Militantes y jóvenes del periódico Adelante y Televisión Camagüey realizaron su Conexión Necesaria bien cerquita de la historia y la naturaleza. Autor: Leandro Pérez Pérez Publicado: 21/09/2017 | 05:57 pm
A veces me pregunto si esas ganas que no menguan de ir a las montañas y al mar tengan su explicación en tanta tierra llana que nos hace y rodea al Camagüey. Tal vez por eso cuando la Unión de Jóvenes Comunistas propuso la idea de hacer la Conexión Necesaria, un espacio de intercambio entre militantes y jóvenes, previo a su X Congreso, pensé rápidamente en irnos a «conectar» cerca del punto más alto de la provincia, en la Sierra de Cubitas.
Fue bueno que me secundaran en la idea mis compañeros y amigos, y como tan pocos somos los que no pasamos de 35 en el semanario Adelante, invitamos a los colegas de Televisión Camagüey a que nos acompañaran en la aventura. Hasta la Cueva del Indio no pararíamos, porque ya nos había contado Eduardo Labrada, profesor de varias generaciones de periodistas, que en aquel inhóspito paraje hay una tarja casi abandonada en recuerdo de los masones que mucho hicieron por nuestra independencia y que necesitaba manos dispuestas a rescatarla.
¿Adónde ir mejor para hablar de Cuba y de los jóvenes que al monte redentor? En camión, que nos facilitaron los compañeros de la UJC, nos fuimos un sábado, pero las lluvias de la noche anterior dejaron más intransitable que de costumbre el camino y tuvimos que dar media vuelta y... para Limones-Tuabaquey. Eso de darse por vencido no está pensado para la sangre nueva.
Visitamos la cueva María Teresa, que aparece en la novela antiesclavista Sab, escrita por Gertrudis Gómez de Avellaneda. Allí escuchamos de los cultos aborígenes, vimos pinturas rupestres que después de cientos de miles de años desafían la modernidad. Caminamos también por el antiguo camino real que unía playa Guanaja con la ciudad, hasta que llegamos al Paso de los Paredones. En uno de sus balcones naturales de piedra nos sentamos a merendar y a conversar.
Hablamos de la nube y el microbio, como suelen hacer los periodistas, de las insatisfacciones que tienen los militantes con su organización, de la responsabilidad personal y colectiva de mantenerla viva; también de esas otras cuestiones como el salario y la vivienda, imprescindibles en la materialización de un proyecto de vida, y que preocupan sobremanera a los jóvenes trabajadores. Hablamos de esos «cambios que mi casa necesita», como dice Tony Ávila.
Después seguimos camino hasta el mismo corazón de la sabana, hasta un río semi virgen cuyo nombre ni sabemos. En sus márgenes compartimos almuerzos, agua, galletas, palitroques de ajo, espacios con sombra, cuidados infantiles, amores, amistad, proyectos, sueños y hasta las filmaciones de Norly y Albertico del programa Despejando X, de TV Camagüey, dedicadas a la práctica del senderismo en las nuevas generaciones.
A alguien le escuché decir que el espacio Conexión Necesaria era tan o más importante que el proceso de balance en sí, y ahora que ya vivimos nuestra propia conexión puedo aseverarlo. Lo mejor es que cada comité de base puede hacerlo a su manera, donde mejor se sienta, no solo para hablar sino para hacer cosas juntos, para alejarse de la urbanización y la tecnología, para socializar, para terminar de una vez con ese estigma que dibuja a la UJC como solo cotización y reuniones. Que sea diferente depende de las ganas que se le pongan.
La nuestra fue una jornada excelente y, lo mejor, nos quedamos con ganas de volver, de hacer más, de no perder la conexión esa que es tan necesaria.