Bastaron 30 minutos para llegar a la meta y romper el récord Guinness. Autor: Alejandro Ernesto/efe Publicado: 21/09/2017 | 06:31 pm
Primero se colocan los apósitos y se fijan con esparadrapo. Después se ponen los antifaces y para que no quepan las dudas, las cabezas se «guardan» en capuchas oscuras. No hay trucaje, no hay micrófonos. El jurado revisa que todo esté en orden, que no haya trampas…
El público asombrado quiere comprobar que, en efecto, Aliet Pérez y Arley Collazo no pueden ver nada, y se acercan a ellos para escudriñar los vendajes. ¡Están locos de verdad!, exclaman algunos. ¡Esto sí hay que verlo! Y se acomodan, donde se puede, en la esquina de Prado y Malecón desde donde salieron a bordo de dos motos Suzuki estos intrépidos que se autodenominan telépatas, dispuestos a implantar un récord nacional y romper otro Guinness.
El suceso ocurrió el pasado miércoles 13 de abril durante la I Jornada Internacional Havana Magia 2016, y de manera exitosa estos jóvenes tuneros condujeron a ciegas por la avenida del Malecón hasta la calle Muralla, y desde allí, hasta el Museo de los Naipes, en la Plaza Vieja del Centro Histórico para completar tres kilómetros recorridos de esa manera en su trayectoria artística.
Todo transcurrió en 30 minutos, y al llegar a la meta Aliet y Arley se abrazaron, contentos de haber logrado lo que tantas veces soñaron. «Ha sido un verdadero reto hacer esta conducción a ciegas en la capital, pero llevábamos días estudiando el recorrido», comentó a JR el mago Arley.
La madre de Aliet lo despertó ese día a las cinco de la mañana. «El teléfono sonó y ella estaba desde Las Tunas dándome ánimos. Allá lo hicimos muchas veces, pero La Habana es una ciudad que no conocemos tanto, y por eso quisimos intentarlo aquí, antes de atrevernos en Santiago de Cuba, donde también queremos hacer este número.
«Me puse nervioso desde ese minuto, y estaba presionado con tantos magos cubanos y de otros países presentes, pero luego me relajé, porque cuando se trabaja mucho en lo que se quiere lograr, ningún obstáculo te puede impedir obtenerlo», afirma Aliet.
—¿Telepatía o buena memoria del terreno?
Ambos sonríen.
—Claro que estudiamos el recorrido y recordar lo visto ayuda. Es como cuando despertamos en la noche y no hay luz eléctrica en la casa. Por lo general nadie que conozca bien su casa y la ubicación de sus muebles tropieza en el andar hasta el baño o la cocina… Pero no es lo mismo; es parecido.
«Cuando se explotan las capacidades extrasensoriales del cerebro, y para eso hay que estudiar y entrenarse mucho, se logran cosas como estas. Claro que no cualquiera puede hacerlo, pero se puede aprender.
«Cuando conocí a Arley, por ejemplo, detecté en él cualidades esenciales para desarrollar este trabajo, como el alto poder de concentración y la creatividad. También las había visto en mí mi maestro años atrás, el mago Peter, y poco a poco se logra la empatía entre los dos, y podemos sorprender con nuestra transmisión de pensamiento», explica Aliet.
—¿Solo se dedican a realizar números de este tipo?
—No, aunque esa es nuestra especialidad como dúo. Dirijo la compañía artística Estilo Propio, de la que también forman parte Yaudel Rodríguez, Letilier Rodríguez, Adrián Echevarría y Harlem, el DJ. Hacemos otros números de magia, mezclamos el humor, la fonomimia y divertimos al público en nuestras presentaciones.
El mago granmense César Reyes Ampudia, quien organiza cada año en su provincia el evento Magia de Abril y es el representante de Aliet y Arley, reconoce en ellos la osadía de ejecutar un número como este, que pone en riesgo sus vidas.
«Cada vez me asombro más con estos muchachos. Aunque no es la primera vez que en el país se realiza la conducción a ciegas, pues antes lo hicieron los magos Lefrank, Manuel Romero y Guillermo de la Cruz, Aliet y Arley implantaron un nuevo récord y se incluyen entre los atrevidos de los Guinness».
Arley se aleja unos pasos y nos da la espalda. Aliet le pregunta:
—Compañero telépata, ¿se siente en condiciones de responder todo lo que se le pregunte?
—Me encuentro en perfectas condiciones, compañero telépata, le responde Arley.
Aliet va tocando prendas de mis manos e inquiere cuántos son, de qué material están hechos. Arley contesta correctamente. «¿De qué color son las medias de la periodista?», le pregunta. «No lleva medias», le responde Arley.
—No estoy convencida —les digo—, pues llevamos un buen rato conversando; Arley puede ser muy observador y recordar ahora todo lo visto antes…
Arley vuelve a voltearse, Aliet sonríe y con señas me pide que saque el monedero del bolso. Me pide mi documento de identidad, sin que su compañero de telepatía pueda verlo.
—¿Qué tengo en mis manos, compañero telépata?
—Un carné.
—¿Qué tipo de carné?
—Un carné de identidad.
—¿Pudiera decirme en qué año nació la periodista?
—Nació en 1986.
—¿Puede decirme qué día cumple años la periodista?
—Celebra su cumpleaños el 17 de febrero.
Quedé sorprendida. Sonreímos todos y los felicité por su trabajo. ¿El secreto? No lo supe… Los magos no los revelan.