Santidad;
Eminencias;
Reverencias:
Hablamos como hermanos, tenemos el mismo bautismo, somos Obispos; hablamos de nuestras Iglesias y coincidimos en que la unidad se hace caminando. Hablamos claramente, sin medias palabras. Y le confieso que he sentido la consolación del Espíritu en este diálogo.
Agradezco la humildad de Su Santidad, humildad fraterna y sus buenos deseos de unidad.
Hemos salido con una serie de iniciativas que creo que son viables y se podrán realizar; por eso quiero agradecer una vez más a Su Santidad su benévola acogida, como asimismo a los colaboradores, y nombro a dos: Su Eminencia el Metropolita Hilarión y Su Eminencia el Cardenal Koch, con todos sus equipos que han trabajado para esto.
No quiero irme sin dar un sentido agradecimiento a Cuba, al gran pueblo cubano y a su Presidente aquí presente; le agradezco su disponibilidad activa, si sigue así, Cuba será la capital de la unidad y que todo esto sea para gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y para el bien del santo pueblo fiel de Dios, bajo el manto de la Santa Madre de Dios (Aplausos).