Se trabaja en la Isla por incrementar las producciones de helado con menor gasto de agua y energía. Autor: Archivo de JR Publicado: 21/09/2017 | 06:01 pm
LA FE, Isla de la Juventud.— La industria láctea en este Municipio Especial figura entre las más destacadas por su gestión ambiental al producir de manera amigable con el entorno, subrayó Ivonne Fernández Sanfiel, de la delegación territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).
Destacó la implementación de una nueva tecnología para la elaboración de helados, gracias al Programa de Desarrollo Integral hasta el 2020, «cuyo principal impacto radica en incrementar las producciones con menor gasto de agua y de consumo energético».
Magdalina Galano Laborí, subdirectora técnica de la referida industria, explicó a JR que en el proyecto se concibió un sistema de tratamiento de residuales líquidos que funciona con eficiencia, porque incluye un sistema de lagunas por decantación y trampas para la recolección de desechos sólidos y grasa.
«Los residuales líquidos de la producción y la limpieza se bombean del foso inicial hacia la laguna anaerobia, donde los microorganismos se encargan de degradar las impurezas y de ahí pasan a la segunda laguna, en la que se ven peces, una muy buena señal porque la vida es incompatible con la contaminación», explicó.
Agregó que el envasado de leche fluida, yogurt natural y de soya en bolsas de nylon favorece la gestión ambiental de la industria láctea, actividad que minimiza el consumo de agua, hoy controlado por metrocontadores y medidas internas de ahorro y uso eficiente de ese recurso.
«Un factor importante —aclaró Filiberto Chales Téllez, jefe de planta— es la disciplina tecnológica, el cumplimiento estricto de los horarios de bombeo y la observación de posibles salideros en el área».
«Somos un colectivo estable y tenemos sentido de pertenencia y sensibilidad por el objeto social de nuestra industria», acotó.
Según un cable de la AIN, Fernández Sanfiel informó que la Isla de la Juventud culminó el 2014 con una reducción de 1,1 por ciento de la carga contaminante, gracias a la aplicación de nuevas formas de gestión económica para el tratamiento de residuales de las principales fuentes que expulsan contaminantes orgánicos e inorgánicos al medio, actividad en la que destaca la industria láctea.