Es importante incluir en los planes todas las necesidades para el sostenimiento de la producción de la EPEC-C Autor: Hugo García Publicado: 08/05/2018 | 06:47 pm
CÁRDENAS, Matanzas.— Cuando se habla con jóvenes como Iván Michel Migoyo Lago se experimenta la sensación de que no hay temas densos, aunque se trate de eso que los especialistas llaman petróleo pesado y con mucho, demasiado azufre.
Hablar con él de las complejidades del proceso inversionista en la Empresa de Perforación y Extracción de Petróleo del Centro (EPEP-C), y en Cuba en sentido general, ofrece una visión rigurosa en asuntos que el país trata con especial cuidado para que no fallen ni se dilaten los proyectos que están decidiendo el desarrollo.
Graduado de ingeniero mecánico en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, desde entonces fue ubicado en el municipio de Cárdenas, donde reside su familia. Vive cerca de la empresa, en la localidad Humberto Álvarez, junto con su esposa, Yadira Sánchez Izquierdo, y Evián, su niño de dos años.
Comenzó a laborar en la empresa mecánica Horacio Rodríguez en 2001 y desde 2004 hasta 2007 ejerció como cuadro profesional de la UJC. Posteriormente se trasladó a la empresa petrolera como secretario del comité de la UJC y especialista B en inversiones, como jefe de grupo de instalaciones de superficie desde 2009, hasta terminar convirtiéndose, en 2012, en director de Inversiones de la EPEP-C.
—Un alto número de especialistas abandonan el sector estatal en busca de mejoras económicas o de otro tipo. ¿Te ha tentado alguna vez esa idea?
—Nunca he tenido la intención de irme, aunque sí hemos tenido momentos difíciles. En 2012 asumimos la responsabilidad de las inversiones. Nos costó trabajo, porque el compañero que sustituimos era alguien de mucha capacidad de trabajo y experiencia, y pasó a ocupar otras responsabilidades.
«Aunque no tengo una formación netamente petrolera, siento mucho por esta empresa, a la cual me entrego cada día con disciplina y responsabilidad para lograr mejores resultados y llevar bien la ejecución de las inversiones que garantizan su sostenimiento, teniendo en cuenta que si no se invierte no se garantiza la capitalización, porque estamos en una rama de vital importancia.
—En algunas entidades los más nuevos se quejan de que son menospreciados o no se les tiene en cuenta. ¿Ocurre algo parecido aquí?
—Esta es una empresa que tiene una alta cultura de producción, buenos resultados económicos y un trabajo intencionado con los jóvenes. Desde que entran se les da seguimiento y se observa cuáles tienen posibilidades, a partir de sus aptitudes y desempeño, para ocupar responsabilidades importantes, no solo de dirección, sino en lugares vitales.
«Las cosas nos han salido bien y la mayor satisfacción es formar parte de una empresa con buenos resultados económicos en los últimos años. Tenemos un colectivo en la UEB de inversiones consolidado y estable; hemos mantenido la fuerza laboral con experiencia, con entrega y sentido de pertenencia.
—Las inversiones generan muchos problemas en el país. ¿Qué obstáculos enfrentan ustedes?
—En 2013 entró en vigor el Decreto Ley 327, que rige la política para el proceso inversionista. Anteriormente era la Resolución 91, que tenía muchas ambigüedades. Esos cambios en los procedimientos no siempre fueron bien entendidos. Nos costó un poco de trabajo lograr que los compañeros los asimilaran, por el hecho de que en otras áreas de la empresa no entendían cuál era el proceder para lograr la aprobación de un grupo de inversiones importantes.
«Se llegó hasta a creer que se enlentecía todo, al tener que cumplir con ciertas regulaciones que, a mi juicio, han sido buenas, porque han organizado el proceso. En el país los resultados no son todavía todo lo favorables en este aspecto, porque no había el debido control y seguimiento, y nuestro sueño, en lo que trabajamos, es preparar oportunamente todo el proceso inversionista, e incluir en los planes todas las necesidades para el sostenimiento de la producción de esta empresa, que es importante para el país por lo que representa para la generación de electricidad y otros renglones en los que se emplea el crudo nacional.
«Generalmente la contratación con compañías extranjeras está asociada con perforación, que es otra dirección, y que en nuestro caso ha sido poca. Casi siempre los servicios los contratamos aquí, con empresas nacionales. Llevamos un programa acelerado de reparación de tanques en la planta de procesamiento de crudo con servicios nacionales. La gran mayoría del equipamiento lo importamos, pero la ejecución del montaje generalmente la acometemos con entidades nacionales».
—¿Cuba no ha contado con modelos de extracción eficaces?
—La producción de petróleo ha venido teniendo una declinación lógica del yacimiento, se va sacando y eso no se recupera. La empresa y el país se han proyectado para suplir esta decadencia mediante la perforación de nuevos pozos, que es lo que ha mantenido la estabilidad productiva de los últimos años.
«La empresa, de conjunto con la Unión, está enfrascada en utilizar nuevos métodos para la producción de petróleo, porque con las técnicas convencionales se extrae un bajo porciento del crudo. Los cálculos estimados con los viejos métodos apuntan que se extrae solo el siete por ciento. El país apuesta por otras tecnologías para tratar de alcanzar el 97 por ciento.
«Las inversiones de sostenimiento las hacemos con las tecnologías actuales, equipos de bombeo de primer nivel mundial, con todas las dificultades que tenemos por el bloqueo, un equipo que pudiéramos comprar en Estados Unidos lo tenemos que traer de otros países y cuesta mucho más. La tecnología que usamos en la perforación y preparación de los perforadores está entre las primeras del mundo; no cualquiera internacionalmente perfora un pozo de más de ocho kilómetros».
—¿A partir de tu experiencia, qué puede fallar en el proceso inversionista?
—El punto más débil de las inversiones se encuentra en la etapa de la preparación y planificación, la cual lleva un grupo de estudios conceptuales. Cuando se obtienen los permisos se compatibilizan las inversiones con todos los involucrados, se realizan los proyectos y se aprueban por los organismos rectores. Entonces se pasa al estudio de factibilidad de la inversión, que vencida la primera etapa de preparación garantiza que se incluya o no esa propuesta de inversión en el plan de la economía. La etapa de preparación es el talón de Aquiles de las inversiones en el país.
«Hemos ido resolviendo esas deficiencias, pero todavía es un punto débil. Se le dedica mucho tiempo a preparar la inversión al igual que a ejecutarla; no puede ser que usted la prepare rápido y después esté cinco o seis años ejecutándola porque no la preparó bien. Nosotros no incluimos la inversión en los planes hasta que está bien preparada, pero esa etapa de preparación es la que más trabajo cuesta, porque no solo depende de nosotros, sino de otros organismos que determinan. Creo que en los últimos años hemos avanzado.
«Contamos con una cartera de inversiones en la que tenemos identificado a corto, mediano y largo plazos, hasta 2030, los principales problemas de la empresa y en base a eso trabajamos. Hay que supervisar que los proyectos se ejecuten como están concebidos, con las normas de calidad previstas.
Alrededor del 90 por ciento de nuestras inversiones las ejecutamos con medios propios, al contar con una UEB de mantenimiento industrial y otra de mantenimiento constructivo que son vitales. Además contamos con otra UEB de apoyo a la producción que se dedica a la fundición de bases y apoyos, ejecuciones civiles y de arquitectura.
«No tenemos ninguna inversión paralizada con saldos a la contabilidad. Las inversiones que hemos tenido incluidas en el plan siempre las hemos concluido y puesto en explotación.
«Esta es una empresa donde la preparación de las inversiones no se ejecuta solo por los compañeros que atienden esa tarea, sino desde el director general y todo el consejo de dirección. Hay un control y seguimiento a todo el proceso desde que comienza hasta que se concluye».
Nos marchamos de la EPEP-C con la convicción de que este colectivo anda con los pies bien puestos sobre la tierra y que han hecho suya la certera alerta del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido, durante el discurso de clausura de la Sesión Constitutiva de la 9na. Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular: «Hay que planificar mejor y saber disponer de lo que tenemos y lo demás ver cómo resolvemos; pero no estar inventando por el camino: pan de hoy, hambre de mañana».
Iván Michel ofrece una visión rigurosa sobre asuntos que el país trata con especial cuidado. Fotos: Hugo García