Artemisa sobresale como la mayor productora de viandas del país. Autor: Abel Ernesto/AIN Publicado: 21/09/2017 | 05:53 pm
Y de allí, de la entraña de Artemisa, como del arco rojo de una Gran Cazadora salieron estas flechas de coraje y sonrisa, a clavarse en la noche para traer la aurora. Jesús Orta Ruiz (el Indio Naborí)
ARTEMISA.— En enero de 2011 los habitantes del territorio comprendido entre Bahía Honda y San Cristóbal, por el oeste, y Bauta, San Antonio de los Baños y Güira de Melena, por el este, amanecieron con una nueva división político-administrativa que los agrupaba a todos bajo un nuevo gentilicio.
Muchos hasta entonces pinareños y habaneros comenzaban así su vida como artemiseños, y desde entonces son múltiples las batallas que libran para transformar y desarrollar este territorio, con potencialidades enormes en el terreno de la producción agrícola e industrial, la cultura, el deporte, la educación y la salud.
Once municipios conforman esta joven provincia, ubicada en la parte más estrecha de Cuba y con una extensión territorial de 4 003,94 kilómetros cuadrados, donde confluyen más de 494 000 habitantes, según datos del Censo de Población y Vivienda realizado en 2012.
Con fuerte tradición de lucha desde la etapa mambisa, los artemiseños comienzan a construir su historia, sin olvidar a quienes regaron con su sangre este camino de libertad que hoy disfrutan sus habitantes.
Tierra fértil
El sostén económico del territorio es la agricultura, presente en todos los municipios, pues cuenta con más de 248 000 hectáreas cultivables, buena parte de estas en explotación.
Los suelos ferralíticos rojos al sur son ideales para el desarrollo de cultivos varios. Artemisa sobresale como la mayor productora de viandas del archipiélago. Hasta junio se habían producido más de 318 000 toneladas.
Además de abastecer a la región, los campesinos envían sus producciones a la capital y son pioneros en poner en práctica nuevas formas de comercialización agropecuaria con mercados arrendados en La Habana. En sus más de 300 unidades productivas también se garantizan hortalizas, granos, leche, frutas y vegetales.
La joven provincia se destaca, además, por ser la mayor productora de huevos de Cuba, con más de 243 millones de unidades anuales.
En los últimos años los elevados volúmenes productivos, fundamentalmente en época de pico de cosecha, han provocado que se potencien las minindustrias, por lo que ya son varias las formas productivas que tributan, a los mercados locales y de la capital, jugo, mermelada y encurtidos, entre otros alimentos. Resaltan las ubicadas en Güira de Melena, Alquízar y Artemisa.
En las zonas montañosas de Bahía Honda, Candelaria y San Cristóbal florece el cultivo del café y la caña de azúcar. Poco a poco se han reanimado las plantaciones cafetaleras y este año el plan de siembra asciende a 264 hectáreas. Asimismo suman más de 60 000 las latas del grano recolectadas. Han crecido los compromisos de siembra de este cultivo y poco a poco, con la mejora también de las condiciones de vida de los campesinos y la electrificación de comunidades montañosas, resurge la tradición cafetalera en el lomerío artemiseño.
En el caso de la caña, también presente en tierras de la capital provincial, los planes son ambiciosos. Este año se prevé sembrar 6 011 hectáreas, de las cuales ya se han plantado más de 3 000. En la campaña de primavera, que concluyó el 30 de junio, la provincia fue la primera de Cuba en cumplir el plan de siembra.
Las tierras rojas de Alquízar y San Antonio de los Baños resultan vitales para la producción tabacalera, fundamentalmente de capa para el tabaco de exportación; se tiene el compromiso de entregar más del 50 por ciento de la capa del país.
No se debe olvidar tampoco la recuperación ganadera en la que se hallan inmersos fundamentalmente los trabajadores de la Empresa Pecuaria Genética Los Naranjos, entidad fundada por Fidel y que este año arribó a su medio siglo, con el compromiso de seguir tributando al mejoramiento genético de las razas. Se trabaja con énfasis en la recuperación de las vaquerías típicas y en la instalación de 71 puntos de leche refrigerada.
De gran importancia resulta la Empresa Cítricos Ceiba, insertada ahora en el cultivo de frutales y en la recuperación paulatina del cítrico. Esta entidad diversifica sus producciones y se incorpora a las ventas al turismo, en busca de aumentar los ingresos y sustituir importaciones, al tiempo que experimenta con la exportación de algunas de sus producciones.
Industria de presente y futuro
Aunque Artemisa es nacionalmente conocida por su potencial agrícola, no se puede desestimar su desarrollo industrial, sobre todo después de la inauguración de la primera fase de la Terminal de Contenedores de la Zona Especial de Desarrollo Mariel. En este megaproyecto ya laboran más de 1 500 artemiseños y comprende la creación de industrias donde se procesen las materias primas que lleguen al puerto.
En Mariel está ubicada una de las dos fábricas de cemento de la provincia que, junto a la de Artemisa, produce más de 600 000 toneladas anuales, vitales para desarrollar las acciones constructivas que se acometen en el territorio y en el occidente del país.
También en la conocida como Villa Azul está enclavada la termoeléctrica Máximo Gómez, con una capacidad instalada de 417,3 megaWatt diarios; la provincia posee el 13 por ciento de la generación eléctrica de Cuba.
Reconocida en el país es la Fábrica de Ómnibus Evelio Prieto, en Guanajay, en la que desde 2012 asumen la fabricación de ómnibus Diana para la transportación nacional y reconstruyen los Girón VI de todo el país. Igualmente, sus trabajadores reparan guaguas de la capital y asumieron el montaje de los semiómnibus JMC, que circulan en algunas localidades del país.
Mientras, en la Industria Mecánica Caribe (Imeca), de Güira de Melena, asumen la construcción de asperjadoras, carretas y molinos de viento, algunos de estos para la exportación.
Los dos centrales azucareros del territorio, 30 de Noviembre y Harlem, fueron de los pocos en cumplir en 2013 y lograron arribar en 2014 a las 69 000 toneladas de azúcar, aunque no lograron cumplir lo pactado. No obstante, se alistan para asumir la venidera campaña azucarera con nuevos bríos.
Paraíso natural
Bellos paisajes distinguen a este territorio, fundamentalmente ubicados en la porción más occidental. La Sierra del Rosario, reserva de la biosfera, se destaca por albergar un área boscosa excepcional y una fauna típica. Justo allí se encuentra el punto culminante de la provincia: el Pan de Guajaibón, con 700 metros de altura.
Soroa, donde se ubica el mayor orquideario de Cuba, con más de 500 especies, y el complejo Las Terrazas, son dos de los sitios más distintivos de este reservorio natural. En ambos espacios se promueve el turismo de naturaleza.
Las playas de la costa norte son muy concurridas, sobre todo en época de verano, aunque no pueden desestimarse las costas del litoral sur, mucho más bajas y casi desprovistas de arena.
En las instalaciones de Campismo Popular los artemiseños disfrutan de la magia de la naturaleza y de variadas propuestas culturales, deportivas y gastronómicas.
También ciencia
Artemisa no solo es tierra de agricultores, también lo es de hombres y mujeres de ciencia. Dos institutos de investigación, el de Granos y el del Tabaco, ostentan resultados a nivel nacional y trabajan con los productores para fomentar la siembra de semillas de calidad, con rendimientos cada vez más elevados.
Igualmente existen unidades científico-tecnológicas de Frutales, Plantas Medicinales y Parasitología, la primera de estas con resultados relevantes en la promoción del cultivo de frutas tropicales.
Un ejemplo de cómo se lleva la ciencia hasta los productores es el número creciente de biodigestores instalados en el territorio, sobre todo mediante los convenios porcinos. El IV Encuentro Nacional de Usuarios del Biogás tuvo por sede la provincia, por sus avances en este terreno, especialmente en los municipios de Candelaria, San Cristóbal y Artemisa.
Tres años de andar
Mucho se ha transformado Artemisa como provincia en estos tres años, desde las propias edificaciones, estructuras de Gobierno y Administración hasta el sentir de sus pobladores.
En este proceso de identidad ha sido fundamental el hecho de que ellos vean avances en su ciudad y se involucren en las transformaciones. A medida que el territorio se consolida, se arraiga ese sentir y crece el orgullo de sus habitantes al definirse como artemiseños.
Esenciales también han sido las victorias que la campeona Idalis Ortiz, natural de Candelaria, ha regalado a su pueblo, así como el ascenso del equipo de béisbol Los Cazadores, quienes lograron saltar del lugar 16 al sexto en la 53 Serie Nacional de Béisbol. También la güireña Marlies Mejías ha dado varios alegrones en el velódromo.
Ya cuenta el territorio con un estadio de béisbol totalmente renovado, con una biblioteca provincial que atesora importantes documentos de la historia nacional y local, así como varias unidades del comercio y la gastronomía restauradas, como es el caso de Los Laureles.
Considerable reanimación ha tenido el transporte, con la incorporación de semiómnibus y ómnibus para el servicio intermunicipal, y hacia comunidades y provincias colindantes. Si en los inicios contaba con un parque automotor de 47 carros ya suman 113 los vehículos que tributan a la transportación de pasajeros y cubren más de 124 rutas, incluidas las del Plan Turquino.
En el sector de la salud, el hospital provincial Ciro Redondo crece cada día en capacidad resolutiva y en el número de servicios, mientras que el Hospital General Docente Comandante Pinares, de San Cristóbal, se destaca por los servicios de ortopedia, implante de células madre y el programa de atención materno-infantil. En este centro hospitalario se logra, por decimocuarto año consecutivo, una tasa de cero mortalidad materna.
Mientras, el hospital de Guanajay se transforma paulatinamente en el pediátrico de la provincia y el Iván Portuondo, de San Antonio de los Baños, es referente en la atención al recién nacido, y su sala de terapia coronaria presenta un elevado índice de supervivencia.
La educación también muestra avances, sobre todo en la cobertura docente. La aplicación de diferentes fórmulas y la reincorporación de maestros jubilados han posibilitado cubrir la mayoría de las aulas con profesionales capaces, que garantizan la enseñanza en todos los niveles.
Todo un acontecimiento ha sido contar con una universidad propia, que forma los licenciados e ingenieros que tanto necesita el territorio para desarrollarse. En solo dos años superan los 2 000 graduados en esta casa de altos estudios y aspiran a aumentar el número de carreras, sobre todo aquellas de perfil agropecuario.
Los futuros atletas de esta joven provincia disfrutaron mucho al ver nacer la EIDE Julio Díaz, con condiciones para la práctica de deportes y con un plan de construcción y mantenimiento que irá beneficiando paulatinamente a otras disciplinas deportivas. Esta reanimación se ha traducido en medallas en juegos escolares y juveniles. Por solo citar un ejemplo, tras la recuperación de las canchas de tenis del Combinado Deportivo, mejoraron los resultados de los tenistas artemiseños en los topes nacionales.
Tierra de famosos y de héroes
Hombres y mujeres de probada valía y reconocido prestigio ha dado Artemisa, unos más y otros menos conocidos, pero con amplias trayectorias en la vida económica, política y social de Cuba. Hablar en el terreno de la cultura de María Teresa Vera, Luis Marquetti, Pancho Amat o Polo Montañez es evocar irremediablemente estas tierras donde vieron la luz por vez primera.
Y qué decir de Magdalena Peñarredonda, Rubén Martínez Villena, Carlos Baliño o cualquiera de aquellos jóvenes que el 26 de julio de 1953 asaltaron los muros de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes para traer la aurora. O de hombres de ciencia como Tranquillino Sandalio de Noda y Antonio Núñez Jiménez, quienes contribuyeron al desarrollo de este archipiélago.
Sobre tierras fértiles se asienta Artemisa, en un terreno bendecido por la madre naturaleza y con un pasado heroico y rebelde que marca con letras sagradas el precedente. Sus habitantes llevan como guía las palabras de Fidel cuando, en el parque Libertad, el 17 de enero de 1959, lo llamó el pueblo más revolucionario de Cuba.