La batalla de Cuba contra las drogas es permanente Autor: Twitter Publicado: 14/11/2019 | 07:03 pm
La política de tolerancia cero ante el consumo y tráfico de drogas y otras sustancias Sicoactivas, puesta en práctica en una batalla permanente que involucra a varios sectores estatales y población en general, fue ratificada este miércoles en la Mesa Redonda, dedicada al tema, con la participación de representantes de los Ministerios del Interior, Relaciones Exteriores, Educación y Salud Pública; la Aduana General de la República y la Unión de Jóvenes Comunistas.
Y tiene que hacerlo porque, según explicó Juan Antonio Quintanilla Román, director de Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, nuevas sustancias aparecen cada año en el panorama internacional, y resulta llamativo que en 2017 América Latina superó a Europa en ese peligro.
El nuevo circuito de drogas latinoamericano se distingue por el consumo mayoritario de estimulantes, opiáceos, cannabinoides y disociativos, que concentran el 82 por ciento de las sustancias reportadas.
La Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC), reportó un incremento del consumo de drogas y otros estupefacientes en 14 países latinoamericanos. Un total de 178 nuevas sustancias fueron identificadas en los últimos años, de las cuales 61 emergieron en 2017, y de esa cifra total, 30 surgieron en México por primera vez, entre ellas cannabinoides sintéticos, estimulantes y alucinógenos.
Investigaciones recientes advierten que esas sustancias se comercializan en pequeñas cantidades, vendidas de forma engañosa e incluso haciendo uso del correo postal. Esta es una amenaza en ascenso, y aunque se ha comprobado que estas nuevas sustancias son mucho más potentes que la morfina, son pocos los países que han desatado estrategias para su enfrentamiento.
En los primeros minutos del programa televisivo, Quintanilla Román recordó que en 1946 se creó la Comisión de Estupefacientes de la Organización de Naciones Unidas, radicada en Viena, adscrita a la UNODC. Su actual membrecía es de 53 países, de la que Cuba forma parte, y en sus debates pueden sumarse otras naciones, sin hacer uso del voto, pero con la opción de intercambiar criterios y experiencias sobre el tema.
Quintanilla Román recordó el marco jurídico internacional que ampara la actuación de Cuba ante las drogas, en el que se incluyen tres instrumentos: la Convención única sobre estupefacientes, de 1961, el Convenio sobre sustancias sicotrópicas, de 1971, y la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, de 1988.
«Existe un mecanismo de coordinación y cooperación en materia de drogas entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe, un foro para compartir experiencias en reuniones periódicas en torno al accionar nacional para el enfrentamiento, y Cuba mantiene una participación activa en ese sentido», declaró el especialista, quien mencionó los nuevos enfoques en torno a la problemática de las drogas y el interés por despenalizar el consumo de algunas o reducir las sanciones penales a los traficantes, para restarle relevancia al marco internacional.
«No existe un consenso en torno a estos nuevos enfoques. Países como Cuba abogan por la necesidad de preservar el marco jurídico internacional para fiscalizar y controlar las drogas, y obviar los intentos de aquellos países cuyas políticas han sido ineficaces en la labor de prevención y enfrentamiento.
«Cuba defiende que no se modifique el marco internacional. Hemos sido enfáticos en esa idea y formamos parte del consenso sobre el enfoque integral que merece el trabajo de enfrentamiento ante las drogas. Prevención, trabajo educativo, elevar conciencia en el sistema de Educación… Acciones que en nuestro país reflejan resultados satisfactorios sobre la base de la política de tolerancia cero.
«La UNODC publica anualmente un informe, y en el de 2019 ilustra que, en sentido general, hay un incremento del consumo de drogas a nivel mundial, la producción de opio y cocaína alcanzó niveles record en el último periodo y la legalización ha acarreado el incremento del consumo (contrario a lo que se previó), y fundamentalmente, que surgen nuevas y peligrosas sustancias, que solo entre 2015 y 2017 sumaron 500».
Nuevos enfoques, nuevas drogas
El coronel Juan Carlos Poey Guerra, jefe de la Dirección Antidrogas del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) del Ministerio del Interior, ratificó la complejidad del escenario internacional en cuanto al consumo y tráfico de drogas.
«El incremento de personas que consumen drogas en el mundo fue de un 30 por ciento, la producción de opio y cocaína ha alcanzado cifras récords, la incautación de marihuana perdió prioridad por parte de los órganos de aplicación de la ley, se ha diversificado este tipo de droga y aumenta su potencia a partir de su principio de activo. Todo ello responde a las políticas de flexibilización de las sanciones y la tolerancia creciente ante su consumo con fines medicinales o recreativos.
«El mercado de estas nuevas sustancias sicoactivas varía y es dinámico, debido al poder de síntesis que tienen estas drogas, que permite su multiplicación de manera permanente, registrándose la circulación de alrededor de 490 productos».
Cuba no escapa de esta realidad, aseveró Poey Guerra, por lo que se adoptan medidas puntuales como parte de la estrategia de prevención y enfrentamiento para mitigar su impacto en el país.
«Cuba no es un país productor de droga ni es intermediario en las acciones de tráfico. Nuestro sistema de enfrentamiento ha permitido identificar las principales fuentes de abastecimiento al consumo y tráfico interno, entre las cuales podemos mencionar el recalo en nuestras costas de sustancias que son trasladadas por la vía marítima y arrojadas al mar ante la interrupción de la operación, el uso de lanchas rápidas para la trata de personas y la introducción de drogas, el empleo de embarcaciones de recreo, la vía aérea y comercial en pasajeros y equipajes y el cultivo puntual de marihuana en zonas montañosas.
«Identificamos además la comercialización ilícita de medicamentos para la drogadicción que se sustraen con recetas fraudulentas o por complacencia de las farmacias y centros de producción, e incluso por la tenencia de algún paciente, cuya prescripción médica las indica».
Poey Guerra insistió en el desarrollo por parte del Ministerio del Interior de planes de prevención y enfrentamiento, de conjunto con los Organismos de la Administración Central del Estado y las organizaciones de masas.
«Se prioriza el borde costero porque el 97 por ciento de las operaciones de narcotráfico que se realizan en nuestra área geográfica impactan a través del recalo. Insistimos en la prevención, la vigilancia y el patrullaje para cerrar las vías de acceso a esos lugares, así como en el trabajo en puntos de control de la policía, el empleo de la técnica canina y el despliegue de las fuerzas de las tropas guardafronteras, con el empleo de embarcaciones de intercepción rápida, medios aéreos no tripulados y radares para obstaculizar el actuar de la delincuencia».
Precisó que se perfecciona el diseño de enfrentamiento en el puerto y en la terminal de contenedores del Puerto del Mariel, de conjunto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y la Aduana General de la República (AGR). «Cuba forma parte del Programa Global de Control de Contenedores, de las Naciones Unidas, lo que permite el intercambio fluido con los grupos basificados de algunos puertos cercanos para transmitir experiencias, elevar la preparación de las fuerzas y obtener información.
«Se brinda especial seguimiento a las afectaciones puntuales en contenedores con mercancías para la exportación que transitan a otros puertos, los cuales han sido abiertos por grupos vinculados al tráfico de drogas para contaminar nuestros mercancías y desacreditar la labor que desarrolla el país en el enfrentamiento a las drogas.
«En las 12 afectaciones de este tipo registradas en los últimos años, se demostró que la droga no se introdujo en el territorio nacional, por lo que Cuba no está vinculada a ese tipo de acciones».
Agregó el especialista que en la vía aérea se fortalecen las capacidades de detección con la adquisición de nuevos medios técnicos que permiten el control de las personas y de las cargas no acompañadas: «Hemos desarrollado un grupo de ejercicios con droga viva que nos permiten revisar la efectividad de nuestro sistema y mantener preparadas a las fuerzas».
Cuba no puede ser un país de consumo
Entre enero y septiembre se obstaculizaron 32 operaciones por esta vía, con un total de 81 detenidos, de los cuales 21 son extranjeros, y se incautaron 19,98 kilogramos de droga, según detalló el jefe de la Dirección Antidrogas del Departamento Técnico de Investigaciones, en la Mesa Redonda de este miércoles.
Destacó la complejidad del escenario para el enfrentamiento, debido a los nuevos modos de operar utilizados por los narcotraficantes, y subrayó como elemento interesante la detección de turistas y nacionales involucrados en la introducción de cigarrillos electrónicos con aditamentos que contienen marihuana.
«Ha sido una tarea de primer orden desmantelar los cultivos de marihuana, cuya cifra total asciende a 100 en este año, localizados en Granma y Santiago de Cuba. Reconocemos el trabajo del cuerpo de guardabosques en la revisión de las áreas, y trabajamos para sumar a la técnica canina en la detección de esos cultivos», puntualizó.
Del total de droga incautada en este año (1493,20 kilogramos), el 93 por ciento es resultado del recalo. Unos 94.48 kilogramos provienen de la detección de casos en frontera. En total se han detenido 1 382 personas, de las cuales 22 son extranjeras.
Según Poey Guerra hoy se priorizan las colaboraciones con la Interpol para mantener el intercambio de información sobre presuntos traficantes. En correspondencia con el Código Penal cubano y la Ley de Procedimiento Penal, el 74 por ciento de los sancionados entre enero y agosto recibieron penas entre 5 y 10 años de Privación de Libertad. Además, se continúa con la aplicación del Decreto Ley 232, que estipula lo relativo a la confiscación de bienes empleados para esta ilícita actividad.
Ratificó que se consolida, y está en constante perfeccionamiento, el sistema ministerial de enfrentamiento para evitar la basificación del crimen organizado en el país, y que Cuba no pueda utilizarse como almacén o tránsito a terceros, ni se convierta en un país de consumo.
Por su parte, Moraima Rodríguez Nuviola, directora de Gestión y control de riesgos de la AGR afirmó que la incidencia creciente de los intentos por introducción de droga al país se caracteriza por el interés de comercializarla en territorio nacional, sobre todo cocaína en su estado sólido o líquido, y los cannabinoides sintéticos.
La modalidad de encomienda es muy utilizada entre los elementos inescrupulosos que intentan traer droga a Cuba, y es vital que todo viajero sepa que no se le exonera del cumplimiento de la ley, aun cuando no sea culpable de infringirla, acotó.
«Entre los métodos empleados para enmascarar la droga sobresale la ingestión o traslado adosado al cuerpo, oculta en el recto o la vagina, y en el equipaje, escondida en plumones, zapatos, ropa, artículos religiosos, entre otros.
«La advertencia oficial, la multa y el decomiso de la sustancia forman parte del proceso a seguir con quienes arriban al país en calidad de turistas con sustancias sicoactivas como parte de su consumo habitual», señaló.
Rodríguez Nuviola precisó que es esencial el entrenamiento constante de las fuerzas aduaneras con el objetivo de que sepan identificar estos delitos, aun cuando la modernización tecnológica favorece este trabajo.
En Salud, la prevención es clave
La doctora Irelys Clavero Ariz, especialista en Siquiatría Infanto-Juvenil significó que cuando se habla de droga, se habla de la ayuda que necesita un ser humano para salvarse.
Educar en el riesgo es la esencia del programa de prevención que lidera el Sistema de Salud, desde el cual se valora la dependencia a las drogas como una enfermedad que altera la conducta de la persona porque se sustenta en la búsqueda de la sustancia como una necesidad para vivir, dijo al especialista, quien insistió en que la gente joven se inicia en el consumo en ambientes recreativos, como parte de sus actividades lúdicas, por lo que la familia debe estar atenta.
Por su parte, Meivil Vigil Pérez, directora municipal de Educación del municipio capitalino de Regla, hizo referencia al programa de prevención que ocupa el ámbito docente y académico, dirigido a todo el estudiantado de los diferentes niveles de enseñanza.
«Es una prioridad fomentar los valores para la formación de una actitud de rechazo al consumo de drogas en niños, adolescentes y jóvenes. A pesar de que la familia y la escuela pueden ser ambientes protectores, ellos se mueven en diferentes entornos y por ello es importante incentivar la labor de prevención para lograr que comprendan lo beneficioso y necesario de mantenerse alejados de las drogas».
La escuela necesita anticiparse a las drogas, comenta la especialista, quien precisa que en el entorno docente se debe compartir toda la información necesaria para evitar que se consuma alguna sustancia sicoativa en algún momento de la vida, detalló.
Vigil Pérez explicó que fue una prioridad analizar la manera en que se abordaría el tema en la vía curricular, así como enriquecer el sistema de preparación y capacitación diferencial y gradual para todos los profesionales del sector educacional, quienes a su vez deben trabajar con la familia para mantener una reacción positiva que permita el rechazo a este consumo.
Para eso Jóvenes, ea Droga no es Opción
Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, abundó en el mandato constitucional de la UJC de atender la formación integral de las nuevas generaciones. «Por lo tanto, el fenómeno de la droga y sus riesgos demanda de nuestras acciones un papel activo.
«Desde hace ya algunos años hemos trabajado en este sentido con las organizaciones estudiantiles, los movimientos juveniles y espacios nuestros como el Centro de Estudios Sobre la Juventud y la Casa Editora Abril, en varios proyectos los cuales se han perfeccionado y sistematizado.
«Podemos mencionar el proyecto Por mi Futuro, de la Organización de Pioneros José Martí; No seas uno más, de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, y Deja tu Huella, de la Federación Estudiantil Universitaria, los cuales han contribuido a la prevención y enfrentamiento a las drogas, ya que son las nuevas generaciones las más vulnerables a este flagelo.
«También desde diciembre del pasado año y hasta marzo incluimos la campaña Drogas no, gracias, que alcanzó a más de 600 000 muchachas y muchachos, con resultados satisfactorios. Otro proceso con similares objetivos es Buena esa, que busca influenciar buenas actitudes y conductas en adolescentes y jóvenes utilizando sus propios códigos de comunicación, con contenidos frescos, que les llegan y permiten un intercambio franco y productivo.
«Urge preparar a la juventud ante las tendencias de la moda, mensajes audiovisuales y patrones, que aprendan a percibir el riesgo de este consumo y en qué medida afecta la salud física y mental, recalcó la dirigente juvenil en la Mesa Redonda.
Igualmente, dijo que «es importante que adquieran nuevas y buenas conductas, que canalicen sus necesidades de recreación en lugares donde nada los vincule con esos hábitos y las opciones ayuden a formar valores, algo en lo que juegan un rol determinante todos los organismos e instituciones responsabilizados con generar actividades recreativas.
«Esas amenazas y riesgos continuarán impactando en nuestro país como en el resto del mundo, pero con la diferencia de que el gobierno revolucionario cuenta con la voluntad política de enfrentarlas enérgicamente, con una estrategia de tolerancia cero.
«Por todo eso tenemos que seguir haciendo cosas a nivel social y todos unidos. Tenemos muchas fortalezas, siempre recordando lo que Fidel nos decía, que la gran batalla que se impone es la necesidad de una lucha enérgica y sin tregua contra los malos hábitos. También, en más de una oportunidad, el Primer Secretario del Partido ha recalcado la urgencia de un clima permanente de orden, disciplina y exigencia en la sociedad», concluyó Morfa González.