Cuba cumplió anticipadamente la meta propuesta por la FAO en la Primera Cumbre Mundial sobre Alimentación— celebrada en Roma en 1996— con el objetivo de reducir a la mitad, antes del 2015, el número de personas desnutridas.
Lo antes expuesto lo afirmó la doctora en Ciencias Maricela Díaz Rodríguez, directora de Ciencia y Técnica del Ministerio de la Agricultura, durante la inauguración del VI Encuentro Internacional de Arroz y II Simposio de Granos, que tienen lugar en el capitalino Palacio de las Convenciones.
Díaz Rodríguez acotó que gracias a los grandes esfuerzos realizados para la producción nacional de alimentos y a la importación de grandes volúmenes de estos, en un mercado que, como consecuencia del bloqueo económico y financiero impuesto al país por Estados Unidos, padece el llamado «riesgo Cuba», el archipiélago se cuenta entre los 16 países que más éxito han alcanzado en la reducción del hambre.
Subrayó igualmente como desafíos el enfrentamiento del país a factores adversos como el cambio climático y tener una población envejecida y mayoritariamente urbana, lo cual genera escasez de fuerza para las labores agrícolas.
Díaz Rodríguez dijo que este evento se realiza a pocos días de haber concluido el XI Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, donde los productores ratificaron sus compromiso con el desarrollo agropecuario del país y con lograr que la ciencia, la tecnología y la innovación constituyan las bases de ese desarrollo.
Se refirió a las inversiones millonarias que se acometen en el país hasta el 2020 en el sector agrícola. Estas comprenden 21 programas— según explicó— y el arroz, el frijol y el maíz cuenta entre ellos, por tratarse de alimentos básicos en la sustitución de importaciones.
El máster en ciencias Telce A. González Morera, director del Instituto de Investigaciones de Grano, y presidente del Comité Organizador del evento, destacó que Latinoamérica produce el cinco por ciento de la producción global de arroz, y que Cuba es uno de los países con más altos valores de consumo de este cereal—cerca de 70 kilogramos percápita al año—, por lo que apuesta a la producción nacional del referido grano a pequeña y mediana escala.
Theodor Friedrichs, representante de la FAO en Cuba, impartió una conferencia magistral titulada Perspectivas de la producción de granos en América, en la cual repasó el comportamiento de los niveles productivos de estos en casi todos los países del área; y concluyó que de manera general crecen los volúmenes sin incrementar las áreas de cultivo.
No obstante, precisó que en la región de Centroamérica predomina todavía la agricultura de altos insumos, sobre todo de alto consumo de energía para la labranza.
En el caso de Cuba dijo que antes de los años noventa del pasado siglo se hacía un uso excesivo de insumos y energía, lo cual trajo como consecuencia la degradación de los suelos, situación que debe aliviarse con un agricultura de conservación que promueva, entre otros cuidados, una respuesta sin excesiva labranza para mantener la vida del suelo.
Friedrichs aseguró que la agricultura de conservación mejora la competitividadde la producción agrícola, estimula las industrias rurales y les agregar valor, así como mejora la vida de las familias campesinas.
La máster en ciencias Violeta Puldón, vicepresidenta del Comité organizador del evento, informó que en el mismo se presentarán más de 140 trabajos y 103 carteles; y que cada día se ofrecerá una conferencia magistral sobre los principales temas inherentes a la producción sostenible de granos.
Agregó que el 70 por ciento de los participantes en este Encuentro Internacional son productores, y el resto corresponde a investigadores de los diferentes centros dedicados al cultivo de arroz, maíz, frijol y otros granos.