Rafael Jorge Noya Laffite asegura que estos son tiempos de aportar al país Autor: Nelson Rodríguez Roque Publicado: 29/08/2019 | 07:49 pm
HOLGUÍN.— Bastaron pocas llamadas por teléfono para concertar la entrevista. Quedamos en vernos en su centro de trabajo, el bufete colectivo número tres, de la ciudad de Holguín. Ahí no se encuentra tan fácilmente al joven Rafael Jorge Noya Laffite (33 años de edad), pues trabaja mucho en la calle, pero allí radica su pequeña oficina, en la cual intercambiamos por cerca de hora y media.
Al joven le entregaron en abril pasado la medalla Abel Santamaría, condecoración reservada para personas destacadas de su edad. Aunque Noya Laffite ejerce la abogacía como profesión, decidió complementarla con estudios sicológicos. Sus raíces en las leyes provienen de su padre, Manuel Noya, quien también ejerció como abogado y ya está jubilado.
Es secretario general del comité de base de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) de Bufetes Colectivos del municipio holguinero, miembro del Comité Provincial de la UJC e integrante de la Sociedad Cubana de Sicología y de la Sección de Crítica e Investigación de la Asociación Hermanos Saíz. Este año sus méritos laborales y personales le valieron ser reconocido como Hijo Destacado de la Ciudad de los Parques.
—No es común que alguien se titule en dos carreras universitarias. ¿Cómo lograste hacerlo en tan poco tiempo?
—Creo que, en gran medida, responde a la voluntad de poder complementar la carrera de Derecho. Inicialmente, sabía que quería graduarme como profesional del Derecho y ejercer como abogado, pero me parecía que el ejercicio de la profesión se me haría más fácil si podía estudiar como segunda carrera Licenciatura en Sicología, la cual algunos me aconsejaron que cursara como especie de un diplomado o algún ejercicio posgradual.
«Mas, la opción que encontré que me pudiera apoyar en el ejercicio de la abogacía era adentrarme de lleno en el campo sicológico. Hasta el momento, todo me ha sido muy útil a la hora de entrevistar a los clientes, para comprender la manera en que se desarrollan los propios actos judiciales en el tribunal, y demás».
—Ahora, eso conllevó un esfuerzo extra…
—Sí, porque además, a la misma vez que estudiaba Sicología, trabajaba y estaba haciendo otros diplomados. No solamente me centré en esas dos carreras. En la misma medida, he estado inmerso en dos, tres y hasta cinco diplomados.
—Como abogado de un bufete, ¿cuáles son los servicios que más prestas?
—Nosotros nos dividimos en varios equipos de trabajo. Y yo pertenezco al de Derecho Civil, Derecho Administrativo, y de trámites migratorios, aun cuando también les prestamos servicios de asesoría legal a algunas instituciones, a empresas del Estado.
«El Derecho Civil, aclaro, es Derecho de Familia, Derecho Administrativo, de la Vivienda, migratorios y legalización de documentos. En estos momentos, todo esto está relacionado con la especialidad que estoy cursando, cuya tesis todavía me queda por discutir».
—Sochi, Rusia, y su 19no. Festival de la Juventud y los Estudiantes te vieron como delegado cubano. Hablemos de esa experiencia.
—Fue una excelente oportunidad. Conocí a muchos jóvenes cubanos de distintos lugares y ámbitos diversos. Pero también pudimos compartir con muchachos de otras partes del mundo, cuyos reclamos y aspiraciones nos dimos cuenta que son una realidad en Cuba, incluso algunos desde que Fidel hizo la Revolución en 1959. Cada una de las intervenciones, que escuché en los espacios de debate o tribunas, se referían a cuestiones que para la juventud cubana son, hace rato, conquistas del sistema socialista.
—Los artículos de Derecho son una constante en tu vida, ¿por qué?
—Son una necesidad. O sea, muchas veces tengo que participar en algunos eventos relacionados con el Derecho y en otras oportunidades en citas que abordan cuestiones desde el punto de vista político, y me piden que redacte una ponencia o artículo. De ahí entonces la obligación de redactarlos y presentarlos.
«Tengo varias publicaciones, como las existentes en la revista Interfolio, en Argentina, perteneciente a la Universidad de Buenos Aires, y he logrado que me publiquen otros en la prensa holguinera, específicamente en el Ciberdiario del periódico ¡ahora!».
—Estuviste en Argentina en el contexto de la celebración del cumpleaños 90 del natalicio del Che y participaste en un evento de solidaridad con Cuba. ¿Qué te aportaron ambas citas?
—Tuve la oportunidad de, entre otras cosas, conocer más de un grande de Latinoamérica, el Guerrillero Heroico. Y compartí y conversé con el expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica, en el encuentro solidario con la Isla. Mujica dictó una ponencia en Rosario, ciudad natal del Che, e hizo un aparte donde tuve la posibilidad de intercambiar con él y me preguntó, como cubano, qué hacía allí, cuáles eran mis preocupaciones.
«En la casa de Villa Nidia, en la ciudad de Altagracia, compartí la ponencia El sentido de la justicia en la figura de Ernesto Che Guevara. Villa Nidia es donde el Che pasó la mayor parte de la infancia, pues el clima de ese sitio le favorecía, al ser él asmático».
—La medalla Abel Santamaría Cuadrado, ¿cuánto significa para ti?
—Esta fue a propuesta del Comité Provincial de la UJC de Holguín y el Comité Nacional de esa organización, y fue conferida por el Consejo de Estado. Me la entregaron en abril último y la recibí de manos de Mercedes López Acea, miembro del Buró Político y del Secretariado del Comité Central del Partido.
«Para mí esa medalla tiene mucho simbolismo, en primer lugar porque lleva el nombre de Abel Santamaría, el segundo al mando del asalto al cuartel Moncada en la ciudad de Santiago de Cuba, quien fue capaz de preferir, una vez hecho prisionero por los esbirros, guardar silencio mientras lo golpeaban, le quemaban los brazos e incluso le sacaban un ojo para que confesara el nombre del jefe del Movimiento y sus planes.
«Lo segundo es que pude compartir en el mismo espacio donde estaba Machado Ventura, nuestro Segundo Secretario del Comité Central, y con jóvenes que, igualmente, habían recibido tan alto reconocimiento. Es por ello que constituye además de un alto honor, el compromiso de ser cada vez más revolucionario y estar dispuesto a realizar cualquier sacrificio por la patria».
—Ya en 2018 fuiste seleccionado Mejor Jurista Joven de la provincia. ¿Qué representó en lo personal esta condición?
—Fue una sorpresa. Resultó un premio al trabajo realizado en 2018, pero me reconocieron en junio de 2019. Es un orgullo y una satisfacción el haber sido estimulado entre tantos jóvenes con cualidades de mi sector en esta provincia, de donde es natural nuestro Jurista Mayor, el Comandante en Jefe. Significa un gran compromiso ser joven destacado y mantener la labor realizada hasta ahora.
—Irás al 10mo. Encuentro de Solidaridad Mutua Venezuela-Cuba, en septiembre venidero, en tiempos en que se acrecientan las agresiones imperialistas contra ambos países. ¿Cuál será tu función en ese evento?
—En principio, debo estar participando como ponente en el panel internacional «La solidaridad como arma de lucha de los pueblos» durante ese evento, que se celebrará los días 20 y 21 de septiembre. Analizaremos las cuestiones propias de las agresiones multiformes realizadas por el Gobierno de Donald Trump contra los pueblos venezolano y cubano, y denunciaremos el bloqueo económico, comercial y financiero, fórmula imperialista contraria a nuestras naciones.
«Hablaremos de la solidaridad como base integradora y de complementación, soberanía, integración cultural, autodeterminación, consolidación de la unidad latinoamericana y caribeña y, particularmente, llevaré la ponencia La integración latinoamericana versus el modelo neoliberal, la cual nunca he expuesto».
—El 10mo. Congreso de la UJC llegará en un contexto diferente al anterior. ¿Cuáles son, en tu opinión, los retos de la juventud cubana hoy?
—Pudiera mencionarte que se encuentran —entre otros— la prevención y el enfrentamiento a las indisciplinas sociales e ilegalidades, también el rol activo que nos corresponde desarrollar frente a la subversión política e ideológica y la agresividad imperial, de manera particular en las redes sociales, donde jugamos un papel protagónico con vistas a desmontar con argumentos sólidos todo tipo de calumnias o mentiras.
«Además, cómo fortalecer nuestras filas de una manera creativa y entusiasta, siendo capaces de influir, sumar y contribuir a la formación martiana y fidelista para mantenernos como vanguardia de la juventud cubana».