La resistencia al dominio colonial, el apego a sus costumbres y la lucha por la prevalencia de su cultura son rasgos que distinguen a la comunidad garífuna y fueron destacados durante el acto central de clausura del Año internacional de los afrodescendientes y la celebración del aniversario 215 de la llegada de los garífunas a Honduras.
En el encuentro, auspiciado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), hicieron uso de la palabra la licenciada Kenia Serrano Puig, presidenta de la institución; el señor Dexter Rose, embajador de San Vicente y Las Granadinas en La Habana; el Doctor en Ciencias Juan Carrizo Estévez, rector de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM); y el doctor Luther Castillo Harry, fundador y director del primer Hospital Popular Garífuna de Honduras y egresado de la ELAM en su primera graduación.
También estuvieron la licenciada Mirian Miranda Chamorro, presidenta de la Organización Fraternal Negra de la nación centroamericana, y numerosos profesores, funcionarios, estudiantes de la ELAM y educandos garífunas de Ciego de Ávila, Villa Clara y Cienfuegos.
El acto, donde se destacaron los valores culturales y de identidad de los garífunas, cuyo origen data de 1635, fruto de la unión entre africanos y amerindios, fue un festejo colmado de cantos alegres, enérgicos discursos y coloridos bailes procedentes de diversos rincones de América Latina y el Caribe, de la Patria Grande, a la que también ha contribuido ese pueblo.
También se conoció que más de 300 000 afrodescendientes de este grupo étnico residen en Centroamérica, Estados Unidos y el Caribe.