En la comunidad Camilo Cienfoegos se engalanaron los balcones Autor: Juventud Rebelde Publicado: 02/05/2020 | 04:56 pm
PINAR DEL RÍO.— Aplausos, risas, vítores. Vecinos asomados a los balcones. Banderas, carteles, pancartas. A cada lado rostros alegres, ojos llorosos, miradas cargadas de agradecimiento. En el centro, la calle transformada en plaza para alabar la disciplina, el rigor y la responsabilidad de toda una comunidad convertida en familia.
Así se sintió este 1ro. de mayo el ambiente en la comunidad Camilo Cienfuegos, del municipio de Consolación del Sur, sitio donde se abrió el primer evento de trasmisión local de la COVID-19 en esta provincia.
Y es que luego de un mes bajo medidas restrictivas de aislamiento social, en el día del proletariado mundial estos consolareños concluyeron su período de cuarentena, satisfechos por haber ganado la batalla contra la pandemia.
Manuel Carmona Inguanzo, presidente del Consejo de Defensa de la zona, felicitó a los 1 430 pobladores del asentamiento por la actitud asumida ante esta situación y reconoció una vez más a los profesionales de la salud y los esfuerzos de las autoridades gubernamentales para garantizar la estabilidad en la entrega de productos básicos a la población.
«La participación de todos los sectores de la sociedad y la disciplina de los pobladores fueron decisivos para romper la cadena de contagio de la enfermedad. Aquí se diagnosticaron diez casos positivos al nuevo coronavirus, pero afortunadamente todos se recuperaron y estamos libres de COVID-19», dijo.
«Algo importante es que no solo se aisló la comunidad, sino que se logró que las personas permanecieran sin salir de sus casas. Fue muy positivo el trabajo con activistas de las organizaciones de masas, quienes participaron en todas las labores que realizamos aquí», apuntó.
«Ahora lo que nos toca es mantener el aislamiento social, las medidas de higiene, usar el nasobuco, evitar las aglomeraciones y quedarnos en casa para seguir venciendo en esta batalla», acotó.
Esta es una comunidad de trabajadores agropecuarios, acostumbrados a levantarse desde bien temprano e incorporarse a labores productivas; por ello para sus habitantes el asilamiento implicó un cambio total en sus rutinas.
Según cuentan varios vecinos, este fue un período de preocupacioón, incertidumbre y sobresalto. Sin embargo, lo que nunca faltó fue la esperanza de que juntos saldrían adelante y la confianza en el sistema de salud cubano.
«Sentimos tristeza y dolor en el corazón cada vez que la ambulancia entraba a buscar a alguien de la comunidad. Fue difícil, pero entendimos que de nuestra conducta dependía nuestra salud y cumplimos con las medidas. No nos visitábamos; contábamos los días y rezábamos para que nadie más diera positivo», expresó Laura Esther Urquiaga.
«Pero no podemos confiarnos, tenemos que seguir cuidándonos», agregó esta pinareña.
Para su hermano Dionisio la cuarentena fue aún más complicada. Él, hombre de campo adaptado a salir de casa desde las 6:00 de la mañana y regresar después de las 6:00 de la tarde, confiesa que le fue difícil permanecer entre las cuatro paredes de su hogar sin respirar el aire fresco y puro del campo pinareño.
«Nunca antes había estado tanto tiempo “trancado” —afirmó—. Yo que trabajo en el campo llevo 31 días aislado. Soy productor agrícola, imagínese. Sembramos viandas, hortalizas y granos. Allá en la vega quedaron dos obreros que están sacando la cara por mí. Ahora hay que seguir, porque el país necesita de nosotros para garantizar las producciones de alimento», enfatizó.
Este 1ro. de mayo, la Comunidad Camilo Cienfuegos rompió la extraña quietud. Sus habitantes regalaron estrepitosos aplausos de gratitud a quienes con su labor permitieron que esta sea una zona segura.