SANTIAGO DE CUBA.— Los santiagueros inician el 2013 con la buena noticia de que el territorio alcanzó en el pasado año el índice más bajo de mortalidad infantil de su historia, con 4,78 por cada mil nacidos vivos, según informó a JR el doctor José Gabriel Guerra Ruiz, jefe del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) en la provincia.
Es la primera ocasión que la provincia baja del umbral de 5, a pesar de registrar 903 partos menos que en 2011, y después de enfrentar los significativos daños que sufrieron las instalaciones de Salud Pública tras el impacto del huracán Sandy y la compleja situación epidemiológica que este causó en el territorio.
Entre las medidas que contribuyeron a este logro se cuentan la pesquisa diaria de niños, embarazadas y puérperas con alto riesgo; el ingreso de los casos más complejos y la fiscalización y control diario de las condiciones higiénicas en los servicios hospitalarios de riesgo.
Se destaca en este resultado el municipio de Palma Soriano, que después de presentar índices adversos en años precedentes redujo su mortalidad en 2,25 gracias a la labor organizativa del Pami en ese territorio. Allí, el hospital materno Dra. Nelia Delfín Ripoll presenta la tasa más baja de una institución médica en la provincia, con 0,47, luego de trabajar con ahínco para lograr la optimización de sus servicios de ginecobstetricia acorde con las exigencias del Ministerio de Salud Pública.
Guerra Ruiz destacó el esfuerzo de los hospitales maternos y pediátricos de la provincia, dentro de los cuales se destacan el hospital materno Tamara Bunke, de la cabecera provincial, con un índice de 1,0, y el hospital general Juan Bruno Zayas con 2,9.
Los municipios de Segundo Frente y Mella presentaron los índices más bajos de la provincia, con 1,89 y 2,0, respectivamente.
El doctor Guerra Ruiz señaló el trabajo del equipo provincial del PAMI en función de controlar indicadores y la morbilidad, unido al empeño del Ministerio de Salud Pública y de la dirección del PCC en la provincia, que ha seguido muy de cerca esta situación.
Se conoció, además, que el indicador de muerte materna se comportó a 21,8 fallecidas por cada 100 000 nacidos vivos, y se contabilizan 123 nacimientos con bajo peso menos que el año anterior.
El compromiso del Estado cubano, unido a la participación comunitaria, multisectorial y descentralizada, ha permitido responder a las metas de la salud materno-infantil y alcanzar resultados similares a los que exhiben países desarrollados.