Desde lo alto de La Esperanza Autor: Juventud Rebelde Publicado: 12/01/2018 | 12:08 am
SANTIAGO DE CUBA.— Entre paisajes singulares, con una geografía como escenario que despunta elocuente y hospitalaria, se erige el Mausoleo a los Héroes y Mártires del III Frente Mario Muñoz, inaugurado el 6 de marzo de 1998, en ocasión del aniversario 40 de la creación de la zona guerrillera. Es una idea del jefe fundador, Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, para rendir homenaje a sus hombres, sobre todo a los que no vieron el triunfo revolucionario, a quienes, según sus propias palabras el 6 de marzo de 1978, les correspondería siempre el mérito fundamental, pues batallaron duro y no pudieron contemplar la libertad verdadera de la Patria.
Se encuentra ubicado en la loma de La Esperanza, la elevación más alta que tiene el centro del poblado de Cruce de los Baños, a 255 metros sobre el nivel del mar.
Con la emoción desbordándole el rostro, Dorisbel Ramos Cervantes, directora del Museo Central doctor Mario Muñoz, explicó a este diario que en 1958 La Esperanza era un potrero propiedad de Rafael Cruz, dueño de las tierras que actualmente ocupa Cruce de los Baños, el principal Consejo Popular del Tercer Frente, quien tenía aquí potreros para la cría de vacas, y sembrados de frutales como la guayaba.
La historia del Mausoleo, explica la especialista, comenzó el 26 de julio de 1957, cuando miembros del Movimiento 26 de Julio de una célula en Maffo y colaboradores del territorio izaron la bandera rojinegra atada a un palo de guásima en esta elevación.
Con tal aval, detalló Ramos Veranes, en 1983 se inaugura allí el Conjunto Escultórico a los héroes y mártires del frente guerrillero.
Obra del artista Evelio Leucort, la escultura muestra cinco figuras conformadas con la técnica de molde con varios significados.
Una pareja donde un rebelde sujeta al otro simboliza que nosotros ni en la muerte dejamos abandonados a nuestros hombres; hay dos figuras que miran hacia atrás representando las direcciones que abarcó el Frente, pero también que en el momento en que el Comandante Almeida se incorpora con Fidel para el rechazo a la ofensiva la zona no quedó abandonada. Un combatiente parado en firme corporiza la solidez de los ideales de la Revolución y junto con la bandera del 26 de Julio en esa elevación simboliza el territorio libre de Cuba.
Fue inaugurado en el año 1983 al conmemorarse el aniversario 25 de la fundación del Frente. En una visita posterior al lugar el Comandante Almeida descubre que este es el sitio ideal para construir el Mausoleo a los Héroes y Mártires del III Frente.
Al decir de la apasionada especialista, varias razones se unieron para escogerlo: primero por ser la elevación que para él, desde el punto de vista estético, era lo más parecido a la Sierra Maestra y daba la posibilidad de ilustrar lo que era antes la zona: lugar para el cultivo del café, los potreros...
Considerando las mínimas transformaciones del lugar se elaboró un diseño que une en magnífica combinación lo artístico y lo histórico, a la geografía y la flora del lugar.
En el Mausoleo el homenaje avanza desde la cima a la base, de la Sierra al llano, y con él se cumple el deseo del Comandante Almeida de rendir un homenaje especial a los que murieron antes de la fundación del Frente en distintas acciones de la guerra, cuestión que se logra con el bloque más grande.
A la altura de la bóveda central destinada al jefe del Frente fueron emplazados los túmulos dedicados a las mujeres colaboradoras de la zona guerrillera y que él decidió que estuvieran a su misma altura.
Dos conjuntos de palmas, que representan al Comandante Almeida y a los miembros de su guerrilla, circundan el monumento. En la cima de la montaña arde la llama eterna por la historia y la memoria de esos hombres que lo dieron todo por la continuidad de la Revolución, símbolo de la permanencia del ejemplo de estos combatientes y sus ideales.
Frente al monumento, con vista al poblado principal del municipio, se observa la punta de una estrella confeccionada con plantas de califa roja que significa la sangre derramada por los combatientes que lucharon por la causa en esta zona.
Un especial simbolismo exhibe la escalera que une la parte superior del Mausoleo con el recinto funerario, que con su forma sinuosa imita al arroyo que corre desde la Sierra hasta el llano y se abre en la plaza en forma de charco, exactamente en el lugar donde está el recinto funerario, simbolizando que en esos nichos descansan los héroes que derramaron su sangre por Cuba.
En esta área se ubican en el centro de la plaza seis palmas que encarnan las seis regiones o provincias de Cuba antes de la división político-administrativa de 1976.
Bugambilias de diferentes colores, la planta favorita del Comandante, lo que más le gustaba del monte, y califas rojas sembradas allí por su follaje y su color tan parecido a la sangre, pueblan agradablemente el entorno.
Tiene el Mausoleo 232 túmulos funerarios, 40 de los cuales estuvieron ocupados hasta este 11 de enero: 38 por combatientes y dos por los padres del Comandante Almeida, incluyendo la bóveda principal ubicada en la parte superior, y donde por disposición del propio Almeida fueron depositados sus restos desde el 15 de septiembre de 2009. A esa cifra se suman los 33 combatientes inhumados este jueves.
Con diferentes colores los nichos se agrupan por bloques en los que están representados los caídos antes de la constitución del Frente y reciben el nombre de Escopeteros, quienes murieron en diferentes acciones de guerra, los fundadores, que salieron desde Pata de la Mesa hasta Puerto Arturo, cerca de San Lorenzo de Céspedes, para fundar la zona guerrillera, los caídos después del triunfo de la Revolución en acciones importantes como Playa Girón, la lucha contra bandidos, misiones internacionalistas y el sabotaje al avión de Barbados.
Como aspecto singular y evidencia de la impronta de su jefe, el Mausoleo del III Frente es cotidianamente ambientado por la música de Almeida. Ocho poemas sinfónicos de su autoría pueden escucharse cada día allí, especialmente el tema Hasta pronto.
El Mausoleo y su conjunto escultórico son, asimismo, un inigualable mirador que se eleva frente a un poblado que es ciento por ciento obra de la Revolución. Cruce de los Baños es hoy la mejor muestra de la libertad que llegó a aquellas serranías con los rostros barbudos y el gesto enérgico de aquellos combatientes.
Vea también algunos de los trabajos que JR ha publicado sobre el III Frente oriental:
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