De manera general la Resolución 6 ha tenido un impacto muy positivo entre los trabajadores. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 06:37 pm
SANCTI SPÍRITUS.— María de los Ángeles Cabeza sonríe cada vez que llega el día del pago. Al parecer, la unidad empresarial de base mayorista Sancti Spíritus, subordinada a la dirección nacional de la Empresa Comercializadora y Distribuidora de Medicamentos (Encomed), se despojó de todo mal monetario. Ya son historia aquellos días cuando María de los Ángeles y el resto del colectivo devengaban el salario mínimo del país: 225 pesos.
«La Resolución 6 ha tenido un impacto muy positivo entre los trabajadores del centro porque, en caso de que haya problemas productivos, nos llevamos a casa el salario básico», dice la técnico de control de flota de la entidad.
Como ella, muchas son las personas que han recibido con mayor júbilo esta norma del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), en vigor desde abril de 2016. Esa bienvenida provechosa ha hecho olvidar los varios dolores de cabeza provocados por su antecesora, la 17, aun cuando la puesta en práctica de esa primera resolución, de acuerdo con los números, dejó un buen sabor en predios espirituanos: la productividad por el valor agregado bruto planificado en 2015 aumentó cerca de un 24 por ciento en el sistema empresarial del territorio.
Pero esos números no la salvaron de opiniones desfavorables. Una de las razones para los criterios negativos fue el hecho de que se introdujo en las entidades sin que estuvieran todos sus reglamentos en estas, situación que dio pie a interpretaciones incorrectas, afirma Danilo Zamora Neira, miembro del secretariado de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Sancti Spíritus.
A fin de revertir esos y otros tropiezos, y para estimular el incremento de la productividad del trabajo y los ingresos de la fuerza obrera del sistema empresarial cubano, se apostó por la aplaudida Resolución 6.
«Desde su puesta en práctica, el salario medio mensual en Sancti Spíritus está por encima de los 800 pesos», añade el representante del Sindicato.
Sin embargo, como toda obra humana, la Resolución 6 todavía no es perfecta y ha encontrado algunos obstáculos. Por ello, se buscan las soluciones para lograr su efectividad y, con esta, la tan ansiada eficiencia económica del archipiélago cubano.
Auditoría contable
Tanto la «difunta» 17 como la «recién nacida» 6 no llegaron al escenario económico cubano por azares de la vida. Desde mucho antes se habían adoptado decisiones para flexibilizar la gestión de la empresa estatal, que se «ahogaba» por la gran centralización. Entonces, el director de cada entidad recibió la facultad de aprobar la forma de pago por rendimiento, financiada por su propio centro, una solución que en la práctica demostró no ser tan sencilla.
Según Osmany Rodríguez Martínez, jurídico de la Dirección Provincial de Trabajo (DPT), con el nuevo cuerpo legislativo las UEB espirituanas no tienen que esperar al resultado general de la empresa para formar el salario de sus colectivos. Los máximos responsables de cada entidad pueden desagregar a las UEB en dependencia de sus características, indicadores directivos y límites, y otros aspectos que definen la formación y distribución del pago.
Pero todavía existen entidades en el territorio donde no están creadas las condiciones técnicas, organizativas y económicas para la citada desagregación.
Zamora Neira expresa que se insiste en la realización de los análisis desde el nivel de la empresa. Eso precisa de un mayor trabajo de las secciones sindicales, aclara, a fin de que conformen los requerimientos necesarios.
Con la desagregación de las UEB, la directora de capital humano de la empresa Azcuba en Sancti Spíritus, Aurora Darias Vega, asume enfáticamente el cumplimiento de la organización de los indicadores directivos que inciden en los sistemas de pago por resultados, tal y como lo expresa el resuelvo séptimo de la Resolución.
«Una inadecuada planificación según los resultados de las UEB puede provocar deterioro a nivel de empresa, aunque por separado sí se obtengan provechosos frutos», acota.
Otro de los cambios recibidos con beneplácito es la protección a los incluidos en los sistemas de pago por resultados hasta el límite de su salario escala —según la complejidad y responsabilidad de los cargos—, cuando no se cumplan los indicadores establecidos.
Así lo reconoce Ana Ibis Zaila Gutiérrez, directora de la UEB Mayorista de Sancti Spíritus, quien comenta que todo es posible si existe una correcta planificación, distribución de recursos y organización de la fuerza laboral.
Para no pocos trabajadores del sistema empresarial espirituano era injusto que en la mayoría de las ocasiones, los directivos de sus empresas y los consejos de dirección cobraran montos muy por encima de quienes se mantenían directamente en la producción.
El cuerpo legal en vigor instituye para el director de la empresa un límite salarial de hasta 2,5 veces en relación con el salario medio de la entidad en el período de pago, y establece hasta dos veces para el resto de los cargos de la oficina central, siempre que la eficiencia y los indicadores lo permitan.
Cuentas inexactas
Aunque la flexibilización se acomoda poco a poco en los asientos de las UEB, según la consideración del abogado espirituano Osmany Rodríguez Martínez, aún esas entidades cargan con deficiencias, pues muy pocas aplican las normas de pago por tiempo y servicios, que son las que realmente permiten retribuir salarialmente a destajo.
«Aunque en el resto del mundo es muy común, aquí insistimos en utilizar más la que es por resultados. Pero el trabajador puede cobrar incluso por las dos y hoy no se aprovecha», alerta. Por ello, sugiere que las empresas utilicen softwares adaptados a las normas por evaluar y no al revés. «Detrás de los algoritmos está el esfuerzo de un ser humano y su retribución por lo que realmente hizo», añade.
Igualmente, reconoce la necesidad de seguir capacitando al trabajador en la base productiva, y, por otra parte, redoblar el ahorro de los gastos innecesarios, porque el derroche sin cordura va contra las utilidades.
Gran parte de la masa trabajadora de las UEB espirituanas busca cómo palear los impactos negativos de factores externos que afectan sus bolsillos.
Por ejemplo, en la Empresa Provincial de Alojamiento —nacida en condiciones extremas por su «herencia» de entidades con problemas constructivos— aún los salarios no llegan a las aspiraciones del colectivo, aunque se hayan elevado con la Resolución 6.
Explica Iliana Lezcano Jiménez, subdirectora económica de esa entidad, que se ha debido invertir en el mejoramiento integral de las unidades y eso se ha reflejado en los ingresos del colectivo.
«Tenemos que elevar la calidad de nuestras ofertas porque el recurso humano es el máximo responsable de sacar adelante la economía. Quizá, en un futuro, los sistemas de pago se generen desde cada unidad, algo que incentivará mucho más la productividad», agrega.
Las afectaciones climáticas también han castigado los salarios. Bien lo saben los que laboran en la Empresa Azcuba de Sancti Spíritus, quienes, para mantener su cumplimiento durante nueve años consecutivos, debieron sacar fuerzas sobrenaturales. Y lo lograron, porque sus salarios mensuales no bajaron de los mil pesos.
«Creamos una reserva. Aún hay colectivos que tienen problemas por el estado del tiempo y las herencias del período de zafra, pero han resuelto con esos montos», ilustra Darias Vega.
El representante sindical Danilo Zamora llama la atención sobre un error frecuente que se da puertas adentro en algunas entidades espirituanas y empaña la factibilidad económica del sistema empresarial, pues no se paga todo el salario formado con el propósito de reservarlo para las contingencias. A su juicio, ese monto debiera obtenerse de otras partidas, pero nunca del dinero del trabajador.
Aunque no todas las cuentas dan exactas todavía en predios espirituanos al utilizar como calculadora a la Resolución 6 del MTSS, esta norma ha sido valorada de revolucionaria, porque su correcta aplicación ilumina con más fuerza el camino hacia la eficiencia.
Lo ideal sería eliminar la improvisación, el descontrol y la falta de coherencia a la hora de tomar decisiones y hacer análisis económicos. Esas mejoras de gestión ayudarían a demostrar si esta norma, todavía joven, llegó para quedarse y es el modo de enrumbar la economía de la empresa cubana.
Lo ideal sería eliminar la improvisación y hacer análisis económicos. Foto: Calixto N. Llanes