A partir del 19 de febrero otro diseño de receta médica, ya circulante, será el único válido. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 15/02/2018 | 08:00 pm
«Pssstt… Oigan, muchachitas… Tengo Dipirona a 30 pesos, es la cajita con tres blísteres, de la buena. ¿Alguien quiere?», anunció la vendedora ilegal, y en la oficina aquella, mientras yo esperaba a que me atendieran, se armó un revuelo singular.
Todas las trabajadoras acudieron a sus monederos, y la que no compró una caja, compró dos, «para darle a mi hermana», «para cuando se me acabe esta cajita, que la Dipirona está en falta siempre». Incluso, hubo quien le preguntó a la señora si tenía otros medicamentos en oferta.
Lamentablemente no es la primera vez que sucede. La venta ilegal de fármacos y las irregularidades en su suministro desde 2016, debido a la falta de financiamiento oportuno para pagar a los proveedores con los que el país mantiene negociaciones para adquirir materias primas, envases e insumos, como se ha explicado, motivó la puesta en vigor de estrictas medidas que pretenden frenar el acaparamiento de estos productos por quienes desean tener siempre surtido el botiquín casero o se dedican a su venta indiscriminada.
Se inició un riguroso proceso de control y fiscalización en las 2 148 farmacias del país para reducir los hechos delictivos asociados a los medicamentos, a partir del cual en algunos casos fue necesario apelar a sanciones penales.
Desde finales del año pasado los directivos del Ministerio de Salud Pública anunciaron, además, el cambio del modelo de receta médica a nivel nacional, como parte del plan de acciones para fortalecer el Programa Nacional de Medicamentos y evitar su desvío por canales subterráneos.
Desde el 1ro. de febrero circula en el país este nuevo diseño junto al precedente, y a partir del día 19 será el único válido para la adquisición de los medicamentos.
Opiniones ofrecidas a esta reportera en la capital por parte de trabajadores de la red de farmacias, médicos, estomatólogos y ciudadanos en calidad de pacientes permitieron constatar, de manera general, un consenso generalizado en el apoyo a esta decisión. Sin embargo, persisten inquietudes en relación con el funcionamiento a partir de ahora del proceso de adquisición de los fármacos y, sobre todo, con su disponibilidad.
«Si la idea es evitar que se vendan los medicamentos “por la izquierda”, me parece bien. Pero así y todo hay que seguir con las restricciones, hay que ser fuerte en la vigilancia, porque el que inventa la ley inventa la trampa, y hay quien siempre encuentra un huequito para hacer lo que quiere y escaparse», advirtió Lourdes Marín, de 62 años.
«Lo terrible del caso es que se cambien las recetas y la población confíe en que esa será la solución, y de todos modos no encontremos en las farmacias lo que necesitamos cuando lo buscamos. En ese caso, ¿de quién será la culpa?», inquirió Hilda Benítez, de 44 años.
Saber que las recetas médicas prescritas en La Habana solo tienen validez en esta provincia y no en otras, ni siquiera en Artemisa y Mayabeque, preocupa a Martina González, quien acompaña a su madre dos veces a la semana para los turnos médicos en una institución hospitalaria en la capital.
«Hay medicamentos que te los ofrecen en las farmacias internas del hospital, pero otros no, y antes de regresar para mi provincia recorro las cercanas al hospital y no siempre encuentro lo que busco. ¿Qué tengo que hacer ahora? ¿Decirle a un médico en mi provincia que me calque una receta como la que me hicieron en La Habana para comprar el medicamento allá, si lo hay?», comenta Martina.
Migdalia Jiménez, trabajadora en una farmacia capitalina, reconoce que en establecimientos similares al suyo se realizan ilícitos procesos en relación con la venta de medicamentos.
«A mí nunca me ha pasado por la cabeza algo semejante porque prefiero hacer todo como es, por “la canalita”, y no meterme en problemas, pero a veces la misma gente te pide con urgencia que le vendas algo. Hasta me enseñan recetas en blanco, con cuño y firma de un médico, para que se las llene. Ni loca hago eso; no sé cómo algunos profesionales de la Salud pueden darle sus recetas a cualquiera o dejarlas por ahí, a expensas de que alguien las tome».
Indagar en busca de criterios en torno a la medida adoptada me permitió coincidir, incluso, con dos especialistas en Medicina Veterinaria, quienes alegan que quizá este sería un buen momento para tomar alguna determinación con respecto a su nula facultad para recetar medicamentos disponibles en la red de farmacias, como sucedía hasta mediados de los años 90.
«Dejamos atrás la crisis del período especial, y aunque exista inestabilidad con algunos fármacos en ocasiones, jamás se ha vivido una situación como la de esos años, pero aún así los veterinarios solo podemos indicar métodos. En las clínicas que no venden productos en CUC no siempre tenemos todas las medicinas que necesitamos para los tratamientos, y entonces el dueño del animal sale a resolver lo que necesita. ¿De qué manera? O comprándoles a los revendedores o convenciendo a un médico para que le llene una receta», aseveró uno de ellos.
Su colega, con 12 años de experiencia, refiere que siendo estudiante supo de esta limitante y se asombró de las alternativas a las que se recurre. «Conocí a un veterinario que consultaba en su casa y ya tenía de antemano recetas con cuño y firma de una doctora amiga, y las llenaba según el tratamiento del animal. No participaba de una cadena de delitos porque al final figuraba como que el médico prescribió la receta, pero no debe ser. Eso seguirá pasando ahora, porque siempre se buscan soluciones para llenar los vacíos.
«¿No es mejor disponer de un almacenamiento de medicinas para los veterinarios en las farmacias y evitar que esto suceda?», preguntó el primero de los veterinarios entrevistados. «Si ahora el país pudo asumir el diseño y la impresión de nuevos modelos de receta y de nuevos formatos de cuño, debería tomarse en cuenta que la Medicina Veterinaria forma parte, aunque diferente, del mismo mecanismo y los profesionales de esta rama deberíamos haber sido incluidos».
Los médicos y estomatólogos que accedieron a conversar sobre el tema están conscientes de que el nuevo modelo de receta exige un mayor tiempo para su llenado, en tanto la precisión de la información asociada al medicamento prescrito y al paciente es necesaria. No obstante, coinciden en que esta medida puede reducir los hechos delictivos asociados a la venta de las medicinas en las farmacias, aunque no aseguran que los eliminen.
Tras un largo período de escasez de medicamentos esenciales y, como consecuencia, de incremento inusitado del mercado ilegal y otros fenómenos, toda medida de control adecuada es bienvenida siempre que las decisiones no terminen alimentando burocratismos e insensibilidades, ya presentes en este delicado sector, y afectando a los que deberían ser los máximos beneficiarios: los enfermos.
¿Cómo es la nueva receta?
Elementos introducidos en el nuevo diseño de receta médica:
Cuño institucional en la parte derecha superior:
*triangular para las instituciones de nivel nacional
*circular para hospitales
*rectangular para policlínicos
*en forma de polígono para otras instituciones de salud.
Casillas para datos tales como:
*el nombre del medicamento, su forma farmacéutica y su presentación
*el número del carné de identidad del paciente.
*la impresión diagnóstica, si se prescribe un antimicrobiano
*la dirección particular si se trata de medicamentos de efectos similares a las drogas.
Las recetas que circularán en La Habana exhiben el nombre de la provincia en la parte inferior, a un lado del número de serie y folio.