Liderazgo juvenil marca el ritmo en comunidades cubanas como un entrenamiento para el 11no. Congreso de la UJC Autor: Twitter Publicado: 03/04/2020 | 01:25 pm
BAYAMO.—Ramón Montero Mendoza, médico de 30 abriles, no ha parado en estas fechas de pesquisas y faenas largas: «Como responsable de la atención primaria en el municipio de Niquero, me ha correspondido dirigir las pesquisas en el territorio, una tarea imprescindible para contener el nuevo coronavirus. Hemos llegado hasta zonas de difícil acceso, pues la enfermedad puede estar en cualquier lugar», expone este otro delegado de Granma.
Ramón cuenta que también le ha tocado, junto a otros compañeros, alistar los centros de aislamiento, por eso ha estado trabajando de domingo a domingo.
«No hay nada mejor que sentirse útil y nuestra misión ahora es esta. Cuando celebremos el congreso podremos contar estas lindas y a la vez estimulantes experiencias» subraya este médico general integral, con diplomado en ecografía.
En casa pero activa
NUEVA GERONA, Isla de la Juventud. — Doraine Aquino Utria, secretaria general del comité de base de la escuela primaria Hermanos Saíz y delegada por el Municipio Especial al XI Congreso de la UJC, no pierde tiempo y saca provecho a las horas que el coronavirus le «regaló» para estar en casa.
«A partir de las condiciones que ha impuesto al país esta enfermedad, me encuentro en estos momentos cuidando a mi familia, en especial a mi abuelita, una persona del grupo etario de mayor riesgo, diciéndole y recordándole que debe lavarse las manos constantemente con agua y jabón y haciéndolo con ella.
«He tenido que recurrir a la Sicología (Soy sicopedagoga de profesión), pero ya mi abuela sabe que para evitar el contagio no puede salir a la calle, a las colas, y gracias a las medidas que adoptamos en el hogar, todos nos encontramos muy bien de salud», dijo.
Aquino Utria comentó, además, que como cederista y federada se suma en el barrio a las orientaciones sobre la prevención, sobre todo a aquellas personas que viven solas, a quienes la joven ayuda con las compras del mercado para que no tengan que salir a cumplir esos menesteres.
«Estoy visualizando también las clases por televisión, principalmente las de cuarto y quinto grado porque son los niños que viven cerca de mi casa, ya que muchos de ellos, cuando culmina la teleclase, vienen a mi casa junto a su mamá o papá, todos debidamente protegidos y con desinfección de las manos garantizada con un pomito con solución de cloro que mantengo a la entrada. A distancia prudencial les aclaro dudas y ayudo para que puedan realizar los ejercicios con calidad.
«Como delegada al 11no Congreso de la UJC, me siento sumamente contenta con la posposición del evento, ya que eso habla de la preocupación de nuestro gobierno por cuidar la salud de nosotros los jóvenes y el relevo de esta Revolución; confiamos plenamente que cuando esta situación se controle —y se va a controlar—, nosotros estaremos preparados para socializar, cuando el momento se decida, todas las experiencias e ideas que perfeccionen el trabajo de la organización.
Médico de industria
CIENFUEGOS.—Los pequeños de Oslién Ramírez González siguen despertando sin que papá esté en casa. Saben que para ellos ha cambiado la rutina y que mantenerse puertas adentro significa estar a salvo.
Tal vez por eso, que su compañero de juegos siempre salga los confunde un poco. Pero saben de lo vital e importante que es su trabajo para toda una Isla. El mayor de ellos —de solo siete años— lo concibe como una especie de médico, no de los que llevan bata blanca, sino de los que usan casco y equipos raros para velar por la buena salud de las industrias cubanas.
Incluso en una circunstancia excepcional como la que plantea la COVID-19, desde las siete de la mañana este joven, Especialista A en Mantenimiento Industrial, pone pie en la Refinería de Petróleos Camilo Cienfuegos e inicia el diagnóstico habitual del funcionamiento mecánico, la dinámica y estática de la planta de procesos, para que esta sea otra jornada sin paradas en una de las refinerías más importantes del país.
«Seguimos procesando porque la nuestra es una de las labores que no puede detenerse. A quienes su desempeño lo permite, se acogen al teletrabajo o lo hacen a distancia, pero nosotros tenemos que tocar la industria con las manos», comentó el muchacho.
El 50 por ciento de los trabajadores de la Camilo Cienfuegos debe permanecer en sus hogares, pero el resto, en su mayoría jóvenes, garantiza la refinación constante de crudo. El equipo de inspectores de plantas que encabeza Oslién cuida de las bombas, compresores, reactores, torres, tambores y líneas de tuberías.
Al trabajo habitual se han sumado protocolos muy estrictos de higienización de locales, mascarillas desechables, nasobucos hechos en casa, guantes y otros medios de protección. «Debemos cuidarnos mucho, no solo por la salud y por nuestra familia, sino porque en esta situación perder personal especializado representa un daño sensible para el país», reconoce Ramírez González.
Los operadores de plantas representan un sector de altísima importancia en este emplazamiento industrial. Cada uno es medular en lo que hace porque son sus manos protagonistas del proceso de refinación, el movimiento de crudos y productos y el tratamiento de agua y residuales, para que tampoco el medio ambiente sufra daños.
Cuando pase el tiempo, en la historia de Cuba también habrá que contar sobre el protagonismo de los jóvenes en la dura batalla contra el SARS COV-2, que ha puesto al mundo en pausa.
«Es otra dura prueba a nuestra resistencia, a la solidaridad. Y en todo eso siempre vamos a estar los jóvenes trabajando, en la pesquisa médica, prestando ayuda internacional, en el lugar donde Cuba nos necesite», manifestó Ramírez González, quien por estos días andaría debatiendo el futuro de la UJC en su 11no. Congreso.
Congreso en las redes
GUANTÁNAMO.— Profesor de preuniversitario y productor de café en una finca que heredó de uno de sus abuelos allá en Maisí, el extremo oriental de la Isla, este joven de 27 años de edad fue elegido por vía directa para tomar parte en el 11no. Congreso de la UJC.
Aunque de momento tuvo que aplazar su posibilidad de intervenir en la importante cita juvenil, LeandrisGaínza González asegura que por estos días está en un congreso peculiar: «Los tres delegados de Maisí nos apoyamos mutuamente y hemos reservado tiempo de conexión suficiente para subir a las redes sociales, los días 4 y 5 de abril, imágenes y videos del accionar de los jóvenes del territorio en apoyo a las medidas del Gobierno para evitar la propagación del coronavirus», ejemplificó.
«Lo haremos cada uno desde su casa, con los teléfonos privados, e iremos intercambiando contenido, no solo los que gestionamos nosotros, sino también los que nos han podido aportar otros jóvenes. Ya tenemos incluso imágenes de Fidel presente en cada momento difícil que ha vivido el país, compartiendo con el pueblo, informando oportunamente. Esa será nuestra manera de combatir, como lo estuviésemos haciendo ahora mismo si sesionara el Congreso", dijo.
Congreso vía messenger
El joven periodista y comunicador santiaguero Rey Luis Correa Fonseca había hecho muchos planes para su viaje a la Habana y su participación en el 11no Congreso de la UJC. Ya se imaginaba viviendo fuertes emociones junto a la vanguardia de la juventud en el país.
«Era mi primera experiencia en un evento de este tipo con carácter nacional, —nos comentó vía Messenger—, y quería contarles a otros jóvenes, como lo hice en las diferentes asambleas en las que participé, distrital, municipal y provincial, las experiencias dentro de mi comité de base de la emisora municipal de Santiago de Cuba, CMKW Radio Mambí, y de la forma espontánea en la que logramos convertirnos en la voz del 11no Congreso de la UJC. Además, poder hablar de la serie de reportajes #TuFuturoHoy, una idea propuesta por los jóvenes de nuestra casa radial que se encargó de destacar el protagonismo de la juventud santiaguera.
«El día de la constitución de la delegación de nuestra provincia, además de estar presente como delegado, también estaba encargado de informar para mi emisora lo que estaba ocurriendo, y tuve la posibilidad luego de intercambiar con la primera Secretaria del Comité Nacional, Suselys Morfa González. De ese diálogo, algo me quedó claro: ella nos dijo ese día que el Congreso se aplazaba, pero que la juventud comunista iba a seguir en Congreso y la principal misión era combatir a la Covid-19.
Ratificando sus palabras, desde entonces me di a la tarea de continuar reflejando el protagonismo de los jóvenes santiagueros, pero ahora, desde esta otra arista. Actualmente continúa saliendo la serie de reportajes #TuFuturoHoy, dedicada a visibilizar el empeño de los nuevos en estos tiempos de epidemia.
«Como joven de un medio de comunicación, con la debida protección, por supuesto, salí a buscar testimonios de los estudiantes de medicina en las pesquisas, a compartir las vivencias de estos protagonistas. Empleando las nuevas tecnologías también pude acceder a un grupo de jóvenes médicos santiagueros que están en centros de aislamientos con pacientes con la Covid-19 o con sospecha. Además, di cobertura en las audiencias sanitarias y a la labor de los jóvenes del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología.
«Por estos días muchos de mis compañeros de trabajo están en sus casas y solo nos mantenemos en el centro los que vivimos cerca de la emisora,para evitarles el posible contagio al coger algún ómnibus o estar aglomerados con otras personas. Mi congreso continúa, de eso no hay dudas, y agradezco mucho la confianza depositada por la Dirección de Radio Mambí en mí y en otros jóvenes.
«A pesar de que no me puedo quedar casa, si estoy cumpliendo con todas las medidas higiénico-sanitarias, lavándome las manos constantemente y usando todo el tiempo el nasobuco, hasta para hablar frente al micrófono. Para nadie es un secreto que resulta incómodo, y más para nosotros los locutores de radio, porque necesitamos proyectar y articular las palabras, pero sabemos que es por nuestro bien y más en una cabina de radio, que puede ser un foco para la propagación de cualquier virus al estar herméticamente cerrada.
«Al principio estaba triste por el aplazamiento de nuestra magna cita, pero por todo lo ocurrido sé que los jóvenes seguimos en Congreso y luego de vencer esta batalla, iremos a La Habana con más historias para contar, que serán el testimonio de estos días en los que hemos logrado crecernos como personas, como profesionales, como estudiantes y como jóvenes comunistas, orgullosos de ser hijos de esta Revolución que ni en tiempo difíciles abandona a su gente».
Operación Mambí
Convencidos de que el Congreso de hoy es por la vida, según publica en su muro de Facebook Oendis Torreblanca, los delegados santiagueros a la magna cita juvenilse han volcado al surco, y todos los jueves planean dar su aporte en la producción de alimentos en el Organopónico La República y otras unidades del anillo agrícola de la ciudad heroica.
Ante los desafíos de estos días difíciles, acota, se impone el actuar consciente y responsable de los jóvenes, esos que en este estreno de abril se aprestaban a vivir un Congreso que dejaría ver los rostros de la continuidad, virtud que hoy se hace tangible en hospitales, centros de aislamiento, medios de comunicación, consultorios, barrios y casas.
Así lo demuestra Josefina ProsperBruff, estudiante de Medicina, quien puso en segundo plano sus expectativas con la cita juvenil y desde finales de marzo es parte de los más de tres mil futuros profesionales de las Ciencias Médicas que en la primera línea, dando la cara a la amenaza, recorren nuestros barrios y comunidades en pesquisas activas, con el ojo aguzado ante cualquier sintomatología y con el mensaje presto en cuanto a los síntomas y signos de esta peligrosa epidemia.
Orgullosa, porque el Presidente cubano haya puesto a jóvenes como ella a la vanguardia de una tarea como esta, la también presidenta de la FEU de la Universidad Médica santiaguera, con experiencia en las labores de pesquizaje en otros momentos, habla de la colaboración que encontró en una barriada en desventaja social como El Chucho, ubicada al final de Micro 7, en el centro urbano José Martí.
«Estamos realizando pesquisas en los nueve municipios de la provincia, explica, siempre con los medios de protección. Nuestro principal objetivo es detectar posibles síntomas respiratorios en la población. Los sospechosos lo pesquisan los médicos y enfermeras del consultorio de la familia.
«El día que comencé a pesquisar en El Chucho, para llegar hasta allí le pedimos ayudaa un joven que iba pasando con su carretón de caballo y muy amablemente nos montó. Así llegamos más rápido. Yo nunca había montado uno. Al bajarnos le dimos las gracias y el muchacho respondió:“En tiempos de Covid-19 toda ayuda es necesaria. Esta es mi manera de ayudar a los que me ayudan”.
«En otra ocasión llegué a una casa en la me recibió un señor de mediana estatura con su bastón y tenía un gran parecido a mi abuelo. Luego de darme los buenos días me preguntó: “¿Cuándo llega la operación Mambí a mi casa?”. Yo no entendía la pregunta, y al no responderle insistió:“Sí esa, la operación Mambí, la que están haciendo los estudiantes de Medicina”. Cuando comprendí a lo que se refería le respondí: “Lo estamos haciendo para prevenir la Covid-19”. Entonces él fue más enfático:“Eso mismo, hija. A eso tan importante que están haciendo yo le llamo Operación Mambí”».
Según la locuaz muchacha, sin que todo esté logrado, se aprecia entre la población una mayor percepción del riesgo (en comparación con otras enfermedades, como las arbovirosis): «En El Chucho las personas nos mostraron que conocen las medidas higiénicas previstas y están dispuestos a cumplir las disposiciones establecidas».
Por eso, asegura ella, con medios de protección como los nasobucos, la solución de hipoclorito para el lavado de las manos y observando todas la medidas de seguridad necesarias, seguirán apegados a las áreas de salud.
«Fieles al juramento hipocrático que hicimos desde el primer año de la carrera, seguiremos en nuestras comunidades, para que no quede ninguna persona con síntomas respiratorios sin acudir a los centros de salud», recalcó.
Boca cerrada también cura
Desde hace más de una semana, las mañanas se han hecho rutinarias para el estudiante espirituano de quinto año de la Carrera de Estomatología, Aliandys Lazo Otero. Recorre alrededor de dos kilómetros en su motorina roja, desde su casa hasta el Policlínico de los Olivos I, en la ciudad del Yayabo. Allí conoce lo realizado en el día anterior y le orientan cuál es la ruta a seguir en esa jornada.
«Pesquisar no es nada nuevo para los estudiantes de Ciencias Médicas porque ya hemos estado en otras acciones similares, pero ahora el reto es mayor porque las personas tienen muchas dudas, temen, han incorporado a sus rutinas algunos mitos y debemos extremar los cuidados», explica con la misma seguridad con la que camina cada día el Consejo Popular de los Olivos en Sancti Spíritus.
Ya las piernas dejaron atrás los dolores por subir y bajar edificios. Tras tocar cada puerta, repite su nombre y cuál es su función de forma mecánica. Agradece siempre el recibimiento de quienes preguntan hasta el cansancio. Se sabe útil en un empeño vital para noquear al nuevo coronavirus.
«Somos también el soporte emocional y de sosiego de quienes aún no tienen claro cómo evitar la propagación. Ha sido muy emotivo cuando nos han abierto personas muy mayores que viven solos y temen por sus vidas, ya que se ha informado que es uno de los grupos más vulnerables».
Aliandys confía en que después de que la situación epidemiológica del país se normalice, cumplirá dos de sus anhelos: graduarse de su carrera y asistir al XI Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, (UJC).
Para la primera, no pierde tiempo: Después de pesquisar, en el horario de la tarde, toma los libros y repasa cada temática.
«Son días complejos porque hay que llevar de la mano la preocupación de la familia, las medidas de prevención y los estudios, pues como dijo el Presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel al referirse a quienes harán las pruebas de ingreso, el tiempo es oro», acota quien no deja en casa su bata y nasobuco, para cuando toque las puertas no duden de su vínculo con el sistema de salud cubano, aunque por su delgadez y poca estatura aparente muchos menos años.
«Hasta este momento sólo he vivido una experiencia incómoda. Fue un muchacho joven que no me dejaba hablar, asintiendo con la cabeza todo lo que le decía. Creo que a veces nos cuesta comprender que este virus no entiende de edad, sexo, constitución física… Luego de aquello, busco información con los líderes de la comunidad para que me digan las características de sus vecinos y saber así cómo llegarles. A esos dirigentes de las organizaciones de masas hay que sumarlos en esta batalla de todos, porque si yo me cuido, cuido al resto».