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Ecuador sabe y tiene conciencia de que la integración es el camino

Discurso pronunciado por Jorge Glass Espinel, Vicepresidente de la República de Ecuador, en la XIII Cumbre ALBA-TCP, La Habana, Cuba, 14 de diciembre de 2014, «Año 56 de la Revolución»

Autor:

Juventud Rebelde

(Versiones Taquígrafas – Consejo de Estado)

Gracias, Señor Presidente:

Un saludo a todos los Jefes de Estado; Jefes de Gobierno; ministros de Relaciones Exteriores aquí presentes; delegaciones de todos los países del ALBA, un saludo del compañero presidente Rafael Correa Delgado, sus obligaciones en el país han dificultado que él esté aquí presente; pero está siguiendo atentamente la reunión, está muy pendiente de todo lo que se está debatiendo en estos momentos tan importantes para la integración de nuestros países, el Ecuador integracionista, el Ecuador que sabe, tiene conciencia, al igual que todos los que estamos aquí presentes de que la integración es el camino.  Un saludo muy especial de toda la Revolución Ciudadana, de todo el pueblo del Ecuador, que es un pueblo que cree firmemente en la integración.

Escuchando con mucha atención la intervención de los señores Jefes de Estado, señores Jefes de Gobierno, tenemos plena conciencia de que esta integración que tiene distintas oportunidades, integración política, evidentemente, integración económica, integración productiva.  Lo decía el presidente Ortega, integración productiva, esa articulación productiva para el buen vivir, para los ciudadanos, para las personas, no para los mercados, no para los capitales.  Esa nueva economía que tiene como centro al ser humano y que estamos construyendo en nuestros países, y es lo que nos une en esencia.  Esa solidaridad, ese ejemplo que en un inicio lo dio Cuba, haciendo de la solidaridad una política de Estado, ese ejemplo de Cuba, ese ejemplo de Venezuela ahora irradia a todos los países que formamos parte de ALBA y que ahora consideramos la solidaridad como una política de Estado.

Cuando hablamos de integración política, integración financiera, hemos visto los resultados positivos de tener un sistema de compensación, el SUCRE, una manera de crear oportunidades financieras para generar oportunidades para nuestros ciudadanos, para nuestros pueblos, es definitivamente fortalecer esta articulación financiera donde estas zonas económicas, que tienen un fin distinto, porque hemos demostrado que con la integración, hemos demostrado que con nuestras visiones políticas no solo en nuestros países, sino a nivel regional, subregional que otro tipo de integración es posible, la solidaridad, la complementariedad, dejar de lado esa competencia, esa competencia que ha destruido sociedades y que, indudablemente, era inviable; sin embargo, el sistema financiero ha tratado y sigue tratando de que nuestros países entren en competencia, de alguna manera u otra.

A los países que tenemos —los que son calificados como commodities— bienes primarios, recursos naturales no renovables, es el poder financiero, el capital, el que trata de hacernos competir:  para ver qué país se queda con menos renta por sus recursos naturales no renovables, a ver qué país flexibiliza normas laborales, normas ambientales; de alguna manera orientan sus inversiones y tratan de hacernos competir entre países.

Nosotros con la integración, con esta alianza con el ALBA hemos demostrado que otro camino es posible, que un camino que construye el buen vivir, el vivir bien, que construye sociedades para las personas es posible, y en distintos ejes:  hemos visto el energético, la acción solidaria como política de Estado entre nuestros pueblos.  El Ecuador ha sido profundamente agradecido por esas misiones solidarias, por esas políticas solidarias de Cuba, de Venezuela, y el Ecuador también ahora está presente en el Caribe, con esa solidaridad:  estamos aquí en Cuba, en Santiago; en Haití, y esperamos estar en muchos más países, cuando las circunstancias así lo ameriten, de acuerdo a las posibilidades de cada una de nuestras naciones, sabiendo los enormes desafíos que tenemos.

Hoy más que nunca, y escuchando —repito— con atención la intervención de los Jefes de Estado y Jefes de Gobierno, tenemos que tener profunda conciencia de que esa restauración conservadora está más articulada que nunca, esas fuerzas ocultas —entre comillas—, visibles en muchos casos, auspiciadas por potencias hegemónicas que no entienden que el mundo ya no es multipolar (sic), que somos naciones soberanas, que somos países soberanos.  Esa restauración conservadora que tiene financiamiento en cada uno de nuestros países, y que claramente podemos ver en estas cumbres que tiene una articulación internacional y un financiamiento internacional, que tiene un claro objetivo, que es detener a las fuerzas progresistas en América Latina y el Caribe.  Es volvernos a llevar a competir entre naciones, es volver a propiciar una suerte de subasta entre algo que le pertenece a nuestros pueblos, como son los recursos naturales no renovables.  Es así que esa integración en lo político, en lo financiero, en lo económico, esa articulación que debe identificar cadenas productivas, ya no podemos planificar el desarrollo de nuestros pueblos.  Con los pasos que hemos dado, con la lucha contra la pobreza a todos nos une, la lucha contra la desigualdad, la lucha contra la pobreza, a todos nos une el espíritu de solidaridad, entonces es cuando esa restauración conservadora trata de romper la unidad, de ponernos a competir por las inversiones, de ponernos a competir por inversiones que supuestamente generan desarrollo, entonces es mandatario, es obligatorio que la planificación de nuestro desarrollo tenga en consideración prioritaria esa articulación productiva regional.  Identificar esas cadenas productivas ya no solo desde lo nacional, no solo desde nuestros países, identificar esas cadenas productivas desde lo regional, para poder agregar valor, para poder industrializar en una industrialización del buen vivir.  Esa industrialización que genera empleo de mayor calidad, esa industrialización que genera oportunidades para nuestros pueblos, para nuestros ciudadanos, para nuestros jóvenes, esas grannacionales, como las definió el Comandante Hugo Chávez.

Chávez, quien está más presente que nunca, nos está viendo desde el infinito, y su legado está presente en esta reunión, en esta Cumbre, cuando junto con el Comandante en Jefe Fidel Castro, siempre siguiendo el pensamiento, las palabras de Bolívar, de Martí, de Sucre, de Alfaro, de Sandino, y otros tantos próceres, comenzaron a consolidar estos mecanismos de integración que tienen que tener un proceso de fortalecimiento continuo; los distintos ejes de integración o rostros de integración que deben generar oportunidades para todos nuestros pueblos tienen que tener más vigencia que nunca, cuando el cinismo de algunas potencias hegemónicas, que incluso dentro de sus propios países son señalados, son cuestionados por violaciones expresas y reconocidas de derechos humanos, pretenden acusar a nuestros países de falta de libertad de expresión, pretenden acusar a nuestros países de violación de derechos humanos, pretenden, con sus esquemas jurídicos —ya se ha hecho referencia también a estos sistemas de justicia extraterritorial, tribunales arbitrales—, de los que no podremos defendernos si no nos unimos.

Ya en otros esfuerzos de integración en UNASUR hemos planteado el Observatorio del Sur, para poder identificar estos tribunales y estos árbitros, este esquema económico de estudios jurídicos dedicados a perjudicar a nuestros países.  Es otra de las herramientas de la restauración conservadora, vulnerarnos a través de sistemas de juzgamiento extraterritorial, sirviendo al capital, sirviendo a los llamados inversionistas en contra de naciones enteras.  Si no nos unimos —para eso es la integración— para enfrentar juntos estos esquemas de dominación que pueden doblegar las economías de nuestros países no encontraremos respuesta efectiva, si lo hacemos aisladamente.

Así que, definitivamente, esa restauración conservadora busca dividir, busca frenar, busca romper, sus esquemas de sanciones que buscan afectar las economías de nuestros países.

Nuestro respaldo absoluto a la Revolución Bolivariana en Venezuela y nuestro rechazo total a esas políticas de las potencias hegemónicas que pretenden limitar el desarrollo de nuestros pueblos y pretenden convertirse en los juzgadores de nuestros países sin tener calidad alguna para hacerlo.

Presidente Maduro:  no tienen la calidad para hacerlo (Aplausos).

Ya veremos si la famosa Comisión Interamericana de Derechos Humanos actúa ante las denuncias que se han hecho públicas por violaciones de los derechos humanos de la CIA.  Veremos si actúa con la misma celeridad que con la que pretende actuar en nuestros países, en donde permanentemente nos señalan por cualquier cosa que se les antoje.

Tenemos herramientas para fortalecer esta integración desde lo político, desde lo financiero, siempre con esa visión solidaria, teniendo conciencia y certeza de lo que hemos alcanzado, los logros que hemos alcanzado en integración, en desarrollo, en lucha contra la pobreza, en disminución de desigualdades.

El problema en nuestra región, cuando nos vemos como región, no como países aislados, no es falta de recursos, es falta de políticas redistributivas, es falta de políticas que generen justicia, es falta de coordinación económica para crear más riquezas para nuestros ciudadanos, no para enriquecer trasnacionales o al capital como ocurría en el pasado.  Es por eso que esas son zonas económicas distintas de integración, de solidaridad, de complementaridad, esas cadenas productivas regionales, esa unidad que representa defendernos en contra de sistemas de dominación que vulneran nuestras leyes y nuestras constituciones como tribunales arbitrales, que claramente pueden ser identificados y establecidos.

En UNASUR ya hemos tomado la decisión de ir hacia un sistema regional de arbitraje, que pueda actuar con justicia y no siempre en defensa de los intereses de determinadas empresas que, mediante estos mecanismos, buscan doblegar a pueblos enteros, buscan doblegar a naciones enteras, y no lo han conseguido y no lo van a conseguir, porque ahora encuentran a una ALBA unida, a una UNASUR unida, países unidos enfrentando a los verdaderos enemigos que son la pobreza y la desigualdad, la falta de distribución de riqueza, de redistribución de riquezas y la falta de oportunidades, que ahora las estamos creando en cada uno de nuestros países: solidaridad, complementaridad, justicia, colaboración y determinación de nuestras fortalezas.  El ejemplo que nos da a todos los latinoamericanos, al Caribe, Cuba, con ese infame bloqueo que todos rechazamos, sin embargo, lo que logra en innovación, en investigación, en desarrollo.

He tenido el privilegio de estar hace pocos meses visitando Cuba y de conocer cómo continúa innovando, investigando y desarrollando, y estamos haciendo algunos proyectos entre Cuba y Ecuador que tienen ese espíritu de crear oportunidades para los ciudadanos, para nuestros agricultores, para nuestros campesinos;  políticas sociales que se están implementando en el Ecuador con Venezuela, proyectos magnos:  nueva refinería, operaciones energéticas, dentro de un ámbito de solidaridad, de complementariedad, de búsqueda de desarrollo.

Hay enormes desafíos:  la integración financiera indudablemente representa un enorme desafío para todos nuestros países.  Todos podemos aportar, efectivamente, y podemos crear estos mecanismos; tenemos al SUCRE, tenemos ya un sistema de compensación funcionando, y ojalá todos los países podamos determinar e identificar las oportunidades que representa tener nuestro propio sistema de compensación; que no sirvan las potencias hegemónicas con sus monedas de sistema de liquidación o de compensación de relaciones comerciales y de desarrollos sociales en nuestros países.

Aquí hay enormes oportunidades para crear e identificar esas cadenas productivas que van a permitir agregar valor a nuestros productos, que nos van a permitir dar un paso hacia la generación de innovación, de industrialización para el buen vivir, tenemos un enorme desafío como región.

Dentro de las políticas, los grandes desafíos de nuestra Revolución Ciudadana para todos los ecuatorianos, tenemos el de cambiar nuestro tejido productivo, nuestra matriz productiva, y ahí hemos identificado oportunidades de emprendimientos regionales, para que regionalmente podamos identificar qué cadenas productivas, qué nuevas industrias podemos desarrollar para generar mayor riqueza para nuestros pueblos, desde lo público, desde la sociedad, no desde la visión del inversionista, como se califican, y podemos juntos también determinar condiciones para el aprovechamiento de nuestras riquezas, nuestros recursos naturales, nuestra tecnología, nuestra innovación.

Es por eso que esta articulación, esta integración que tiene distintos desafíos, con un solo objetivo que nos une a todos los presentes, esa institucionalización de estos objetivos para poder alcanzar esa integración productiva, financiera, como lo hemos hecho en lo político, como lo hemos hecho en lo social, representa oportunidades de desarrollo para todos y cada uno de nuestros países.

El Ecuador es integracionista; nuestro presidente, Rafael Correa, profundamente integracionista; nuestro pueblo, nuestra revolución ciudadana, nuestro proyecto político, siguiendo la visión de nuestros líderes, de nuestros próceres.

Estamos muy cerca, el próximo 15 de enero la revolución ciudadana tendrá ocho años en el poder por mandato popular, ejerciendo el poder para los ciudadanos, respondiendo únicamente a nuestros ciudadanos.  Ya en el Ecuador no hay injerencia de potencias hegemónicas, lo único que nos mueve es la solidaridad, la inclusión, la lucha contra la pobreza, la lucha por la justicia para todo nuestro pueblo, la creación de oportunidades y la integración; la integración que vio Bolívar desde el inicio, la integración desde distintos espacios, esa integración en que la visión del Comandante en Jefe Fidel Castro y el Comandante Hugo Chávez hace 10 años, nos permite ahora poder comentar en esta XIII Cumbre sobre los logros de la integración bolivariana, de la Alianza Bolivariana para las Américas, del ALBA.

Hace pocos días estuvimos de fiesta también en Quito, en Ecuador, inaugurando la sede de UNASUR, otro espacio de integración que tiene ya objetivos, metas, desafíos, fortaleciendo esa integración para trabajar por nuestros ciudadanos, por nuestros países, por nuestros pueblos.

Así que el Ecuador, integracionista como es, celebra este X Aniversario del ALBA-TCP con mayor compromiso, con mayor voluntad política y con una gran visión de que desde la política pública de cada uno de nuestros países, sabiendo que la integración es el camino, levantando también una señal de alerta de que mientras más unidos estemos más fuerte será la restauración conservadora, el Ecuador ratifica su compromiso de seguir enfrentando esa restauración conservadora con más integración, con más solidaridad, con más articulación y comprometiéndose con mayores desafíos para que esta integración sea uno de los fuertes soportes y sustentos para el desarrollo de todos nuestros pueblos (Aplausos).

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