Asamblea Bayamo. Autor: Adán Iglesias Publicado: 21/09/2017 | 06:02 pm
BAYAMO, Granma.— A veces nuestro ámbito se nos llena de lemas agradables al oído que, sin embargo, no aterrizan en la práctica cotidiana.
«Debemos hacer lo que nos toca», se dice, por ejemplo, con frecuencia. Pero, ¿qué significado concreto tiene la frase? ¿Sabemos en realidad lo que nos toca?
Preguntas parecidas se hacía en la asamblea de balance de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) de Bayamo la profesora Ailín Hernández, quien argumentaba que «lo que le toca» a la organización es demostrar ejemplaridad, ganar en preparación política y realizar actividades con una intención marcada.
Su intervención trajo a colación, después, otra palabra muy usada y que no siempre ha sido entendida por toda la militancia de la UJC: el funcionamiento.
En esa línea, la joven doctora Lisara Corona, del hospital provincial Carlos Manuel de Céspedes, sentenció que para funcionar es preciso hacer más allá del perímetro del comité de base.
Al respecto dijo que los militantes de Medicina Interna en esa institución se reunieron con toda la dirección del hospital para debatir sobre temas que, en ocasiones, a algunos les parecen ajenos, pero son muy próximos a la organización: presupuesto, insatisfacciones de los trabajadores, inversiones, ilegalidades...
No puede ser, expresó, que un comité de base que funcione permanezca indiferente ante indisciplinas como el expendio de alimentos en las salas de las instituciones médicas o ante el hábito de fumar en este tipo de instalaciones.
Lisara señaló que una de las cuestiones que «les toca» a los trabajadores de la salud es la formación de valores, algo estrechamente vinculado con la labor político-ideológica y que se logrará en la medida en que haya un trato excelente a la población, al margen de las conocidas carencias materiales.
La muchacha también tocó un punto que representa una preocupación en otros sectores: solo el 35 por ciento de los más de mil jóvenes del hospital son militantes de la UJC. ¿Qué sucede con ese segmento? ¿Ha existido un acercamiento verdadero por parte de la organización?
No en balde la segunda secretaria de la UJC en el país, Susely Morfa González, remarcó que «funcionar es participar en el Consejo de dirección, hacer rutas históricas, existir, debatir, reunirse, hablar de todos los temas, escuchar a los demás, motivar a militantes y no militantes, visitar museos... buscarnos rollos».
Esa amplia definición, como comentaba uno de los 300 delegados a la asamblea, es la que se necesita desarrollar en estos tiempos, porque se contrapone al «laboratorio de procesar información» que algunos ven en la Juventud, porque la catalogan como el ente que está a cargo de actas, reuniones y cotización.
Por eso la joven periodista Gisel García, del semanario La Demajagua, enfatizó que es válido que las organizaciones de base no solo hagan, sino también que divulguen su accionar por todas las vías posibles.
«Hay que transformar desde la cultura», subrayaba ella, un viejo afán que no puede morir, como acotaban Carmen González y Federico Hernández, miembros del Buró Provincial del Partido en Granma, al concluir la asamblea.