pasados 21 días del inicio de los síntomas, o de notificado PCR positivo en caso de ser asintomático, para tener anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2, él dio su consentimiento, y le realizamos varios exámenes complementarios para despejar la existencia de enfermedad alguna».
Asimismo, explicó que debe tener otros requisitos como estabilidad de la presión arterial, entre 18 y 60 años de edad, más de 57 kilogramos de peso, y además el examen emocional y físico apto para conectarlo al equipo de plamaféresis automatizada, único en la provincia con 32 donantes habituales a este proceder.
«Se le extrae el volumen correspondiente a dos bolsas y la propia máquina lo centrifuga para retornar al paciente los componentes de la sangre. Queden los anticuerpos que desarrollan la mayoría de los infectados como defensas naturales del organismo.
«Al no atender en el territorio a enfermos de la COVID-19, enviamos el plasma al banco de sangre provincial de La Habana, le realizan las pruebas pertinentes y lo alistan para transfundir a quienes pueden salvarse con él. El paciente puede donar de nuevo en una semana.
«Una vez recuperados los pacientes, permanecen en su organismo anticuerpos, en el plasma, que es la parte líquida de la sangre, por ello después de días tan tristes y complicados en las garras del nuevo coronavirus, el artemiseño, titulado como mejor árbitro internacional de Judo en su país en 2014, respondió, ante la convocatoria de ser donante, un «¡sí claro; lo que sea por salvar vidas!»
El también comisionado provincial de esta disciplina deportiva, expresó que es lo mínimo que puedo hacer, y asegura que «está dispuesto a repetir cuantas veces se lo permita el protocolo, pues mientras esta pandemia esté afectándonos, los pacientes graves contarán con mi plasma para ayudarlos».